Esta es la firma inspirada en los rituales de belleza japoneses que arrasa: trabaja el cuidado de la piel desde dentro

Todas estamos obsesionadas con la cosmética coreana, y no es para menos. El secreto de la piel perfecta de las mujeres coreanas, se basa en una filosofía de cuidado de la piel como ritual, no solo como solución puntual. La clave está en prevenir antes que en corregir, y no esperar a que aparezcan imperfecciones para tratarlas: se busca mantener la piel sana, hidratada y equilibrada desde el principio.

¿Mi último descubrimiento? Tatcha, una marca de belleza que cuida la piel y la mente por igual, arraigada en la experiencia personal y la tradición cultural. Su fundadora, Vicky Tsai, creó la marca después de un viaje transformador a Tokio, y con ella busca fusionar la elegancia atemporal de los antiguos rituales, con la precisión de la ciencia moderna.

Tatcha desarrolló un nuevo enfoque de belleza más holístico, sensorial y basado fundamentalmente en la experiencia humana. Entienden el skincare no solo como una rutina de belleza, sino como un verdadero ritual que te ayuda a conectar contigo misma. Además, Vicky Tsai, trabaja mano a mano con monje zen Toryo Ito, director de Mindfulness en Tatcha, que ha adoptado la meditación sensorial como parte central de su enfoque.

Desde Mujerhoy hemos hablado con Vicky Tsai, que nos ha contado todo lo que tenemos que saber sobre Tatcha, y este nuevo enfoque de belleza holística que, además de cuidarnos la piel, nos ayuda a desconectar y dedicarnos tiempo a nosotras mismas.

¿Cuál es la historia de Tatcha y como surgió la idea de crearla?

Comencé mi carrera en Wall Street y el 11 de septiembre, cuando los aviones se estrellaron, me encontraba en un edificio adyacente a las Torres Gemelas. Después de eso, tuve que volver a la zona día tras día por motivos de trabajo, algo que afectó mucho a mi bienestar. Mi marido por aquel entonces también trabajaba en el mismo edificio de oficinas y desarrolló una enfermedad autoinmune que causó estragos en su salud durante tres años. Seguí adelante sin darme cuenta del impacto que esa experiencia tenía en mi mente y mi cuerpo.

A esto se sumó una década de trabajo muy estresante en el mundo empresarial estadounidense, y finalmente, el estrés se manifestó en forma de inflamación en mi cuerpo, sobre todo en la piel. Desarrollé una dermatitis aguda, lo que significaba sangrado y ampollas en la cara, los labios y los párpados, a menos que utilizara esteroides y antibióticos orales y tópicos casi a diario. Me di cuenta de que necesitaba hacer cambios importantes y que, para que mi vida tuviera sentido, mi trabajo también debía tenerlo.

Empecé a viajar y encontré la curación en Kioto, el centro cultural y espiritual de Japón. No sólo los ingredientes y los rituales atemporales curaron mi piel, sino que las filosofías sobre la vida en armonía con uno mismo, la comunidad y la naturaleza me proporcionaron prácticas que elevaron mi alma. Redescubrí el amor por mi piel y por mí misma. Cree Tatcha para compartir estos rituales, filosofías y, en última instancia, este sentimiento con los demás.

¿Cuáles son los principales ingredientes con los que trabaja Tatcha y por qué?

En Japón, la comida es medicina. Por eso, la dieta tradicional se basa en ingredientes japoneses que favorecen la longevidad, como el arroz, el té verde y las algas, superalimentos a los que se atribuye la larga esperanza de vida del país. Y como lo que es bueno para el cuerpo es bueno para la piel, estos mismos ingredientes han sido fundamentales en los rituales de belleza japoneses clásicos durante siglos.

El complejo patentado de Tatcha, Hadasei-3™, es el corazón de nuestras fórmulas para el cuidado de la piel. Está elaborado a partir de arroz doblemente fermentado, té verde y algas que penetran más profundamente que el agua para canalizar los nutrientes hacia la piel, potenciando la eficacia de tu ritual de skincare, al tiempo que repone la barrera de hidratación de la piel para lograr un cutis terso y flexible.

Trabajas junto con Toryo Ito y tratas de convertir el cuidado de la piel en una experiencia holística, no solo en algo físico. ¿Podrías contarnos un poco más sobre esto?

Conocí a Toryo Ito en 2016 en el templo Ryosokuin de Kioto y desde entonces he tenido la suerte de aprender de él sobre la meditación zazen y su filosofía. Él me enseñó que la «mente» no solo está en el cerebro, sino en todo el cuerpo, y comparte la misma perspectiva sobre un enfoque holístico del bienestar. Ahora es nuestro director global de Mindfulness en Tatcha y sigue compartiendo sus conocimientos únicos sobre educación holística en salud, adquiridos como monje Zazen en Japón, ayudándonos a desarrollar prácticas que te devuelven la sensación de bienestar.

¿Cuál es tu producto favorito de Tatcha, el que recomiendas a todo el mundo y que no puede faltar en tu neceser?

Mi producto favorito es sin duda The Essence. Ocupa un lugar especial en mi corazón, ya que contiene un 100 % de Hadasei-3™, el ingrediente principal de todas las fórmulas de Tatcha. Está elaborado con estos increíbles superalimentos procedentes de algunas de las regiones más famosas de Japón: arroz de Akita, que favorece una barrera cutánea saludable; té verde de Uji, que ayuda a minimizar los signos visibles del envejecimiento prematuro; y algas de Okinawa, conocidas por su capacidad para rellenar la piel con la hidratación que tanto necesita.

La esencia es una fórmula realmente potente que canaliza los nutrientes hacia la piel y potencia la eficacia de tu ritual de cuidado facial, al tiempo que mantiene tu piel hidratada, tersa y luminosa. Sigo viendo la transformación de mi piel cuando utilizo esta fórmula, incluso después de una década de uso diario. Me recuerda lo poderosa que es nuestra piel para renovarse y que no hace falta mucho para tener una piel feliz y saludable.

Tu consejo de belleza más valioso

Antes de adoptar los rituales clásicos de belleza japoneses, mi rutina de cuidado de la piel era aleatoria. Cuidaba mi piel desde muy joven gracias a mi madre, pero me dejaba influir fácilmente por las modas, las nuevas marcas y las promesas de las nuevas tecnologías. Mis rutinas de cuidado de la piel se volvieron caras, consumían mucho tiempo y eran una fuente de estrés. Estaba llevando al límite la capacidad de mi piel. Entonces, un día, mi piel puso fin a mis experimentos con una dermatitis aguda.

En Japón, no solo descubrí el cuidado clásico japonés de la piel, que me ayudó a repararla, sino también una filosofía de presencia y armonía. Ahora, cada paso de mi ritual de cuidado de la piel está impregnado de intención, lo que lo convierte en una pequeña meditación para la piel. Mi ritual solo dura cinco minutos, pero ese tiempo es muy valioso. Ya sea al comenzar el día o al terminar la noche, ese es mi momento para reconectar conmigo misma y sentirme presente.