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La instauración de la II República en España hizo que la Familia Real marchara al exilio: primero, Roma, donde nació don Juan Carlos el 5 de enero de 1938 y, después, Estoril, refugio de la realeza europea durante la II Guerra Mundial. Con 10 años, el futuro Rey vino a vivir a España con el beneplácito de Franco, para formarse en el país del que más tarde sería el Jefe del Estado.
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El 29 de marzo de 1956, Jueves Santo, don Juan Carlos mató a su hermano Alfonso. Pero todo fue un trágico accidente. Los dos hermanos jugaban con un revolver calibre 22 (regalo de Franco, para más detalles) y, sin saber que el arma estaba cargada, esta se disparó de forma accidental acabando con la vida del hijo de los Condes de Barcelona. Al principio la versión oficial aseguró que había sido el propio Alfonso el que tenía el arma en el momento del dramático incidente, pero pronto se supo que había sido don Juan Carlos quien la portaba en el fatídico instante. En la imagen, el Rey Emérito, tras su padre, durante el entierro de su hermano fallecido en Cascais.
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Don Juan Carlos y doña Sofía se casaron el 14 de mayo de 1962 en Atenas, aunque siempre se dijo que el gran amor del Rey había sido María Gabriela de Saboya. Eso sí, digamos que don Juan Carlos no ha sido un marido precisamente fiel... La rumorología le sitúa cerca de Julio Iglesias en cuanto a número de conquistas, y entre sus líos de faldas más sonados (y siempre sin confirmar de forma oficial, faltaría más), nombres como Bárbara Rey, Sara Montiel o, más recientemente, Marta Gaya. Y Corinna, claro... pero la alemana merece un capítulo aparte.
Con el cadáver Franco aún de cuerpo presente, don Juan Carlos fue proclamado Rey de España, jurando ante la Biblia los principios del Movimiento (imagen). Llevaba años preparándose para este momento y, sin que el Caudillo lo supiera, también preparando todo para una Transición ejemplar que acabara con la Dictadura y el Franquismo y diera paso a una democracia en forma de Monarquia Parlamentaria. Lo hizo, como definió su consejero y Presidente de las Cortes Torcuato Fernández Miranda "de la ley a la ley, a través de la ley".
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Quién no recuerda al Rey Juan Carlos, harto, espetarle estas cinco contundentes palabras a Hugo Chávez durante la XVII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado que se celebró en Santiago de Chile en noviembre de 2007. El presidente venezolano había tachado de fascista al expresidente Aznar, y mientras el presidente Zapatero defendía a su predecesor, Chávez no dejaba de interrumpirle, para desesperación de nuestro Rey, que no pudo reprimirse y le soltó el famoso: "por qué no te callas".
Hasta 2012, casi nadie se había atrevido a poner un pero al campechano Juan Carlos de Borbón. Sin embargo, en plena crisis económica en nuestro país, el Rey se fue de cacería a Botswana (sí, con Corinna) y, además de hacerse esta foto con un elefante recién abatido que pone los pelos de punta, se lesionó y tuvo que volver de urgencia a España para operarse. El monarca pagó caras sus aficiones (a la caza, y a las mujeres) y tuvo que entonar un 'mea culpa' público: "lo siento mucho. Me he equivocado y no volverá a ocurrir", dijo en un hecho sin precedentes a la salida de la clínica donde tuvo que ser operado de la cadera.
Si hay una mujer que ha marcado la vida del Rey ha sido Corinna zu Sayn-Wittgenstein. Más, incluso que doña Sofía. Y sí, sabemos que esto es muy injusto para nuestra Emérita. La Reina dio estabilidad y profesionalidad a la institución monárquica en su papel de esposa, madre y Monarca ejemplar durante décadas, pero la 'amiga' de don Juan Carlos necesitó pocos años para hacer que todo saltara por los aires. La alemana no ha sido una amante más del infiel Borbón, ha sido la voz que ha destapado sus supuestos fraudes financieros. Y con el escándalo Corinna se ha terminado el 'juancarlismo' en España.
En octubre de 2011, el gobierno de Arabia Saudí adjudicó la construcción del AVE a La Meca al consorcio Al-Shoula, formado por 12 empresas españolas. Según unas filtraciones que hizo Corinna zu Sayn-Wittgenstein (les suena el nombre, ¿no?) al excomisario Villarejo, se habrían pagado 80 millones en comisiones por la concesión, parte de las cuales podrían haber ido a parar a los bolsillos del Emérito.
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La cacería de Botswana, los primeros titulares de Corinna, el Caso Noos, por el que Iñaki Urdangarín terminaría en la cárcel y la Infanta Cristina finalmente absuelta, y una salud cada vez más delicada aceleraron el final del reinado de don Juan Carlos. El 19 de junio de 2014 don Juan Carlos abdicó en su hijo, el rey Felipe VI.
Durante los últimos años, don Juan Carlos ha visto como la España 'juancarlista' le daba la espalda, la misma que le ha dado su propio hijo, que para salvaguardar la institución monárquica le retiró su asignación oficial y le condujo al exilio. La gota que colmó el vaso de escándalos del Rey, que estaba a rebosar por todos los trapos sucios que había ido sacando y secando Corinna zu Sayn-Wittgenstein en los últimos años, fueron las tarjetas opacas por las que le investiga actualmente Anticorrupción, y que podría haber usado (al igual que otros miembros de la Familia Real) con fondos cortesía del empresario mexicano Allen Sanginés-Krause.
El 3 de agosto de 2020 don Juan Carlos emprendía un viaje sin fecha de vuelta hacia el exilio forzado "guiado por el convencimiento de prestar el mejor servicio a los españoles, a sus instituciones y a ti como Rey", como aseguraba en el comunicado por el que se hizo oficial la marcha del Emérito. "Una decisión que tomo con profundo sentimiento, pero con gran serenidad" [...] "para contribuir a facilitar el ejercicio de tus funciones, desde la tranquilidad y el sosiego que requiere tu alta responsabilida". El destino, se sabría después, era Abu Dabi, donde el Emérito ha pasado las Navidades, celebra su cumpleaños más amargo y desde donde ha asegurado que ya ha saldado su deuda con Hacienda.