Todo lo que ha dicho Corinna Larsen del rey Juan Carlos I (y lo que le queda por contar)

La princesa que no es princesa vuelve a la carga: a las puertas de que se cumpla un año desde que el rey Juan Carlos I cambió España por Abu Dabi, Corinna Larsen amenaza al emérito con una nueva demanda interpuesta en Londres. ¿Qué le queda por contar a Corinna del rey?

La ex princesa Corinna, la amiga del rey Juan Carlos I. Si quieres ver imágenes de la vida del rey, pincha en la foto./gtres

La ex princesa Corinna, la amiga del rey Juan Carlos I. Si quieres ver imágenes de la vida del rey, pincha en la foto. / gtres

Silvia Vivas
SILVIA VIVAS

Pocas veces un affair real ha dado para tanto. Desde que escuchamos por primera vez el nombre de Corinna Larsen en 2012 (por aquel entonces aún se le llamaba princesa) ha llovido mucho, pero las polémicas continúan: esta misma semana Corinna Larsen ha interpuesto una demanda contra el rey Juan Carlos en un juzgado londinense. La mujer que según los cotilleos y Pilar Eyre estuvo a punto de hacer que el rey Juan Carlos I le planteara el divorcio a la reina Sofía, y a la que descubrimos en la primera plana de los periódicos por un accidente de caza en África, se ha convertido en el mayor quebradero de cabeza de la Casa Real española, y muy especialmente del rey emérito a pesar de que este mantiene un perfil bajo desde que se mudó a Abu Dabi en agosto de 2020.

La historia del rey Juan Carlos I con su «amiga entrañable» está jalonada de juicios, declaraciones polémicas y demandas desde que su relación quedó al aire tras el accidente en Botsuana en el que el rey acabó en el quirófano y medio país enterándose de con quién y cómo pasaba el monarca su tiempo libre.

Corinna Larssen y su segundo marido el prìncipe Casimir zu Sayn-Wittweinstein / gtres

El último de estos polémicos episodios se ha vivido esta misma semana: en un giro de los acontecimientos Corinna Larsen ha interpuesto una demanda contra Juan Carlos I en el Alto Tribunal de Justicia de Londres en la que acusa al emérito de acoso y espionaje a cargo del Centro Nacional de Inteligencia español y solicita que ni él ni ninguno de los funcionarios de la central de inteligencia española puedan acercarse a ella, su hijo o sus propiedades. ¿Pero cómo se ha llegado a esta situación? Hagamos un repaso de todo lo que Corinna Larsen ha contado hasta el momento del emérito.

Quién en Corinna Larsen y cómo conoció al rey Juan Carlos I

Corinna Larsen no nació princesa, como muchos pensamos cuando se dio a conocer en los medios españoles, de hecho, ni siquiera pertenece a la aristocracia aunque desde pequeña ha estado acostumbrada a codearse con los círculos más poderosos de allá por donde ha pasado. Quienes la conocen la definen como una mujer seductora, inteligente y con buena cabeza para los negocios.

A los 21 años se licenció en Relaciones Internacionales en Ginebra y a los 25 ya estrenaba primer marido. El afortunado era un empresario inglés llamado Philip Adkins, en aquel momento consejero delegado de una empresa de transporte marítimo de mercancías, con el que tendría su primera hija, Anastasia. El matrimonio no dio para más (a los dos años Corinna ya pidió el divorcio y lo materializó a los cuatro) pero dejó buen sabor de boca en ambos, que conservan una excelente relación. Tanto es así que cuando Juan Carlos I tuvo su accidente africano el primer marido de Corinna también estaba allí para verlo.

La empresaria Corinna Larsen siempre ha negado ser la amante del rey Juan carlos I. Ahora lo ha denunciado por acoso. / gtres

Tras su divrcio Corinna vivió un noviazgo (con compromiso de boda incluido) con el heredero de Mercedes-Benz, pero no fue hasta el año 2000 cuando Corinna Larsen pasó de nuevo por el altar, y esta vez sí, se convirtió en princesa, concretamente en la princesa consorte de una de las dinastías alemanas más antiguas de Europa, la Sayn-Wittgenstein.

La boda con el príncipe Casimir zu Sayn-Wittgenstein, no fue del agrado de todos los familiares del novio segùn confesó una fuente muy fiable a Vanity Fair, al fin y al cabo ella no tenía título ninguno, aún no poseía fortuna propia, era una década mayor que el novio y estaba divorciada. El matrimonio principesco duraría cinco años y le proporcionaría a Corinna su segundo hijo.

Para cuando rubricó su segundo divorcio Corinna Larsen ya tenía su propio negocio de relaciones públicas y estaba más que acostumbrada a lidiar con hombres poderosos y facilitar reuniones en cacerías organizadas por ella misma en las que se cerraban tratos millonarios de los que, según apuntan siversos medios como El Pais, se llevaba una comisión. Y en una de estas cacerías, en 2004, conoció al rey Juan Carlos I.

Vídeo. Quién es Corinna

Fue en la finca La Garganta situada en Ciudad Real. Monarca y ex-princesa se conocieron y empezaron a hablar de negocios. El rey le encargó que organizara el viaje de novios de los príncipes de Asturias y ella así lo hizo. Debió quedar satisfecho porque desde entonces ella se convirtió en su compañera en numerosos viajes oficiales y privados.

Los favores de Corinna al rey (y los favores del rey a Corinna)

Tras la debacle de Botsuana, la prensa internacional se llenó de titulares que apuntaban a la naturaleza íntima de la relación entre la empresaria y el entonces rey de España. Los abogados de Corinna apenas pudieron frenar un par de reportajes británicos al respecto por constituir un ataque a su intimidad mientras en el italiano La Stampa hablaban en primera plana sobre la «amante del rey de España» y en Estados Unidos se planteaban si este desliz real le podía costar a Juan Carlos I el trono. Tanto ella como su círculo íntimo siempre han negado que hubiera algo más que amistad y buenas intenciones entre ellos, eso sí, una amistad que costaba millones de euros.

La relación entre el rey y Corinna estaba bañada en oro y ella misma lo confirma en sus declaraciones. En el diario El Pais publicaron cómo el rey emérito había pedido a Corinna «el favor» de conseguir a Iñaki Urdangarín un puesto en la Fundación Laureus. Y según Vanitatis poco tiempo después Corinna y su hijo pasaron a instalarse a Madrid, concretamente a una casa con acceso directo a La Zarzuela y cuya reforma costó medio millón de euros para dotarla, entre otras mejoras, de dos piscinas. Fue tras ese periodo de cuatro años de estancia en Madrid y el accidente de 2012 que marcó el fin de la «entrañable amistad» entre ambos cuando Corinna afirma haber recibido del rey un regalo de 65 millones de euros «por amor y gratitud».

Precisamente han sido esos 100 millones de dólares (65 millones de euros) los que han desencadenado la última demanda de Corinna contra el rey Juan Carlos I y el CNI. Cuando «el amor y la gratitud» se acabaron, el rey le pidió a Corinna Larssen que reembolsara esa cantidad para que él pudiera disponer de ella... y ella se negó explicando al abogado del monarca que en ningún momento Juan Carlos I le dijo que ese dinero no fuera «una donación irrevocable». Con la negativa, denuncia Corinna Larssen, llegó el acoso.

Según declaró la ex princesa en sus entrevistas británicas, el mismo hombre que en 2011 la colmó de regalos porque le descubrieron un tumor en el pulmón y no podía incluirla en su testamento, la llamó años más tarde muy enfadado y la amenazó con «consecuencias» por su negativa a devolver los 65 millones de euros.

Peor parada quedaba Corinna en otras declaraciones, concretamente en las grabaciones que dio a conocer el comisario Villarejo en las que hablaba de cómo ella había visto que el rey Juan Carlos se «ponía como un niño» al volver de Oriente Medio con maletas llenas de billetes y en la que pedía ayuda al comisario para que se espiara el teléfono de su asistente porque sospechaba que era una espía del rey emérito. Las mismas grabaciones en las que Villarejo admitía que el CNI español había amenazado y acosado a Corinna mientras él, por su parte, intentaba calmarla para que no denunciara. Ahora esa demanda ya está interpuesta en Londes.

21 de marzo-19 de abril

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