HACIENDO EL HUMOR
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David Broncano y su equipo de La Revuelta se van de vacaciones, pero los aficionados a las risas en TVE pueden estar tranquilos porque dos veteranos cómicos como J.J. Vaquero y Álex Clavero les cubren las espaldas en La Garita, un formato que pretende fusionar humor, nostalgia y actualidad televisiva. Los dos humoristas vallisoletanos, conocidos por su estilo canalla y sin pelos en la lengua, interpretarán a sendos guardias de seguridad con acceso libre a las instalaciones del canal público en verano.
J.J. Vaquero ya forma tándem habitual con Álex Clavero, recorriendo España con el espectáculo Nunca llueve a gusto de todos, y cuenta con un gran bagaje profesional desde que surgiera de la cantera de Central Comedy. Se define como «un cómico rudo y directo, sin filtros, al que le nace el pelo muy fuerte« y ha sido desde colaborador de El Hormiguero hasta guionista de la Gala de los Premios Goya el año que los presentó su buen amigo Dani Rovira.
Aficionado al fútbol y seguidor del equipo de su ciudad, el Real Valladolid, José Juan Vaquero es también todo un rockero. Así lo demostró en su visita a la emisora Rock FM, donde nos enteramos de que una de Obús «fue la primera cinta que me compré con mi dinero» o que en una ocasión tiró de fama para ver si se colaba en un concierto de AC/DC.
Lo de vivir del humor le llegó casi por casualidad. Él trabajaba de camarero en un bar de Pucela y según relató en una ocasión «dábamos bodas y al terminar nos sentábamos quince o veinte camareros a cenar y ahí yo era el que hacía reír al resto». Cuando sus amigos le apuntaron a un festival de monólogos y le fue bien, aquel fue el punto de inflexión de su carrera.
Pero trabajar en el mundo de la noche, tanto entre copas como entre risas, tuvo consecuencias graves para él. «Cuando yo era camarero, el día de descanso salía y me pegaba unas fiestas muy tochas con alcohol, droga… Yo no le decía que no a nada. Cuando me hice cómico seguí en la misma dinámica, con la diferencia de que ahí era casi todos los días, y aquello era una dinámica de no parar», explicó en conversación con Relevo.
Fue entonces cuando J. J. Vaquero encontró en el deporte el camino de salida a sus adicciones. Concretamente en el culturismo. «Hago mucho levantamiento y el domingo pasado competí en mi categoría. Lo hago por hacer deporte y se celebra si no te lesionas y no te duele nada. Quedé segundo de dos que competíamos», dijo hace unos años a Mundo Deportivo. Pero el humorista perseveró y además de lograr un gran cambio físico en los últimos tiempos, lograba en 2024 batir el récord de España de su categoría en la especialidad de powerlifting.
Hombre de familia, José Juan está casado y con dos hijas. Con su esposa, Nunci Fernández, pasó por el altar en una fecha muy curiosa: nada menos que un 31 de diciembre. «Casarte en Nochevieja es un berenjenal, pero acabar cada año nuestro aniversario comiendo las uvas con la familia, mientras los vecinos del barrio tiran petardos y cohetes, es una puta virguería», recordaba con buen humor en su muro de Instagram.
Paralelamente a su carrera en la comedia, el matrimonio regentaba desde hace 17 años un conocido bar en la ciudad del Pisuerga llamado El Rincón del Erizo. Pero el año pasado, ante la sorpresa de los vecinos, la pareja decidía echar el cierre definitivo al local. En declaraciones al diario Noticias de Castilla y León, Nunci reconocía que habían tomado esta decisión por «cerrar una etapa» y porque quieren «tranquilidad y la hostelería puede ser divertida y bonita, pero tranquila no».
Las dos hijas del cómico se han convertido también en protagonistas ocasionales de su trabajo. Muy recordado es el momento en el que, cuando él trabajaba en El Hormiguero, Pablo Motos invitó a Aitana, que entonces tenía cuatro años, a presentarle al inicio del programa. Ni corta ni perezosa, la pequeña apareció ante las cámaras en directo y pronunció una frase que ya es historia del programa: «Con todos ustedes, el jefe de mi padre».
HORÓSCOPO
Como signo de Fuego, los Sagitario son honestos, optimistas, ingeniosos, independientes y muy avetureros. Disfrutan al máximo de los viajes y de la vida al aire libre. Son deportistas por naturaleza y no les falla nunca la energía. Aunque a veces llevan su autonomía demasiado lejos y acaban resultando incosistentes, incrontrolables y un poco egoístas.