Por qué desapareció de la televisión Paloma Lago, la presentadora más guapa y elegante de los 90

Superada la barrera de los 50, las mujeres se vuelven, nos volvemos, 'peligrosas'. Digámoslo con muchas comillas, claro, pues la peligrosidad se reduce a poder decir verdades que antes, por las razones que fuera, se callaron. El tiempo permite entender situaciones que, en su momento, se deglutían como 'normales'. Les pasa a todas las presentadoras de televisión que repasan su trayectoria en '¿Yo fui mujer florero?'', el documental estrenado el pasado diciembre en el streaming que cuenta cómo era la tele de los 90 para las mujeres. No está entre ellas Paloma Lago, pero aquel fue también su mundo.

Paloma Lago (58 años), hoy en el punto de mira de la actualidad por su denuncia por agresión sexual contra Alfonso Villares, quien ha dimitido de su cargo como consejero del gobierno gallego, figuraba en lo más alto del escalafón destinado a las mujeres que hacían entretenimiento en televisión. Lago fue florero porque perteneció a aquella generación de profesionales reclutadas, eminentemente, por su aspecto, pero tenía guión, protagonismo y e iba suficientemente vestida. Recordemos que, en aquel inicio de las televisiones privadas, muchas azafatas de Telecinco incluso mostraban sus pechos en 'prime time'.

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La elegancia de Lago, graduada en Diseño de Moda y ganadora en 1989 del concurso de modelos que convocaba la agencia Ford en España, la elevó sobre su competencia como una especie de homóloga de Ana Obregón, entonces en el mismo papel de 'florero chic' en Televisión Española. «Valerio Lazarov me eligió como primera cara de Telecinco y con Ramón García di las campanadas más vistas de la historia: 13 millones de personas en TVE», recordó la propia Paloma en una entrevista en el La Voz de Galicia, recordando al mítico realizador encargado de trasplantar en España la manera de hacer televisión italiana.

Aquella televisión del destape no se ha destapado verdaderamente hasta ahora, cuando las presentadoras ya cincuentonas han comenzado a contar sus experiencias juveniles. En '¿Yo fui una mujer florero?' se escuchan cosas como esta del comportamiento de aquellos directivos: «El último peaje no lo pasé, porque era un peaje, peaje»; «Bajaban al plató a cazar»; «Casi tenía que ser un halago que viniera el directivo de turno y te tocara el culo»; «Si hubiera aceptado alguna proposición indecente estaría todavía en pantalla».

El pasado marzo, María Rey, presentadora de informativos, confesó en el programa especial del canal Cosmo 'Mujeres en Televisión: 25 años de cambio': «En mi primera etapa recuerdo situaciones en las que sufrí acoso y en algún momento violencia o intento de agresión. Me parece increíble que eso pudiese ocurrir con esa naturalidad y que yo asumiese que era un riesgo del oficio». Ana Morgade, cómica televisiva, contó en el programa de La 2 'Al cielo con ellas' que un directivo quiso obligarla a protagonizar un sketch en ropa interior, hace no demasiado tiempo. «Era de estos que pasaba delante de mí y decía: 'a esta con más escote, que tiene las tetas gordas. Lo decía sin mirarme», contó.

Paloma Lago fue el orgullo de su tradicional familia, un clan muy conocido en Ferrol, pues su padre, Federico (Quico) Pérez-Lago, además de pertenecer a famoso grupo musical Los Zafiros fundó el certamen hípico Equiocio, del que Federico, el único hermano varón de Paloma (tiene tres hermanas más), es el actual director. Coincidiendo con su salto a la fama en 1990, se casó con Javier García Obregón, hermano de Ana Obregón y padre de su único hijo, nacido en 1996. «He nacido para ser madre. De no haberlo conseguido, habría sido otra persona el resto de mi vida», dijo entonces. Paloma y Javier se divorciaron en 2000.

La carrera de televisión de Paloma Lago mantuvo su continuidad algo más de una década. Podríamos suponer que su desaparición se debió a las mismas razones que aún tienen validez hoy: en cuanto las profesionales ante la cámara se acercan a los 40, da igual el talento que tengan, se sustituyen por otras más jóvenes. Sin embargo, lo que sucedió con las presentadoras de su generación fue aún más crudo: podemos hablar de una verdadera 'limpia', que se llevó por delante a todas estas caras cuando la audiencia dejó de sentirse seducida por su particular destape.

Lo explicó Loreto Valverde, actriz y copresentadora con Lago en 1998, en el programa de Televisión Española 'Risas y estrellas', en el documental '¿Yo fui una mujer florero?'. «No fue una evolución lógica y natural, fue un cambio muy drástico. Lo que encantaba, de repente no se llevaba y había que dar un giro radical. Telecinco, por ejemplo, cambió la directiva e hizo una limpia. Lo que antes era maravilloso, ahora no valía para nada». Y aunque ella pudo seguir trabajando en televisión y teatro, «muchas compañeras se tuvieron que reinventar».

Con todo, el increíble porte de modelo de Lago y sus dotes comunicativas le permitieron seguir ejerciendo su vocación con apariciones especiales o en canales temáticos, hasta que en 2019 dejó Madrid y volvió a su Ferrol natal. Allí ha seguido trabajando en la televisión autonómica y otros proyectos relacionados con la comunicación. En estos años de reivindicación del papel de las mujeres en la televisión, jamás se pronunció. Sus disgustos con repercusión pública han provenido, más bien, de su vida personal.

Antes de esta denuncia por agresión sexual que vuelve a llevar a Paloma lago a los titulares, la presentadora ya tuvo un susto grave por otra relación sentimental. Fue a finales de 2008, cuando Paloma lago comenzó a salir con Wojciech Sarjust Zaleski, quien decía ser un príncipe polaco. Lago terminó denunciándole por estafarle 140.000 euros con la excusa de una inversión inexistente y hasta se llegó a publicar que había tramado un plan para terminar con su vida.

Antes de su discretísima relación con el ex consejero de la Xunta de Galicia Alfonso Villares, Paloma Lago mantuvo una igualmente discreta y larga relación con el policía nacional Daniel López, al que conoció en junio de 2014. Curiosidad: se encontraron durante la proclamación de los reyes Felipe y Letizia. Él formaba parte de la seguridad de los monarcas.

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