A los 60 tu mirada se debilita. La zona periorbital es la más delicada del rostro, y con el tiempo pierde elasticidad, se deshidrata con facilidad y deja al descubierto esos signos de fatiga que nadie quiere: arrugas, flacidez, ojeras más marcadas… Por eso, apostar por un buen contorno de ojos es clave para devolver luminosidad y firmeza a nuestra mirada sin necesidad de tratamientos invasivos.
Ahora bien, no todos son iguales, y en este punto, la farmacia es un gran aliado. La clave está en la formulación y la textura. A los 60, la piel pide a gritos un extra de hidratación y nutrición, así que lo mejor es apostar por texturas en bálsamo o cremas untuosas que realmente la mimen.
En cuanto a los ingredientes, los péptidos reafirmantes ayudan a estimular la producción de colágeno y elastina, el ácido hialurónico rellena líneas de expresión y aporta jugosidad, y activos como la cafeína o la niacinamida descongestionan bolsas y aclaran la pigmentación de las ojeras. ¿Y qué hay del retinol? Sí, puedes usarlo, pero en bajas concentraciones, para mejorar la textura sin irritar.
Si las manchas marrones, las ojeras y las arrugas se han instalado en tu mirada, este será tu mejor aliado. Su fórmula 3 en 1 de alta tolerancia trabaja en profundidad gracias a una combinación de ingredientes que es pura eficacia.
La provitamina C estabilizada ilumina y alisa la piel, la hesperidina metilcalcona reduce los vasos superficiales (diciendo adiós a esas ojeras oscuras que delatan el cansancio), y el sulfato de dextrano desinflama y alivia. El resumen es que este contorno no solo corrige, sino que transforma.
Si lo que buscas es un efecto lifting inmediato, este es el que tienes que probar. Y lo mejor es que está formulado incluso para ojos sensibles, porque a estas alturas, que no irrite es clave (e importantísimo?
Con extractos vegetales, manteca de karité y D-pantenol, este contorno no solo alisa las líneas de expresión y las patas de gallo, sino que también reduce bolsas y ojeras, ilumina la mirada y hasta embellece las pestañas. ¿El resultado? Un efecto buena cara en un solo paso.
A veces, la mirada necesita un chute de luz, y aquí es donde entra en juego esta joya. Su fórmula antiinflamatoria con extracto de pepino refresca al instante, mientras que el ácido hialurónico, la manzanilla, la vitamina E y un potente tetrapéptido trabajan a nivel profundo para mejorar la elasticidad y el tono de las ojeras.
Uno de los aspectos que más me gusta es que incorpora partículas iluminadoras y correctoras, así que el efecto buena cara es inmediato. De hecho, los expertos lo definen como el iluminador con tratamiento que cambia el juego.