Estos son los tratamientos que recomiendan los expertos para prevenir la flacidez y potenciar la luminosidad

La llegada de la menopausia marca un antes y un después en la piel. Los cambios hormonales, especialmente la disminución de estrógenos, aceleran la pérdida de colágeno y elastina, provocando una mayor flacidez y un tono apagado que no mejora todo lo que nos gustaría. Además, la tez puede volverse más fina, con tendencia a estar más seca y con menos capacidad de regeneración, lo que hace que la luminosidad natural se desvanezca y los rasgos pierdan definición.

Por estos motivos, los tratamientos en cabina se han convertido en un gran aliado para complementar a la rutina de cuidado de la piel. El asesoramiento antes del tratamiento es clave, unido a acudir a centros y espacios con la tecnología adecuada. Con ello, el objetivo se convierte en conseguir una piel más fresca, jugosa y luminosa.

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La falta de luminosidad es una de las principales problemáticas de la piel con la llegada de la menopausia y una de las que las mujeres más notan. Tal y como explica el químico y cosmetólogo Arturo Álvarez – Bautista, también fundador de la firma Arturo Alba «la piel madura pierde luminosidad porque hay menos renovación celular, menor vascularización, más melanina mal distribuida y una textura más irregular». Añade el doctor Morales Raya, dermatólogo experto en acné y láser y fundador de la Clínica Morales Raya que «con la edad, la epidermis acumula células muertas, lo que provoca un aspecto opaco y apagado».

Otra de las causas de pérdida de la luminosidad en la piel es «el daño solar acumulado, la exposición a la contaminación, el estrés oxidativo y la deshidratación». Todo esto hace que «se reduzca la uniformidad del tono y la capacidad de reflejar la luz» y se une a que «la disminución de antioxidantes endógenos y alteraciones en la microcirculación cutánea». Por último, la doctora Ana Revuelta, farmacéutico y médico estético considera que se produce también «una alteración de la función barrera y una pérdida de hidratación» que afectan a la luminosidad de la piel.

Otra de las principales preocupaciones de la piel con la menopausia en la flacidez, ya que la piel pierde la capacidad de producir colágeno. Para Álvarez – Bautista, las causas son «menos colágeno, menos elastina, menos ácido hialurónico y más gravedad. El rostro no se cae por tristeza, sino por biomecánica». Además, el profesional añade que que «las cremas reafirmantes no levantan los pómulos (pueden mantenerlos si las usamos como preventivas), lo hacen las técnicas, las manos expertas y, en última instancia, la genética (cruel y honesta)».

El dermatólogo Morales Raya profundiza y explica que «es consecuencia de la pérdida progresiva de colágeno, elastina y ácido hialurónico en la dermis, proteínas responsables de la firmeza y elasticidad». Destaca el experto que «los fibroplastos reducen su capacidad de sintetizar estas fibras, mientras que aumenta la acción de enzimas que las degradan». Considera el profesional que «se produce una reabsorción del tejido graso profundo y cambios estructurales en el hueso facial, lo que contribuye a un descolgamiento progresivo», existiendo factores que lo aceleran como «la radiación UV, el tabaco o el estrés oxidativo que aceleran el proceso».

Existen diversas opciones en cabina para mejorar la piel tanto a nivel de falta de luminosidad como de flacidez. ¿Es posible que se combinen estos tratamientos? La doctora Ana Revuelta considera que «es lo ideal. Una estrategia combinada mejora tanto la calidad de la piel como la firmeza». Punto en el que coincide Arturo Álvarez – Bautista y menciona que «la sinergia entre tratamientos que trabajan en diferentes capas de la piel es el camino real. Eso sí, no todo el mismo día» ya que «a la piel le gusta digerir lo que le das». En el caso de Morales Raya, los recomienda porque se «obtienen resultados más visibles y duraderos que con un único tratamiento».

Si hablamos de flacidez, contamos con un amplio abanico de tratamientos. La doctora Cristina Arrubarena, médico estética y directora de la clínica con su nombre en San Sebastián destaca que existen diversas opciones. La profesional recomienda combinar Thermage FLX, «radiofrecuencia no invasiva que actúa en las capas más profundas de la piel para inducir la contracción de colágeno y la aparición de nuevo de mayor calidad», con Ultherapy Prime que es «un lifting no invasivo que utiliza ultrasonidos microfocalizados». Otra opción sería Zaffiro que es «termoterapia con luz infrarroja, que calienta las capas más progundas de la piel para producir colágeno de forma natural, reafirmando la piel, mejorando la textura y reduciendo la flacidez». Los inductores de colágeno son otros de los grandes aliados para la flacidez y de ellos afirma Arturo Álvarez – Bautista que son los «soldados de élite de la firmeza».

En cuanto a la luminosidad, la recomendación del doctor Carlos Morales Raya se basa en tratamientos que promuevan la regeneración de la piel como «láser de erbio superficial fraccionado, láser de CO₂ fraccionado superficial en modo spray, láseres no ablativos, como el Nd:YAG micropulsado o el Q switch fraccionado y láser de picosegundos fraccionado, considerado uno de los tratamientos más novedosos por su alta capacidad de regeneración del colágeno y mejora de la luminosidad». Destaca también la doctora Ana Revuelta los «peelings químicos controlados, el microneedling con cócteles regeneradores, la luz LED o láser suave y los exosomas y polinucleótidos».

Realizarse un tratamiento en cabina no quiere decir que nos tengamos que olvidar de la rutina en nuestro hogar, una manera de reforzarlo es a través del cuidado. Para la doctora Carmen Fernández Ayesterán, médico estético y directora de la Clínica Ayesterán, «la cosmética tiene un papel fundamental tanto a nivel domiciliario como en la clínica», recomendado «un uso regular de antioxidantes, como el ácido ferúlico o la vitamina C debajo del obligatorio protector solar, nos garantiza una defensa contra los radicales libres que se generan tras la exposición solar». Para el periodo nocturno, la profesional recomienda utilizar con la piel limpia «renovadores como retinol, alfa hidroxiácidos». Existen otro tipo de recomendaciones como el ingerir «omega 3 en forma de anchoas, bocartes, bonito del Norte», además de «frutas y verduras de temporada que nos aportan una antioxidación interna». Por último, considera «el colágeno vía oral de alta calidad».

Por su parte, Arturo Álvarez – Bautista recomienda «antioxidantes por la mañana como SOD (superóxido dismutasa), CoQ10 (coenzima Q10), resveratrol, vitamina C, ácido ferúlico», unido a «retinoides ácidos y péptidos de noche». No olvida la «hidratación y renovación de la barrera profunda (ceramidas, escualano, ácido hialurónico, factores de crecimiento, mantecas preciosas…)» y «fotoprotección como religión, no como opción».

Complementar estos tratamientos y rutinas en el hogar conlleva otro tipo de recomendaciones de expertos. Pequeños gestos que mejoran la calidad de la piel y alargan los resultados. El cosmetólogo Arturo Álvarez – Bautista destaca «no hagas todos los tratamientos el mes antes del evento: la piel no es un vestido de gala que se plancha la víspera», por otro lado, destaca «cuida tu piel como cuidas tu reputación: sin exageraciones y con constancia» y por último menciona «el objetivo no es borrar los años, sino llevarlos con tal luminosidad que nadie se atreva a decirte la edad».

Por su parte, el doctor Morales Raya considera «el diagnóstico individualizado: no todas las pieles maduras tienen el mismo grado de flacidez o apagamiento, por lo que un diagnóstico dermatológico previo es esencial». El dermatólogo añade hábitos saludables como «una dieta rica en antioxidantes, evitar el tabaco y la exposición solar excesiva y un buen descanso». Por último, destaca el mantenimiento porque «la mayoría de los tratamientos requieren sesiones de mantenimiento anual o semestral para resultados sostenidos» y «no olvidar cuello y escote, ya que también presentan signos de envejecimiento y requieren protocolos específicos».

La doctora Ana Revuelta afirma que es clave «respetar los tiempos de recuperación de cada tratamiento, evitar exfoliaciones agresivas justo después de tratamientos médicos o apostar por la regularidad en cabina y la constancia en casa». Considera muy importante «consultar con profesionales que trabajen desde un enfoque global».

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