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Mi mejor amiga es modelo, María. Es un espectáculo y siempre tiene la piel estupenda. Compartir este vínculo ha hecho que a lo largo de los años hayamos intercambiado decenas de secretos y productos que nos han salvado la dermis en más de una ocasión. Ella como modelo, yo como prescriptora de belleza. Lo interesante es que, aunque nuestras rutinas son diferentes, coincidimos en que ambas tenemos la piel sensible, con tendencia a la deshidratación, y necesitamos soluciones eficaces que funcionen en cualquier circunstancia.
Por nuestro trabajo, viajamos mucho y acumulamos vuelos y trayectos que suelen dejar la piel apagada, tirante y seca. Entre cabinas presurizadas y cambios de clima, encontrar un producto que realmente calme se convierte en todo un reto. En uno de esos viajes, una maquilladora aplicó en María un producto milagro en pleno vuelo a París, y desde entonces se convirtió en el salvavidas que las dos llevamos siempre en el neceser.
Lo mejor de todo es que no hablamos de un tratamiento de lujo o inaccesible, sino de una crema de farmacia que cuesta menos de diez euros. Un básico que cumple lo que promete: reparar, calmar y devolverle el confort a la piel sin complicaciones, incluso en los momentos más críticos.
La has visto miles de veces en la farmacia. Cicaplast Baume B5 de La Roche-Posay es un bálsamo multifunción que va más allá de una crema hidratante. Su formulación incluye Madecassoside, un activo reparador, y pantenol, conocido por su acción calmante, además de agentes antibacterianos que protegen la piel. Gracias a esta combinación, calma irritaciones, nutre intensamente y refuerza la barrera cutánea frente a las agresiones externas.
Otro punto a su favor es que se puede usar en toda la familia: bebés, niños y adultos. Esto lo convierte en un imprescindible de botiquín para piel seca, sensibilizada o que necesita un refuerzo extra. Su textura agradable facilita la aplicación, dejando la piel protegida y cómoda durante horas.
No es casualidad que sea uno de los productos más recomendados por dermatólogos y farmacéuticos; ya que se adapta a múltiples usos. Desde reparar zonas agrietadas hasta calmar después de procedimientos dermatológicos o tras largas horas de exposición a factores externos que dañan la piel.
Aunque los tratamientos hidratantes y reparadores son fundamentales, no hay que olvidar que la limpieza es el primer paso para una piel sana. Esta espuma con centella asiática calma, hidrata y regenera al mismo tiempo que limpia en profundidad sin alterar el equilibrio de la piel. Su pH ligeramente ácido respeta el manto hidrolipídico, evitando la sequedad y manteniendo la función barrera intacta.
Si además de hidratar buscas prevenir las marcas, esta crema es una gran aliada. Su fórmula preserva y restaura el microbioma cutáneo, favoreciendo la reparación en profundidad de la epidermis y evitando cicatrices visibles. Un detalle importante es que también protege frente a la hiperpigmentación gracias a su acción preventiva contra las manchas derivadas de lesiones o irritaciones.
Alivia de inmediato la sensación de picor y malestar, mientras que su textura tipo efecto vendaje crea una película protectora sobre la piel. Esto permite no solo reparar, sino blindar la zona frente a agresiones externas, desde el sol hasta la contaminación. Además, es muy fácil de aplicar, lo que la hace práctica para integrar en la rutina diaria o en momentos puntuales de recuperación.