UNa celebración AGRIDULCE
UNa celebración AGRIDULCE
Generalmente Carole, la madre de Kate Middleton, ha celebrado sus cumpleaños por todo lo alto. Cómo olvidar cuando al celebrar los 60 se marchó a la isla caribeña de Mustique y en la fiesta contaron con una banda de jazz, fuegos artificiales, se sirvió champán y cóctails de granadina. Este año, Carole y Michael Middleton no están para fiestas ostentosas y será una celebración mucho más modesta. Entre sus invitados, sus hijos, Pippa y el controvertido James Middleton.
No fue 2023 un buen año para los Middleton y 2024 también lo han empezado con preocupación, este jueves 1 de febrero, Carole Middleton ha cumplido 69 años. Lo hace con la preocupación por la salud de su hija, la princesa de Gales, que ha sido sometida a una cirugía abdominal, cuya naturaleza no se ha desvelado y que va a requerir una convalecencia que durará al menos hasta después de Pascua.
Desde que en junio del año pasado colapsara la empresa Party Pieces, no se ha vuelto a ver a Carole Middleton más que en una ocasión. Fue en el servicio navideño que se celebró en la abadía de Westminster antes de Navidad y allí estuvo acompañada por su hija, Kate Middleton.
No estuvo presente Carole Middleton en otras citas en las que sí era habitual, las carreras de Ascot y el torneo de tenis de Wimbledon, al que también suelen acudir algunas de las figuras más relevantes de la casa real británica, además de celebrities y miembros de las élites financieras y deportivas.
No eran momentos fáciles para los Middleton, pues su empresa había quebrado dejando una deuda de 2,6 millones de libras esterlinas. Se dedicaba a artículos de decoración para fiestas infantiles y siempre había estado bajo la sombra del tráfico de influencias. Se creía que se beneficiaban de su relación con la casa real británica para conseguir clientes, pero lo cierto es que el negocio no ha sido viable.
Los Windsor no se olvidaron de los Middleton en la coronación de Carlos III. De hecho se sentaron en la fila siete, detrás de la familia real y las autoridades internacionales, presentes para contemplar este momento histórico en el que el eterno príncipe de Gales reemplazó a su madre, la incombustible reina Isabel II.
Para Carole Middleton fue un golpe muy duro perder la empresa y, además, recibir durísimas críticas por las deudas que ha dejado detrás. Esta iniciativa se le ocurrió en la cocina de su casa, cuando estaba embarazada de su hijo James, en 1987 y ahora se encuentra en manos de otros inversores que están haciendo todo lo posible por reflotarla.
En la serie The Crown, disponible en Netflix, se la retrataba como la artífice del noviazgo del príncipe Guillermo y su hija, algo que han desmentido distintas personas de su entorno. Entre ellas, su hermano, Gary Goldsmith, quien mostró su indignación en un podcast, donde manifestó que esta ficción no se ajustaba a la realidad y no representaba a los Middleton con rigor.
Lo que sí es evidente es que Michael y Carole Middleton se han puesto a disposición de Kate y Guillermo, para ayudarles a cuidar a sus tres hijos. Viven en Berkshire, a apenas 40 minutos en coche de Adelaide Cottage, en Windsor Green Park, donde la princesa de Gales continúa con su recuperación, completamente apartada de la vida pública, al menos hasta después de Semana Santa.