Más allá del perfume y de ese gesto de pulverizar nuestra piel cada vez que salimos de casa, hay otros básicos de belleza que pasan desapercibidos, y que, sin embargo, se vuelven imprescindibles en nuestra rutina diaria curiosamente, también por su aroma. ¿El ejemplo más claro? Las cremas de manos.
Y es que su propia funcionalidad hace que no necesiten de grandes artificios marketinianos para que muchas las usemos activamente casi sin darnos cuenta; las cremas de manos ligeras están pensadas para utilizar siempre que lo necesitemos y no son pocas las veces. La piel de las manos está expuesta a todo lo que toquemos y en consecuencia, a todo tipo de jabones que pueden resecar al instante.
Pero más allá de llevar una en el bolso para hidratar siempre que lo necesitemos, hay otro gesto de belleza al que he cogido el gusto cada noche porque hace que me levante con las manos suaves y cuidadas: aplicar una de estas dos cremas de manos que siempre tengo en mi mesilla de noche.
Dos opciones que además de tener una textura muy ligera y de rápida absorción, y una fórmula muy eficaz contra la sequedad y las asperezas, tienen el extra de un olor que me relaja para dormir. Al mantener las manos cerca del rostro, la experiencia de resulta sensorial sin quererlo. ¿Cuáles son mis dos favoritas?
Dos cremas de manos con buen olor
La primera es una crema de manos de farmacia con una fórmula reparadora e hidratante para pieles secas o muy secas que no deja efecto graso y que protege la piel de la deshidratación y las agresiones externas. Alivia la sensación de tirantez, suaviza la piel y además, también fortalece las uñas y las cutículas, por lo que es un dos por uno perfecto.
Con la cantidad del tamaño de una almendra para las dos manos, es suficiente para cubrir toda la zona y beneficiarse de sus propiedades hidratantes y emolientes. En menos de un minuto el producto se absorbe por completo y no deja sensación de pesadez.
Contiene aceite de pepitas de uva prensadas en frío, aceite de aguacate y oliva, manteca de karité ecológica y polifenoles, una combinación altamente nutritiva y antioxidante que regenera la piel y la protege de las agresiones externas. De venta en la web de Caudalie por 9,50 euros el tubo de 75 ml.
La segunda opción que también tengo en mi mesilla de noche y que alterno indistintamente con la anterior, es ya un icono en el cuidado de manos. Se trata de la crema de manos de almendra de L'Occitane, que tal y como su nombre indica, su fórmula está construída con varias formas de la almendra: por un lado la leche y por otro el aceite.
¿Su procedencia? El cultivo sostenible del almendro en la Provenza francesa de la mano de Jean-Pierre Jaubert, miembro de una familia dedicada a la almendra durante tres generaciones y una de las fuentes principales de la gama almendra de L'Occitane.
La almendra da como resultado a una crema de manos fundente, nutritiva pero sin acabado aceitoso, que embellece la piel al instante y se absorbe con rapidez. Su aroma perfuma las manos con una sutil fragancia a almendras dulces y frescas que calma mi mente a la hora de dormir. El tubo de 75 ml cuesta 19 euros en la web de L'Occitane.
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