Durante el verano, la piel se enfrenta a varios factores que comprometen su salud y apariencia: la radiación solar, el cloro, la sal del mar, los cambios en la rutina... Esto provoca que la producción de sebo aumente, que haya textura irregular, que el tono se vea apagado y que aparezcan algunos signos visibles como manchas o arrugas.
Aunque el bronceado sea un símbolo del verano, la piel paga un precio por esa defensa natural contra los rayos UV. «Durante el verano, el exceso de radiación UV, el cloro o la sal activan mecanismos de defensa como el engrosamiento epidérmico o el aumento de melanina, lo que conocemos como bronceado. Pero también se estimulan las glándulas sebáceas», nos explica Marta Morais, farmacéutica y product trainer de BABÉ. Por ello, necesitamos devolverle su luminosidad, hidratación y uniformidad.
¿Cómo? La experta insiste en que la piel tiene memoria y que el daño solar acumulado deriva en fotoenvejecimiento difícil de revertir por completo. Sin embargo, con una rutina adaptada y productos específicos es posible mejorar la textura, reducir imperfecciones y recuperar un aspecto saludable.
Una limpieza suave tanto por la mañana como por la noche es el primer paso para restaurar el equilibrio cutáneo. Morais recomienda alternar fórmulas calmantes con limpiadores exfoliantes suaves un par de veces por semana, sobre todo si hay tendencia a imperfecciones. ¿Por qué? Porque ayuda a renovar la piel sin agredir, mejorando su textura.
En tu rutina de día, incluye un sérum antioxidante y un fotoprotector de amplio espectro para proteger la piel y prevenir el daño acumulado. Por la noche, un sérum con activos despigmentantes y una hidratante adaptada al tipo de piel para favorecer la regeneración. «Si hemos abusado del sol, debemos ser constantes y pacientes, evitando usar demasiados productos de golpe», aconseja la farmacéutica.
Ahora bien, no hay que olvidar el cuidado corporal y de zonas expuestas como escote, manos y hombros. Aplicar lociones reparadoras después de la ducha y mantener una buena hidratación diaria nos ayudará a prolongar el bronceado y minimizar la descamación. «Una piel hidratada descama menos, mantiene mejor la uniformidad del tono y se ve más luminosa».
BABÉ Repair Sérum. Este sérum combina ceramidas encapsuladas, niacinamida y CICA para regenerar, calmar y reforzar la piel. Incluye escualano y ácido hialurónico de diferentes pesos moleculares para hidratar en profundidad, además de prebióticos y postbióticos que equilibran el microbioma cutáneo. Su textura ligera se absorbe rápido, dejando la piel sedosa y fortalecida frente a agresiones externas.
Skiclinic Sensitive Cleanser. Diseñado para pieles secas o sensibles, este limpiador en textura jabón-crema elimina impurezas de forma suave sin alterar la barrera cutánea. Su fórmula con base jabonosa ultra suave evita la sequedad y mantiene el confort tras cada lavado.
Veralab Aquafull. Finalmente, este gel-sérum combina cuatro tipos de ácido hialurónico con niacinamida para hidratar, mejorar la elasticidad y reducir signos de envejecimiento. Su textura fresca se absorbe de inmediato, aportando un efecto calmante y rellenando visiblemente la piel.