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Martina Klein: "Mi marido se merece ser clonado"

La modelo ha sabido reciclarse y ha emprendido un nuevo camino como empresaria de decoración. Hablamos con ella sobre esta faceta, el acoso en el mundo de la moda y su feliz familia.

Martina Klein. / d.r.

Beatriz Cortázar
BEATRIZ CORTÁZAR

Consciente de que sus años como modelo son historia del pasado, Martina Klein ha sabido readaptarse a los tiempos y materializar uno de los sueños que anhelaba cuando apenas era una niña. De ahí que se haya lanzado como empresaria de decoración con su firma y apostando por la vida slow y el buen gusto. Feliz en el amor junto a su marido, Alex Corretja, la llegada de su hija Erica hace un año fue el broche que necesitaban para coronar su historia. Reinventarse o morir puede ser el lema de las top model cuando compiten en la pasarela con adolescentes.

  • Corazón. Después de ver el espacio que ha decorado en ARCO en la zona de Ron Zacapa, ¿es el momento de presentarla como decoradora en lugar de modelo? Martina Klein. La palabra decoradora es algo que me merece mucho respeto y por eso todavía no la puedo asumir. Lo que sí es verdad es que hace un año creamos una empresa de decoración y textil que se llama 'Lo de Manuela' y hacemos trabajos puntuales pero dentro de la alta gama, como por ejemplo puede ser un diseño para una vajilla de Limoges o unas bandejas de madera de abedul de Suecia, que han diseñado nuestros artistas, así como las colecciones en textil. Vendemos online y en tiendas muy selectas como Mestizo en Madrid. Apuesto por las altas calidades y en lo que va a perdurar en el tiempo y se puede heredar. Hoy todo va a tanta velocidad y poca calidad que prefiero mil veces el arte del slow, que todo tenga una historia y un valor.

  • C. ¿Guarda muchos recuerdos en casa de su familia? M.K. De mis abuelos lo tiene casi todo mi madre porque murieron cuando yo era muy joven. Supongo que, en un futuro, que Dios quiera sea muy lejano, también heredaré esos recuerdos. Piensa que mis abuelos eran de Ucrania y Budapest y se fueron a Argentina muy jóvenes. Me da mucha pena no haberles tenido más tiempo a mi lado.

  • C. Viene del mundo de la moda, donde todo es efímero, y se decanta ahora por eternizar las piezas, ¿no es un contraste? M.K. La moda fue parte de mi vida y seguirá siéndolo, pero evidentemente tenemos que evolucionar hacia donde nos pide el alma que vayamos. Mis padres son arquitectos y he vivido rodeada de revistas de decoración, por lo que mi trabajo de ahora tiene mucho sentido en mi vida, y es mi deseo que sea por mucho tiempo. Me encantan los espacios y disfruto reflejando lo que haría. La moda es un pim pam, pim pam y puede que algo pase también en decoración, pero hay que vestir el hogar interpretando las tendencias y en armonía con nuestra forma de ser.

"Pongo el grito en el cielo cuando hay una situación de abuso de poder"

  • C. Habla siempre en plural. ¿Con quién está en este proyecto? M.K. Somos tres mujeres que nos complementamos muy bien. En plena efervescencia del movimiento femenino contra el acoso, supongo que tendrá algo que contar de su experiencia en el mundo de la moda, donde también han salido nombres como el fotógrafo Mario Testino, a quien ya han vetado en varias publicaciones norteamericanas. Lo triste es que hay conductas que siempre han parecido que eran normales y hasta se han aceptado formas de escalar al poder que no eran las adecuadas. Pongo el grito en el cielo cuando hay una situación de abuso de poder hacia una persona que no pueda protegerse, pero también en mi mundo, y yo lo he visto. Hay quien utiliza la seducción para escalar puestos, conquistar al poderoso para que se abran más puertas… por eso hay que tener mucho cuidado con cada caso. Me parece maravilloso que por fin las mujeres se den cuenta de que no hay que tolerar ciertas situaciones e, incluso, denunciarlas. En la moda es más complicado porque es un mundo donde se juega con la seducción y hay niñas muy jóvenes. No fue mi caso ya que mi madre siempre me acompañó a todas partes, pero yo veía cómo en Milán muchas chicas se iban después de los desfiles a las fiestas donde cenaban gratis y que estaban plagadas de tiburones. Seguramente esas chicas hoy, pasados los años, se darán cuenta de que no querían estar ahí porque habrán vivido situaciones que hoy saben que no querían haber pasado. Pero en ese momento, muchos decían que era lo normal y hasta se recomendaba para seguir trabajando. Yo siempre tuve a mis padres para evitarme ese tipo de situaciones. Han sido unas personas muy inteligentes y siempre me han dicho que los logros se consiguen trabajando, no en las fiestas.

  • C. ¿Cree que sigue pasando? M.K. Sí. Insisto en que es complicado. Tienes que ponerte guapa para gustar, pero de ahí a que otro pueda entrar por esa raja de tu falda no. Hay que saber dónde están los límites y eso es lo que deben entender nuestros hijos: que nadie puede abusar de su poder ni en el trabajo ni en el colegio. Personalmente me preocupa mucho el bullying que viven los niños en los centros escolares. Es tremendo cómo pueden acabar con la autoestima de un niño. En su caso tiene los problemas de un preadolescente con la crianza de una niña de algo más de un año. Venimos de muchos años de ver cómo funcionan las cosas en el colegio y cómo, si no estas en el grupo que mola de la clase, te sientes solo. Por eso te aseguro que estamos muy pendientes de cuidar las almas de nuestros hijos.

  • C. ¿Es más fácil criar a su niña con la experiencia del mayor? M.K. Pienso que sí, incluso a veces creo que a nuestra hija la hablamos como si fuera una adulta y es un bebé. Todo suma y la experiencia es un grado.

  • C. ¿Erica fue una sorpresa? M.K. No. Una maravilla muy buscada, pero en principio no creo que haya más. Erica fue el broche de oro de una relación que se merecía tener un bebé. Tenía muchas ganas de tener un hijo con Àlex, porque creo que ese hombre se merece clonar.

  • C. ¿Hasta qué punto les afecta todo lo que está ocurriendo en Barcelona con el 'procés'? M.K. Es verdad que en los colegios hoy los niños debaten y escuchan. En casa intentamos explicarles que hay que respetar todas las opiniones y ser tolerantes. No queremos posicionarnos públicamente ni ser abanderados de nada porque siempre hay intereses detrás y me asquea el tema político. Supongo que su marido, Àlex Corretja, estará al tanto de todo lo que está pasando con Arantxa Sánchez Vicario, desde su divorcio y la petición de cárcel por parte de un banco de Luxemburgo. Nos hemos enterado y nos preocupa mucho lo que vamos viendo, pero no sé si Àlex habrá hablado con Arantxa estos días.

  • C. ¿A qué se dedica Corretja? M.K. No para. Da unas charlas inspiracionales para gente joven para hablar del valor del trabajo en equipo a la vez que ayuda a despuntar a futuros tenistas mientras colabora con TVE y Eurosport… Los dos sabían que sus profesiones eran a corto plazo y tendrían que buscar nuevas salidas. No es casualidad y te diré que mi enamoramiento de Àlex viene de ver cómo se ha reciclado de bien y qué humildad tiene, por eso yo siempre digo que quiero ser como él. Me gusta aprender a su lado y reutilizar todo lo que he aprendido en el pasado para volcarlo en mi nueva ocupación y siempre con ganas de aprender y aportar. Dan muy buen rollo y dudo que hayan atravesado alguna crisis. Nos cuidamos para que no pase.

  • C. ¿Alguna vez ha pensado en volver a instalarse en su Argentina? M.K. No. En España soy muy feliz y me veo siempre aquí, donde está mi ecosistema y mis raíces.

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