bodas de aluminio
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La elegancia y el estilo de Beatrice Borromeo impregnó los dos acontecimientos nupciales de aquel año. La primera ceremonia se celebró en Mónaco, el 25 de julio de 2015, en la sala de los espejos del palacio de los Grimaldi, la misma en la que había contraído matrimonio tres veces la princesa Carolina. Asisitieron 70 testigos, entre ellos el príncipe Alberto, aunque sin su esposa, Charlène, que excusó su presencia por una ciática. Fue oficiada por el ministro de Justicia del Principado, Phillippe Narmino, y duró 20 minutos. La ceremonia religiosa se celebrço el 1 de agosto. Entre las dos bodas, Beatrice utilizó cinco vestidos.
Para la ceremonia civil, lució un impresionante vestido de gasa en rosa palo con mangas tipo capa y bordados florales y encaje dorados realizado a medida por los dos directores creativos de Valentino: Maria Grazia Chiuri y Pierpaolo Piccioli. El diseño se inspiraba en la colección de Primavera-Verano del modisto. Como tocado, una sencilla diadema de flores moradas y amarillas sobre un peinado ligeramente ondulado.
Carolina le había regalado días antes unos pendientes de la casa berlinesa de joyería A.E. Köchert que hacían juego con su anillo de compromiso. Estas fueron las únicas joyas que llevó la novia. La pareja y luego las familias salieron a saludar al balcón real. Beatrice llevaba un ramo silvestre confeccionado con espigas.
Tras la ceremonia, los invitados disfrutaron de una fiesta campestre al estilo monegasco en los jardines de Palacio, en la que los perritos calientes fueron los protagonistas. Acudieron más de 500 invitados. Pierre Casiraghi vistió el traje tradicional de la Camarga y Beatrice escogió un vestido tradicional monegasco. Fue el príncipe Alberto el encargado de dar la bienvenida a la familia a Beatrice. «Pierre quería una boda que le recordara a su infancia y poder compartir ese sentimiento con la novia», explicó el príncipe a los asistentes. Los Grimaldi también habían organizado juegos como la petanca y una cucaña.
Por la noche, más de 700 invitados se reunieron en el Hotel París, en la sala Imperio. Beatrice Borromeo escogió para la fiesta otro diseño de Valentino con finos tirantes cruzados en la espalda, falda vaporosa y bordada con nubes plateadas, adaptación de un diseño de la colección Couture. Para cerrar la noche, los invitados se desplazaron al club Jimmy'z.
El 1 de agosto se celebró la ceremonia religiosa, en una de las islas Borromeas, en el Lago Maggiore, pertenecientes a la familia de la novia. El casamiento tuvo lugar en la iglesia privada del Palacio Borromeo, en el islote de San Giovanni. La noche anterior se celebró una fiesta de bienvenidas. El novio fue el primero en dejarse ver por las calles del pueblo de Angera, en la orilla del lago, junto a algunos amigos, entre ellos, Lapo Elkann, que se ofreció a llevar a los niños en un antiguo Fiat 500, marca de la empresa familiar, con asientos de mimbre.
Los invitados empezaron a desplazarse en varias embarcaciones hacia la isla de San Giovanni. Beatrice escogió un diseño de Alberta Ferretti: un vestido blanco de seda con bordados a mano en la falda, en las mangas estilo campana y en la parte central del cuerpo. Un estilo «boho chic» muy propio de la novia, que deslumbró como nunca. Dejó su melena suelta y la adornó con flores blancas. Calzó unas sandalias ultraplanas.
Para la ceremonia religiosa, a la que asistieron 500 personas, la novia optó por Armani, que creó un diseño especialmente para la ocasión. Con una elegancia clásica, exhibía mangas de corte francés y una silueta acampanada, realizada en encaje de chantilly, con una cola de tul de seda. Recogió su pelo y lo cubrió con un largo velo, también de chantilly.
Tras la ceremonia religiosa, Beatrice se cambio de nuevo de vestido y lució un Armani Privé confeccionado en tul de seda blanco con micro drapeados y un generoso escote delantero. Llevó, además, dos broches antiguos de diamantes, quizá ese algo antiguo o prestado que deben llevar todas las novias. Completó el «look» con unas sandalias de tacón plateadas, una gargantilla de platino y diamantes y un peinado recogido con trenzas.
Entre los invitados se pudo ver a la cantante Lana del Rey con su novio, el fotógrafo Francesco Carrozzini, hijo de la periodista Franca Sozzani, a Poppy Delevingne con su marido, James Cook, a Lauren Santo Domingo, Julio Mario Santo Domingo y Nieves Zuberbühler, a la joyera Sabine Getty, a la «it» Bianca Brandolini, a Margherita Missoni, a Eugenie Niarchos, a Diane von Furstenberg y a los príncipes herederos Haakon y Mette-Marit de Noruega con su hijo Marius.