MOLESTO EN VERANO
MOLESTO EN VERANO
Con la subida de las temperaturas, la piel se convierte en una de las grandes protagonistas del verano, pero también en una de las más perjudicadas. Las rozaduras son una de las molestias más comunes durante esta época del año. Se producen por la fricción constante entre partes del cuerpo - como los muslos, las axilas o debajo del pecho— o entre la piel y ciertos tejidos, especialmente cuando hay sudor de por medio. El resultado es una irritación incómoda que puede derivar en escozor, enrojecimiento e incluso pequeñas heridas si no se trata a tiempo.
Aunque suele asociarse a la actividad física o al uso de ropa ajustada, cualquier persona puede sufrir rozaduras con el calor, independientemente de su físico, habiendo personas que son más propensas a tenerlas por su tipo de piel. Tratándolas al tiempo y prestándoles los cuidados adecuados, no debería de haber problemas excesivamente graves, tal y como explican el farmacéutico Eduardo Senante y la dermatóloga Elena Martínez Lorenzo.
«Las rozaduras se producen cuando el sudor, la humedad y el roce dañan la barrera cutánea, lo que provoca escozor, irritación e incluso heridas si no se tratan a tiempo», explica la dermatóloga Elena Martínez Lorenzo, quien recuerda que se trata de un problema mucho más frecuente de lo que parece. Aunque muchas veces se asocian a personas con sobrepeso o a deportistas, lo cierto es que cualquiera puede sufrirlas si la piel se encuentra en condiciones vulnerables y expuesta a fricción constante.
El primer paso ante una rozadura es no entrar en pánico y buscar la manera de tratarla para que no se agrave. «Cuando ya ha salido la rozadura, lo primero es lavar la zona con agua tibia y un limpiador suave, sin jabón, para evitar irritar más la piel. Luego hay que secar bien, sin frotar, y dejar la zona al aire unos minutos antes de aplicar una crema reparadora», aconseja la doctora Martínez Lorenzo.
En esta fase, es esencial elegir bien los productos que se aplican sobre la piel. Ingredientes como el óxido de zinc, el pantenol o la centella asiática son grandes aliados. «El óxido de zinc tiene propiedades protectoras y calmantes, mientras que el pantenol o la centella ayudan a la regeneración de la piel dañada», detalla la dermatóloga.
El farmacéutico Eduardo Senante subraya la importancia de la limpieza suave y de no agravar la lesión. «La barrera cutánea en esa zona está desequilibrada, rota. No es momento de utilizar productos agresivos ni de frotar. Hay que limpiar con mimo, secar con tejidos de fibras naturales o dejar secar al aire, y aplicar un producto que actúe como barrera o calmante», explica. Entre sus favoritos, además del óxido de zinc, están el aloe vera, la calamina o incluso la lanolina.
Ambos expertos coinciden en un punto clave: hay que evitar que el roce continúe. «Usar ropa suelta, transpirable y de tejidos naturales es fundamental. Nada de prendas ajustadas que se peguen a la piel o calzado nuevo que genere fricción extra», añade Senante.
La prevención es el mejor tratamiento. Y, como suele suceder en dermatología, comienza con una piel limpia, seca e hidratada. «Lo esencial es mantener las zonas del cuerpo propensas al roce —como los muslos o las axilas— bien limpias y secas, y usar productos con efecto barrera que eviten la fricción directa», señala Elena Martínez.
Los polvos secantes también son una herramienta útil, especialmente en zonas donde el sudor es persistente. Pero cuidado: no todos los polvos valen. Es importante que no contengan fragancias ni otros ingredientes que puedan irritar más la piel. «Los geles antifricción o cremas barrera, que forman una película protectora, funcionan muy bien. También pueden ayudar productos con siliconas, vaselina o lanolina, que aíslan la piel del contacto directo con la ropa», puntualiza Senante.
Un detalle clave que a menudo se pasa por alto es el cambio de ropa. «No debemos permanecer con ropa sudada o húmeda durante mucho tiempo. Cambiarse cuando sea necesario, sobre todo si se ha hecho ejercicio o hay un exceso de sudoración, es una medida muy efectiva para prevenir estas lesiones», añade el farmacéutico.
Tanto la dermatóloga como el farmacéutico coinciden en que hay hábitos muy comunes que favorecen la aparición de rozaduras sin que seamos conscientes de ello. Uno de los más habituales es el uso de ropa sintética. «Los tejidos sintéticos no permiten que la piel respire, retienen la humedad y aumentan la fricción. Siempre que se pueda, hay que optar por algodón u otras fibras naturales», subraya Martínez.
También hay que tener cuidado con accesorios como mochilas, bolsos o incluso ropa interior con costuras marcadas, que al combinarse con calor y sudor pueden convertirse en auténticos enemigos de la piel. Y un consejo extra de Senante: «Evita usar calzado nuevo durante largas caminatas sin haberlo adaptado antes. Las rozaduras por el roce del calzado son muy típicas en verano y muy dolorosas».
¿Y cuándo hay que preocuparse? Cuando la rozadura no mejora en unos días, presenta pus, mal olor, se extiende o causa mucho dolor. En esos casos, lo mejor es consultar a un profesional. «Cualquier signo de infección es motivo suficiente para buscar atención médica. No lo dejes pasar», advierte Senante.
Elizabeth Arden
El Bálsamo Reparador Eight Hour Cream es uno de los productos más populares por su facilidad de uso y lo versátil que es. De las rozadoras a los labios, pasando por el alivio de los pies o la zona del escote es un producto perfecto para utilizar en cualquier momento.
CeraVe
Bálsamo Reparador Avanzado es uno de los productos favoritos para aplicar en heridas y rozaduras, además de en pieles extremadamente secas, irritadas o agrietadas, Su fórmula contiene vaselina, ácido hialurónico y las tres ceramidas esenciales de la marca. (10,30 euros)
Gaura Natural Cosmetics
Este producto destaca porque se puede llevar a cualquier sitio, permitiendo una aplicación localizada. El Aceite de Caléndula Rol On es perfecto para aplicar en pieles atópicas y en rozaduras, reduciendo los picores. Se puede aplicar en labios, cuerpo y cutículas. (18,90 euros)
Arganour
Boticream Crema Reparadora que combina maracuyá y manteca de uucuba que nutre la piel, mientras que regenera la piel en un plazo de 28 días. Mejora también la elasticidad de la piel, además de actuar sobre las rozaduras. (9,95 euros)
FAB
El formato stick es muy práctico para reaplicar en cualquier momento según aparezcan las rozaduras. Anti Chafe Stick tiene una fórmula que no es pegajosa y que no deja residuos. Permite una aplicación sencilla y localizada. (Disponible en Sephora, 20 euros)
Suavina
El Bálsamo Dermo Suavina Original es un producto multiusos que, además de su uso más conocido en los labios, se puede utilizar también para las rozaduras de los pies. Ayuda también a suavizar los talones agrietados. (3,30 euros)