Se conocieron en abril y conectaron desde el principio. Quizás porque, casualmente, las dos fueron cantantes antes que primeras damas, pero también porque, cada una a su manera, se han convertido en el arma secreta de su marido. Hace unos días, la buena sintonía entre la 'first lady' de Corea del Sur, Kim Jung-Sook, y su homóloga de Corea del Norte, Ri Sol-ju, volvió a quedar patente durante la segunda cumbre de las dos Coreas celebrada en Pyongyang.
Mientras sus maridos se reunían para suavizar las relaciones diplomáticas y allanar el camino de la desnuclearización de Corea del Norte, la consigna para las primeras damas era trasladar una imagen de normalidad. Por eso, su agenda incluía la pertinente visita a un hospital infantil, donde saludaron a médicos y enfermos, y otra a un centro universitario especializado en enseñanza musical, donde "profundizaron en su amistad" a través de su amor por la música.
Escogió un color oscuro para que la primera dama del Sur pudiera destacar"
Y mientras cumplían escrupulosamente con el guion, también lo hacían con los gestos: sonrisas amplias, comentarios al oído, abrazos efusivos... La moda, como en cualquier encuentro diplomático de este calibre, también jugó un papel decisivo. Según el diario 'Korea Times', a su llegada al país la primera dama de Corea del Sur escogió un dos piezas en blanco para subrayar el color que tradicionalmente ha unido a las dos Coreas. Ri, en cambio, lució un vestido de falda y chaqueta azul marino. "Se cree que escogió un color oscuro para que la primera dama del Sur pudiera destacar", explica el diario. La extensa cobertura que recibió la visita es algo inusual en Corea del Norte y, según los analistas políticos, estaba diseñada para mandar un mensaje de normalidad y modernidad al exterior.
En realidad, se ha convertido en una estrategia habitual. Y funciona. La creciente exposición mediática de Ri Sol-Ju, un pequeño misterio del que ni siquiera se conoce su edad exacta o el número de hijos que tiene con el líder supremo, está suavizando la imagen exterior de su marido, caricaturizado hasta el ridículo hasta hace muy poco.
Con él viajó a China en marzo, y con él protagoniza actos y visitas públicas en su país cada vez con mayor asiduidad. La primera dama norcoreana tiene un ejemplo a seguir en Kim Jung-Sook, cuyo carácter alegre y extrovertido es, según los analistas políticos, el secreto de la popularidad de su marido en Corea del Sur.
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