La madre de su primer hijo
La madre de su primer hijo
La figura de José Antonio Morante Camacho se está convirtiendo en objeto de renovado culto desde que el diestro andaluz se cortara la coleta para sorpresa del respetable en la corrida del Día de la Hispanidad celebrada en la madrileña Plaza de las Ventas. Desde entonces, se han sucedido los homenajes a la figura de uno de los toreros más importantes de las tres últimas décadas, pero también se ha puesto el foco en su faceta más personal.
Mucho se ha hablado de sus graves problemas relacionados con la salud mental, que le obligaron a apartarse del toreo en numerosas ocasiones y a tomar en última instancia la decisión de no vestir más el traje de luces. Pero también del gran apoyo que ha recibido de su familia en sus momentos más complicados. «Estamos centrados en su recuperación, solo quiero volver a ver su sonrisa», aseguraba su actual esposa, Elisabeth Garrido, poco después de la última faena de Morante.
Pero antes de comenzar la relación sentimental con la madre de sus dos hijas pequeñas, el torero vivió una larga y discreta historia de amor con Cynthia Antúnez, con la que terminaría casándose en 2005 en su pueblo natal. En su época de novios, Cynthia jugó un papel muy importante para ayudar al torero a superar sus primeros problemas con el trastorno disociativo, que le hacían llorar continuamente sin motivo aparente y supusieron su primera retirada de los ruedos.
Si el segundo enlace de Morante se produjo de forma íntima y sin apenas presencia de colegas de profesión, su primer 'sí, quiero' fue un auténtico quién es quién del mundo taurino. Su boda con Cynthia Antúnez tuvo lugar el 23 de octubre de 2005, hace casi exactamente veinte años, y todos sus paisanos de Puebla del Río se echaron a la calle para celebrar el acontecimiento junto a ellos, pese a la lluvia que acompañó a la jornada.
La boda se celebró en la Iglesia Virgen de la Granada del pueblecito sevillano y a continuación los 400 invitados se trasladaron a la hacienda Atalaya Alta, un cortijo del siglo XVII en Carmona, donde se celebró el convite. «Estoy muy contento con el paso que voy a dar en mi vida. Tenemos 27 años los dos y ya era hora de dar el paso», aseguraba aquel día el torero al diario Sevilla Press. Reconociendo estar mejor de sus problemas de salud mental, añadía que «la gente ha estado muy cariñosa conmigo. En parte, me han ayudado a salir de este infierno».
Prácticamente nadie quiso perderse aquella ceremonia. Entre los invitados vimos a conocidos toreros junto a sus esposas: Enrique Ponce y Paloma Cuevas, Espartaco y Patricia Rato o Finito de Córdoba y Arancha del Sol. También destacó la presencia de Jose María Manzanares hijo, de Juan Jose Padilla y de los miembros de la cuadrilla de Morante.
Después de que Cynthia Antúnez jugara un papel clave para ayudar a su pareja a superar su patología, ella y Morante se convertían en 2007 en padres de su primer hijo: José Antonio junior. El joven, que ha optado por ser futbolista en el Betis en vez de seguir los pasos de su padre en el toreo, le dedicaba unas emotivas palabras tras su retirada: «Sé lo mucho que te ha costado llegar hasta donde has llegado y te admiro en cada paso que das. Y aquí estaré siempre para acompañarte porque eres lo más grande que me ha pasado en la vida».
Sin embargo, la relación no pudo fructificar y a finales de 2008, la pareja anunciaba su intención de emprender caminos separados. No aclararon entonces con el habitual comunicado cuáles eran las causas de su divorcio. Si bien habían venido provocadas por los problemas médicos del torero o por otras razones personales.
Lo cierto es que, según publicó en aquel momento el diario ABC, la ruptura afectó mucho al diestro «a nivel emocional». No obstante, Morante de la Puebla sacó fuerzas para superar el bache gracias a su hijo. Desde entonces, ambos han mantenido una relación cordial y les hemos visto juntos en eventos familiares como la Primera Comunión de Morante junior.