Por qué Carolina de Mónaco no asistió al Baile de la Cruz Roja y dejaron sola a Charlène y a Camille Gottlieb, hija de Estefanía de Mónaco

La tensión entre Carolina y Charlène continúa creciendo. La princesa de Hannover y sus hijos abandonaron a la primera dama de Mónaco en la fiesta favorita de Grace Kelly y Rainiero.

Los únicos miembros de la familia real monegasca que asistieron al Baile de la Cruz Roja fueron los príncipes Alberto y Charlène y la hija menor de Estefanía de Mónaco, Camille Gottlieb. / gtres

Elena de los Ríos
ELENA DE LOS RÍOS

Este ha sido un año excepcionalmente extraño en Mónaco, con la ausencia de la princesa Charlène planeando durante más de diez meses sobre todas las actividades de la familia Grimaldi y el paso al frente de Carolina de Mónaco la primera dama oficiosa del clan. La desaparición de la primera dama del Principado ha provocado no pocos rumores y desmentidos que no ha suturado su vuelta. De hecho, la agenda oficial de eventos de los Grimaldi parece confirmar el cisma con Carolina y sus hijos.

Este año y debido a la pandemia, el mítico Baile de la Rosa que suele celebrarse en primavera movió su fecha para instalarse a primeros de julio, peligrosamente cerca de otro gran evento en el que también solía reunir a toda la familia Grimaldi: el Baile de la Cruz Roja. Ambas fiestas prolijamente reflejadas en la prensa mundial, son benéficos

Lo vimos claramente entonces: los Grimaldi más royal, esto es, Carolina de Mónaco, sus cuatro hijos y sus respectivas parejas, asistieron al Baile de la Rosa que se celebra en beneficio de la Fundación Princesa Grace, sumando el imprescindible glamour de moda que se le supone a esta fiesta, en esta ocasión bajo la dirección artística de Christian Louboutin. Charlène ni apareció.

La ausencia de la princesa Charlène del Baile de la Rosa confirmó las diferencias que existen en el seno de la familia Grimaldi, con Carolina de Mónaco, la primera dama en funciones del Principado, por un lado, y Charlène Wittstock, primera dama oficial, por otro. Prácticamente no coinciden en ninguna reunión familiar.

La problemática relación entre ambas princesas, dos pesos pesados en el Principado de Mónaco, necesariamente tiene que haber provocado tensiones insoportablestanto en el príncipe Alberto de Mónaco, dividido entre la lealtad a su hermana y la estabilidad de su matrimonio, como en Estefanía de Mónaco y su prole, mucho más alejada de las ambiciones de palacio.

Ha sido precisamente una representante de la familia de Estefanía de Mónaco la que ha querido acompañar a Charlène de Mónaco en el Baile de la Cruz Roja, el tradicional evento benéfico que, cada verano, reunía a los Grimaldi en la Sala de las Estrellas del Sporting de Montecarlo. Solo tres miembros de la familia han asistido a una fiesta que solían hacer pleno royal: los príncipes Alberto y Charlène y su sobrina, Camille Gottlieb.

Solo la hija menor de Estefaníade Mónaco acompaño a la princesa Charlene en el Baile de la Cruz Roja

Solo la hija menor de la princesa Estefanía de Mónaco quiso acompañar a los príncipes de Mónaco en el que era el evento festivo favorito de Grace Kelly y el príncipe Rainiero. Con los 24 años recién cumplidos (nació un 15 de julio), Camille lució un vestido negro realzado con bordados dorados y falda transparente, de Red Valentino, con zapatos adornados con cristales y pendientes de Dior. Recordemos: nació de la polémica relación que la hija menor de Grace Kelly tuvo con uno de sus guardaespaldas, Jean Raymond Gottlieb.

A pesar de su juventud, poco podía hacer Camille para competir con Charlène de Mónaco, impresionante con un look de Prada con el que se vuelve a desmarcar de las royal Grimaldi, tan aficionadas a Chanel y, en general, a la moda francesa. La princesa llevó el vestido blanco nacarado con bordados florales de pedrería y lentejuelas, cuello a la caja, y falda larga hasta los pies en línea trapecio.

Para completar el espectacular estilismo, Charlène de Mónaco llevós sandalias Versace, clutch de cristales y joyas que recrean mariposas de Van Cleef & Arpels. Y un maquillaje metalizado con el que recuperó el glamour que lucía antes de su misteriosa enfermedad. Parece que la princesa ha vuelto a la vida social con fuerza, y sin que le importe la ausencia del resto de la familia.

Sin duda, estamos ante un pulso de poder en el seno de la familia Grimaldi y entre dos mujeres que se disputan la herencia de la princesa Grace: su hija mayor y heredera de su proverbial elegancia, y la primera dama legítima y la mujer que trata de imprimir su propio sello al futuro del Principado con más glamour de Europa.

Veremos, a lo largo de los próximos doce meses, su estas dos princesas aceptan compartir foto, algo complicado ya que la posición de Charlène de Mónaco siempre va a ser jerárquicamente superior a la de la princesa de Hannover, al menos en lo institucional. Si Carolina trata de imponer su linaje a las funciones constitucionales, lleva las de perder. Charlène siempre será la primera dama de Mónaco en el balcón del Palacio Grimaldi, en el Baile de la Rosa y en el Baile de la Cruz Roja.

21 de marzo-19 de abril

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