La vida íntima y personal de Maria Jesús Montero: una católica de izquierdas, una separación afectiva y un apodo cariñoso

María Jesús Montero es una de las figuras políticas más relevantes de los últimos años. Poco a poco, la andaluza ha ido ganando terreno dentro de su partido, el PSOE, como vicesecretaria general y dentro del gobierno de Pedro Sánchez, dónde acaba de ser nombrada Vicepresidenta primera en sustitución de Nadia Calviño.

La naturaleza política de María Jesús ha sido transversal en su vida, no solo por sus cargos, sino también por las decisiones personales que ha tenido que tomar desde su vida en Sevilla, su ciudad natal y donde su entorno la conoce como 'Marisu'.

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La sevillana nació en el barrio de Triana en el seno de una familia dedicada a la educación. Su padre, Manuel, era profesor de la sección masculina del antiguo colegio público José María Izquierdo, donde también daba clases su madre, Conchita, muy querida en el centro y a la que se homenajeó en 2012.

María Jesús comenzó su vínculo con la política cuando estudiaba Medicina en la Universidad de Sevilla. Allí se unió a las juventudes cristianas andaluzas, lo que la unió entre otras personas al cura Manuel Mallofret, su confesor en la década de los 80, que decía de ella que María Jesús tenía un punto hippie.

Durante este tiempo, Montero también descubrió al amor de su vida. En uno de los encuentros, conoció a Rafael Ibáñez Reche, estudiante de Derecho que militaba en las juventudes comunistas y de su misma edad. Primero comenzaron como amigos, pero, con el tiempo, se hicieron novios.

Pese a las diferencias ideológicas, lo que verdaderamente separaba a María Jesús y Rafael era la religión: él es ateo y ella católica y creyente, por lo que dar un paso adelante en su noviazgo y formalizar un matrimonio era todo un debate.

«Fue una boda por la Iglesia, pero no en una parroquia en sí. A muchos les chocó que alguien de Izquierda Unida aceptara un rito cristiano y así encontramos un punto intermedio, porque para ella era importante celebrar un matrimonio cristiano», aseguró Ibáñez en una entrevista en 2019. Al final, el lugar escogido fue un colegio concertado de Triana, que fue el punto de encuentro entre sus discrepancias.

La pareja tuvo dos hijas a las que criaron en colegios públicos y laicos. Actualmente, ellas residen y estudian en Sevilla, por lo que la vida de María Jesús se reparte entre Madrid y la capital hispalense para disfrutar de la compañía de ellas y de sus padres.

Su matrimonio con Rafael no pasa por su mejor momento. Tras más de 30 años juntos, la pareja afronta un proceso de distanciamiento, aunque mantienen un cariño y respeto mútuo. «Separación afectiva», la describió Rafael a LOC hace ya cuatro años.

María Jesús está centrada en sus nuevas responsabilidades políticas en el ámbito nacional. Sus hijas ya son mayores y no parece volcada en su vida amorosa, por lo que está volcada en su trabajo. Su aún marido la definió como «trabajadora» y con «vocación de servicio», así que a nadie sorprende que ahora Pedro Sánchez la aúpe como su mano derecha al ser nombrada vicepresidenta primera del gobierno de España.

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