Carmen Iohannis: la 'first lady' (y profesora) de Rumanía

Hasta hace apenas cinco años, Carmen Iohannis era una profesora de instituto anónima en la ciudad rumana de Sibiu. Pero aunque hace tiempo que dejó de ser una desconocida, la primera dama de Rumanía nunca ha querido renunciar a su trabajo en el aula. Y el plan sigue siendo el mismo después de que su marido, Klaus Iohannis, revalidara hace unos días su mandato como presidente del país para los próximos cinco años. En este tiempo, Iohannis ha sido una 'first lady' discreta, más dedicada a su trabajo de profesora que a cumplir con una ajetreada agencia oficial, aunque sí ha acompañado a su marido en algunos actos y viajes oficiales, como cuando en 2015 la pareja visitó España y fueron recibidos por los Reyes.

Recientemente, también asistieron a la ceremonia de entronización del emperador Naruhito en Tokio, donde la primera dama lució un llamativo vestido azul. Iohannis y su marido se conocieron en la universidad cuando ambos tenían 22 años. Después de que ella se convirtiera en profesora de inglés y él de física, se casaron en 1989. De hecho, ella fue la única razón por la que él decidió quedarse en Rumanía cuando toda su familia decidió emigrar a Alemania a principios de los 90 en busca de un futuro mejor. El matrimonio no ha tenido hijos, algo que ha hecho que los medios del país hayan especulado hasta la saciedad sobre su vida privada sin que ellos hayan querido hablar nunca del tema.

Aunque siempre se ha mantenido alejada de los focos, de ella se sabe que es una apasionada de la cultura y el teatro, que le encanta cocinar y que tiene un entrenador personal con el que hace ejercicio con regularidad. Elegante y estilosa, suele lucir creaciones de diseñadores rumanos como Andreea Tincu y siempre se ha declarado admiradora incondicional de Michelle Obama. Aunque es profundamente religiosa y asistía a misas clandestinas cuando el gobierno comunista perseguía la fe católica en Rumanía, algunos estamentos conservadores del país la han atacado por el largo de su falda cuando asiste a las ceremonias religiosas.