Décimo aniversario
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«Acaba de fallecer Elena Arnedo. Con profunda tristeza y todo nuestro cariño despedimos a una extraordinaria mujer de la que tanto aprendimos». Estas eran las palabras con las que el PSOE se despedía de su compañera de filas el 7 de septiembre de 2015, fallecida víctima de un fulminante cáncer de pulmón que le habían detectado unos meses antes.
La misma enfermedad también acabó con su hija Laura Boyer Arnero, en febrero de 2023. Tenía solo 57 años. Había estudiado Económicas, pero también Fotografía, Dirección y Guion Cinematográfico, y dejaba cuatro hijos. Para ella habían sido golpes tremendos perder a sus padres, Elena Arnedo, y un año antes, a Miguel Boyer, el 29 de septiembre de 2014.
Nacida en el seno de una familia republicana y de izquierdas, Elena Arnedo tuvo una vida fascinante en la que estuvo presente el espíritu de supervivencia que le movilizó para luchar a favor de los derechos de la mujer. También estuvo muy marcada por la experiencia de sus progenitores. Su padre, Juan José Arnedo, humanista y mecenas de proyectos sociales, había sido condenado en 1939 a 20 años de prisión por su apoyo a la II República.
También su madre, la escritora Elena Soriano, sufrió las consecuencias de profesar determinada ideología, pues, aunque fue la primera de su promoción en unas oposiciones, no pudo tomar posesión de su plaza de auxiliar de biblioteca. Más allá de las dificultades, la familia logró sobreponerse, prosperar económicamente y mandar a sus hijos al Liceo Francés, prestigiosa institución de enseñanza, a la que Elena Arnedo accedió desde el jardín de infancia.
Una de las grandes preocupaciones de los padres de Elena Arnedo y de ella misma era la salud mental de su hijo y hermano, Juan José, creativo e inteligente, pero con problemas psiquiátricos y adicciones que le hicieron pasar por distintas instituciones para intentar solucionar los problemas derivados de estas situaciones. Desgraciadamente, le atropelló un camión en 1977.
Elena Arnedo conoció a Miguel Boyer en el Liceo Francés y el flechazo fue instantáneo. Ambos compartían, más allá de la atracción del uno hacia el otro, ideales similares y grandes inquietudes culturales. En 1964 se casaron y fueron padres de dos hijos, la mencionada Laura (ya fallecida) y Miguel. Su matrimonio se desmoronó cuando el que fuera ministro de Economía y Hacienda, tras la primera victoria electoral de Felipe González, se enamoró de Isabel Preysler.
Elena Arnedo rehizo su vida con Fernando de Terán Troyano, arquitecto, catedrático de urbanismo y director del departamento de Urbanística y Ordenación del Territorio en la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid, donde se había titulado en 1961. El enlace se produjo en la más estrictamente intimidad tres años después de haber obtenido el divorcio de Boyer, en 1985.
Hay que subrayar que tuvo una brillante carrera profesional y en la política. Licenciada en Medicina, se especializó en Ginecología y posteriormente en Patología Mamaria, en la universidad de Estrasburgo, ya que en ese momento en España no era posible cursar esa especialidad. Fue militante del Frente de Liberación de la Mujer, que se creó en 1976, y una de las promotoras de la creación del Instituto de la Mujer.
Fue también impulsora de los primeros centros de Planificación Familiar y precursora del diagnóstico precoz del cáncer de mama. Directora de la edición española de El gran libro de la mujer, en 1996, publicó en 2003 La picadura del tábano: la mujer frente a los cambios de la edad, ensayo donde llamaba la atención sobre la menopausia, además de analizar los pros y los contras de los tratamientos hormonales.
Elena Arnedo presionó en el PSOE para la aprobación de la ley del aborto, porque al principio encontró mucha tibieza en su partido a este respecto, y se presentó como número tres en las listas encabezadas por Trinidad Jiménez al ayuntamiento de Madrid. Un año después, en mayo de 2004, dimitió de su puesto y ocupó su cargo Pedro Sánchez, ahora presidente del Gobierno.
HORÓSCOPO
Como signo de Fuego, los Sagitario son honestos, optimistas, ingeniosos, independientes y muy avetureros. Disfrutan al máximo de los viajes y de la vida al aire libre. Son deportistas por naturaleza y no les falla nunca la energía. Aunque a veces llevan su autonomía demasiado lejos y acaban resultando incosistentes, incrontrolables y un poco egoístas.