Una amiga de la princesa Diana de Gales revela al verdadero culpable de su divorcio de Carlos (y no fue la reina Camilla)

Se ha escrito largo y tendido a lo largo de los años sobre la historia de amor sin final feliz del ahora rey Carlos III de Inglaterra con la que fuera su esposa, la princesa Diana de Gales. Su mediático matrimonio terminaba en un divorcio firmado el 28 de febrero de 1996, poco más de un año antes de que la royal falleciera en un trágico accidente de tráfico en París.

Y, cuando se piensa en la razón principal de que el cuento de hadas entre Carlos y Diana acabara en pesadilla, la primera persona que aparece en escena es Camilla Parker-Bowles –ahora la reina Camilla–, que mantuvo una relación extramatrimonial con el hijo de Isabel II durante años.

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Por supuesto, a esta impresión general ayudó que Diana de Gales asegurase en su célebre entrevista de 1995 en el programa Panorama de la BBC que «éramos tres en este matrimonio, así que estaba un poco abarrotado». Pero ahora la biógrafa real Ingrid Seward ha sorprendido al asegurar que había otro importante factor en juego a la hora de tomar la decisión final de divorciarse. «Me dijo justo antes de morir que no era Camilla», aseguró Seward al programa A right royal podcast de la revista Hello!.

Seward mantenía una estrecha amistad con la difunta princesa de Gales, con la que pasó un tiempo pocas semanas antes de su muerte, el 31 de agosto de 1997, a los 36 años. Autora de varios libros sobre ella, ahora ha compartido un revelador comentario que le hizo Diana sobre la ruptura de su matrimonio con el príncipe Carlos.

Hablando de lo que la royal pensaba realmente de las personas que trabajan en la casa real británica –personas a las que Harry también ha criticado en sus memorias y en su reciente entrevista bomba– la periodista reveló la frase que le dijo justo antes de morir: «No fue Camilla la que arruinó nuestro matrimonio, fue la gente que rodeaba a Carlos».

Seward continuó diciendo que «nunca pude descifrar ese comentario y entender lo que significaba. Pero también recuerdo al padre de Diana diciendo lo difícil que era el entorno de Buckingham». En el podcast, la experta terminaba planteando la cuestión de si en la casa real británica tan solo hay «un montón de egos hinchados o si realmente están tratando de ayudar».

Fue el 9 de diciembre de 1992 cuando el entonces primer ministro, John Major, se presentaba ante la Cámara de los Comunes para hacer un anuncio oficial sin precedentes: la separación de los príncipes de Gales once años después de su boda. Pero no sería hasta diciembre de 1995, poco después de la entrevista de Diana en la BBC, cuando el Palacio de Buckingham insta al príncipe Carlos a divorciarse.

La separación definitiva se oficializaría el 28 de agosto de 1996. Asesorada por su abogado, Anthony Julius, las peticiones de Diana de Gales fueron mantener su estatus de princesa, su hogar en Londres en el palacio de Kensington y participar en todas las decisiones relacionadas con sus dos hijos. Se publicó que su acuerdo de divorcio se había cerrado en 15 millones de libras.

Con la ruptura de su matrimonio, la joven royal dejaba vía libre a la relación de un Carlos, de 47 años, y una Camilla Parker Bowles, de 50. Un noviazgo que tras salvar múltiples escollos harían oficial con su accidentada boda en 2005. Pero eso nunca lo llegaría a saber Diana.

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