Dicen que entre broma y broma, la verdad asoma. La Academia del Cine apostaba de nuevo por Silvia Abril y Andreu Buenafuente, que se mueven con agilidad justamente en eso, en la broma. En el mensaje cifrado detrás de la indirecta y del juego de palabras sutil e inteligente.
La parte de dar las 'collejas' le tocaba a ella, que durante su intervención en el arranque de la gala, mandaba un buen puñado de mensajitos. Empezando por la fobia a las lenguas cooficiales que parece haberse instaurado y siguiendo por la discriminación que sufren las mujeres de más de 40 a la hora de optar a un trabajo.
Aunque quizás, lo que más llamaba la atención y calaba en las redes sociales, era la crítica que hacía al hecho de que parece que, a estas alturas de la historia, en el mundo del fútbol no se haya superado el tabú de la homosexualidad. Silvia aludía a que parece que, en todos los ámbitos se sale del armario, menos justamente en el mundo del fútbol, donde es raro que algún jugador manifieste su orientación sexual.