ENAMORAN
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En primavera, cuando todo florece y el cuerpo pide aire fresco, lo que más apetece es encontrar fragancias que no empalaguen, que se sientan limpias, ligeras y sofisticadas, como una camisa blanca recién planchada o un vestido de lino al atardecer. Perfumes que acompañan sin imponerse, pero que dejan huella.
Escoger tu aroma ideal es relativo, porque depende de aquello que quieras transmitir. Sin embargo, los grandes perfumistas recomiendan que afines el olfato y te dejes llevar en primavera (y verano) por las notas cítricas, almizcladas, florales suaves o con toques verdes.
Por otro lado, las composiciones que combinan flores blancas con almizcles limpios o frutas frescas con fondos amaderados suelen ser las grandes ganadoras, sobre todo si buscas un aroma que puedas llevar de la mañana a la noche sin saturarte (ni saturar a nadie). Y si quieres un extra de elegancia, elige una fórmula que tenga buena fijación y un frasco bonito. Al final, todo suma.
Los mejores perfumes de primavera
Just Bloom de Valmont
Es lo que sucede cuando el lirio de los valles y la gardenia se visten de seda para acariciar la piel. Es una fragancia blanca, limpia y luminosa que huele a sosiego y poder a partes iguales. Con un fondo de ámbar gris que le da profundidad y duración, se convierte en esa flor de elegancia contenida que no necesita levantar la voz para ser la más recordada.
No.1 de Clive Christian
No es solo un perfume, es una pieza de colección. Un tesoro embotellado con más de 200 ingredientes que se despliegan con la misma paciencia que una historia bien contada. Ciruela Mirabel, ylang-ylang y sándalo conviven en perfecta armonía en una fragancia que es, literalmente, digna de la realeza (y no lo decimos en sentido figurado). Este perfume es para las que no quieren pasar desapercibidas, para las que valoran la excelencia como un arte.
Darcy de Parfums de Marly
Es alegría embotellada. Un floral cítrico que empieza chispeante y se va suavizando como una carcajada que se convierte en sonrisa. La bergamota y el jazmín son puro entusiasmo; el praliné y el almizcle, la calidez de una conversación que no quieres que termine. Es perfecto para las que aman los contrastes: lo clásico y lo atrevido, lo femenino y lo festivo, lo espontáneo y lo elegante.
Love, Don't Be Shy Eau Fraiche de Kilian
Es el perfume que susurra dulzura sin empalagar. El petit grain y el neroli aportan esa chispa cítrica y limpia que envuelve su icónico corazón de malvavisco con una nueva frescura ideal para los días más cálidos. Es el aroma que evoca el primer amor, pero con la sofisticación de quien ya ha vivido varios veranos.
Floro de Jeroboam
Es la rebelión perfecta envuelta en pétalos. Esta fragancia es como una tormenta de flores que no pide permiso para entrar, pero sí para quedarse. Piña, jazmín, sándalo y almizcle se combinan en una danza envolvente y vibrante que habla de personalidad, deseo y belleza en movimiento.
Floro es la definición de magnetismo moderno: una fragancia para mujeres (y hombres) que quieren dejar huella sin esfuerzo, que seducen con lo inesperado y entienden que la elegancia no tiene género, solo actitud.
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