El santo no celebrado del Rey

Don Felipe ha decidido celebrarlo en la intimidad, descolgándose de lo que han hecho sus ancestros tradicionalmente.

Almudena Martínez-Fornés
ALMUDENA MARTÍNEZ-FORNÉS

En la monarquía española siempre ha existido la tradición de celebrar el santo del Rey, aunque con el paso de los años esta ceremonia fue perdiendo pompa y brillo, y ganando austeridad. En tiempos de Alfonso XIII, el Rey concedía generosos indultos y ofrecía varias recepciones y una gran cena de gala en el Palacio Real. Incluso, cuando don Alfonso era demasiado niño para asistir a fiestas nocturnas, su madre, la Reina María Cristina, presidía los banquetes celebrados en honor del monarca ausente. Era una fiesta tan consolidada que también se mantenía cuando la Familia Real estaba de luto, el cual quedaba interrumpido durante el tiempo que durara la gala.

Después, cuando don Juan Carlos fue proclamado Rey, mantuvo la costumbre de dar más proyección a su onomástica que a su cumpleaños, pero adaptó la celebración a los nuevos tiempos, y el día de San Juan Bautista (24 de junio) ofrecía recepciones en los jardines del Campo del Moro a las que invitaba a cientos de personas en representación de los distintos sectores de la sociedad. Algún año trasladó su santo a los Reales Alcázares de Sevilla y al Club Náutico de Las Palmas y, tras el fallecimiento de su padre, el conde de Barcelona, sustituyó la recepción por una sencilla celebración en La Zarzuela, a la que solo asistían las más altas autoridades del Estado.

Algunas onomásticas le sorprendieron de viaje, en Australia, Noruega, Castellón, Galicia y Zaragoza, o en el avión, rumbo a China. Solo volvió a celebrar su santo una vez más en el Palacio Real, cuando condecoró a los padres de la Constitución, y a partir de 2010, cuando suspendió la recepción tras la muerte de 12 jóvenes en la vía del tren de Castelldefels, no volvió a celebrar su santo en público.

Celebra, en el ámbito privado, San Felipe Apostol, el 3 de mayo

Don Felipe, sin embargo, no ha recuperado la costumbre de celebrar su onomástica más allá del ámbito privado. Tan discreta ha sido siempre esta celebración, tanto cuando era Príncipe de Asturias como ahora, que la mayor parte de la gente no tiene idea de cuándo es su santo. Lo cierto es que el Rey lo celebra el 3 de mayo, día de San Felipe Apóstol.

Fue precisamente esa fecha del año 1981 la que escogió su padre para concederle el Collar de la Orden del Toisón de Oro, "siguiendo la tradición de la Monarquía española y para dar testimonio de mi cariño a mi amado hijo Felipe, Príncipe de Asturias y heredero de la Corona". No obstante, el entonces Príncipe tuvo que esperar cinco años para que el Rey se lo impusiera en vísperas de su jura de la Constitución como heredero de la Corona (30 de enero de 1986) ante las Cortes.

Don Felipe tampoco hará nada especial el día de su próximo santo. Él es más partidario de celebrar los aniversarios institucionales que los personales, pero aun faltan casi dos meses para que cumpla su segundo año como Rey, el 19 de junio, y en Zarzuela los planes se cierran con mucha menos antelación.

21 de marzo-19 de abril

Aries

Como elemento de Fuego, los Aries son apasionados y aventureros. Su energía arrastra a todos a su alrededor y son capaces de levantar los ánimos a cualquiear. Se sienten empoderados y son expertos en resolver problemas. Pero son impulsivos e impacientes. Y ese exceso de seguridad en sí mismos les hace creer que siempre tienen la razón. Ver más

¿Qué me deparan los astros?