el «cerebrito» de la familia
el «cerebrito» de la familia
Hasta ocho son los hermanos que tiene Tamara Falcó, cuatro por parte de madre y otros por parte de padre. Ninguno de ellos iguala el nivel de fama de la marquesa de Griñón, pero en el polo opuesto a ella podríamos situar a Aldara Falcó de la Cierva, la benjamina y a la vez la más desconocida de esta aristocrática familia. Siempre lejos del foco mediático, tan solo tiene presencia en la red social LinkedIn y ha sido a través de ella como nos hemos enterado de que su futuro inmediato pasa por estudiar en la prestigiosa Universidad de Harvard.
Aldara es fruto del matrimonio del fallecido Carlos Falcó y Fátima de la Cierva, hija de los marqueses de Poza. La pareja permaneció junta durante dos décadas, las más tranquilas en cuanto a portadas de revistas del clan tras el terremoto Preysler. Tanto en lo físico como en el carácter, la joven es muy parecida a su madre, una aristócrata con una sólida formación y prácticamente invisible a ojos de la prensa.
Destacando tanto por su gran discreción como por sus inquietudes intelectuales, esta joven de 27 años estudió Filosofía y Matemáticas en la Universidad de Viena. Toda una trotamundos, durante unas vacaciones de verano trabajó recogiendo cerezas en la ciudad canadiense de Vancouver. Es también una gran aficionada al futbol, como ha confesado ella misma, especialmente del Atlético de Madrid. También es una gran lectora y una gran amante del campo, como su padre, que siempre decía de ella que era «un cerebrito».
La más joven de los hermanos de Tamara Falcó también es la que parece mantener mejor el anonimato y los pies en la tierra. Tanto que incluso rechazó ser presentada en sociedad en el baile de debutantes de París al cumplir los 18 años, a pesar de haber recibido la cotizada invitación. Centrada en sus estudios, de ella su padre comentó en una entrevista que es «superlista, práctica... dice que quiere ser Nobel de Química».
Desde luego, méritos para ser la mejor formada de la familia no le faltan: además de su lengua materna, habla con fluidez alemán, italiano, francés e inglés y ha completado sus estudios en el extranjero con un máster en la UNED. Su último trabajo hasta la fecha ha sido como asesora didáctica en varias escuelas públicas de Río de Janeiro.
«Hoy comparto con gratitud y emoción el cierre de una etapa muy significativa», compartía Aldara en LinkedIn al despedirse hace apenas un mes de sus compañeros en Brasil «con el corazón lleno y con una profunda admiración por el trabajo de tantas personas comprometidas. Me llevo muchísimo más de lo que traje. Esta experiencia ha reafirmado mi compromiso con una educación pública, equitativa y de calidad».
Siguiendo los pasos de la princesa Elisabeth de Bélgica, que comenzó allí sus estudios el año pasado, y desafiando los deseos del gobierno de Donald Trump de prohibir la inscripción de estudiantes extranjeros, Aldara Falcó de la Cierva se prepara para iniciar en otoño sus estudios en la Universidad de Harvard, una de las más importantes del mundo. Algo que para ella supone cumplir un sueño que tenía desde niña.
«Aún recuerdo la sudadera que me compré con once años en Boston. Lucía orgullosa el logo de Harvard University sin saber que, años después, cumpliría ese sueño. ¡Hoy me alegra compartiros que empiezo el máster de Políticas Públicas en la Harvard Kennedy School!», escribía, feliz, en sus redes sociales, dando las gracias a sus padres y a toda su familia »por apoyarme, escucharme y quererme«.
La Harvard Kennedy School es una de las doce escuelas de la Universidad de Harvard que imparten programas de posgrado y se encuentra ubicada en Cambridge, Massachusetts. Se precia de ser la primera institución en el mundo en consagrarse al estudio de las políticas públicas y por sus aulas han pasado nada menos que 21 jefes de Estado o de Gobierno.