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La Princesa Carolina de Mónaco, alteza serenísima de soltera y alteza real princesa de Hannover, de casada, ha causado sensación en Montecarlo por su elegancia.
Carolina sigue fiel a su amigo, el desaparecido Karl Lagerfeld y a la firma Chanel.
Con motivo de la celebración de la 38 Conferencia sobre la Francofonia, hizo acto de presencia vestida de negro, con un traje con escote en pico, manga larga y un soberbio collar de perlas australianas y unos pendientes a juego. Todo bastante básico, como de fondo de armario, todo muy elegante, como de toda la vida. De negro y con perlas.
Los críticos están revolucionados. Sin rebuscamientos, sin cursilerías, sin perifollos, sin excesos, la de Mónaco ha triunfado.