La relación de Fabiola de Bélgica con España: luna de miel en Andalucía, veranos en Zarauz y su amistad con los Borbón

La reina Fabiola de los belgas siempre mantuvo una estrecha relación con España. Pero hubo un vínculo especialmente estrecho entre ella y su marido, Balduino, con Franco, algo que se trató de ocultar en Bélgica.

La reina Fabiola de Bélgica estuvo muy unida a nuestro país. GTRES
La relación de Fabiola de Bélgica con España: luna de miel en Andalucía, veranos en Zarauz y su amistad con los Borbón
Elena Castelló

Aquel 15 de diciembre de 1960, España se paralizó. Se vendieron miles de televisores y se compartieron entre vecinos y familiares para ver casar a la noble española Fabiola de Mora y Aragón con el rey Balduino de Bélgica, vestida de Balenciaga, en la catedral de San Miguel y Santa Gúdula de Bruselas. La ceremonia duró cuatro horas y fue la primera conexión de España con Eurovisión.

En las semanas previas el No-Do dedicó innumerables reportajes a la novia y las revistas publicaron todo tipo de crónicas sobre la «romántica» historia de Fabiola y Balduino. En esa época, España empezaba a abrirse al mundo, tras años de aislamiento internacional y la prensa del movimiento se encargó de presentar a la novia como la encarnación perfecta de los valores de la moral hispana: de buena cuna, intensamente religiosa, discreta, educada. Sólo en España había conseguido Balduino encontrar a la mujer de la que enamorarse.

Fabiola Fernanda María de las Victorias Antonia Adelaida de Mora y Aragón era la sexta hija de los siete que tuvieron los marqueses de Casa Riera, Gonzalo de Mora y Fernández del Olmo, IV marqués de Casa Riera y II conde de Mora, descendiente de Sancho III, y de Blanca de Aragón y Carrillo de Albornoz Barroeta-Aldamar y Elío, VIII marquesa de Casa Torres, XVIII vizcondesa de Baiguer y condesa de la Rosa de Abarca. Había nacido en el palacete familiar de la calle Zurbano de Madrid el 11 de junio de 1928.

Fabiola aprendió pintura y música, francés, italiano y alemán –más tarde aprendió neerlandés–, y se diplomó en enfermería. Pasaba los días entreteniendo a sus sobrinos, visitando a otras jóvenes de la aristocracia y dedicándose a obras benéficas. Quienes la conocían destacaban su profunda fe católica, hasta el punto de haber pensado en tomar los hábitos. La familia huyó de España en 1931, con la llegada de la República. Recalaron en Biarritz, París y finalmente en Lausana (Suiza), donde estaba instalada la reina Victoria Eugenia, su madrina de bautismo, y donde Fabiola estudió el Bachillerato.

Los veranos en Zarautz de Fabiola de Bélgica

La familia pasaba los veranos en Zarautz y allí estaban una parte de los hermanos cuando se produjo el golpe de estado de Franco. Los padres estaban en París con dos de sus hijos, Jaime y María Luz. Uno de los hermanos de Fabiola, Gonzalo, el mayor, se alistó voluntario en las tropas nacionales, con solo 17 años. La familia se puso del lado franquista sin dudarlo, como todas las de la aristocracia, por su rechazo de la República y su defensa de la monarquía.

Años después, cuando se anunció el compromiso matrimonial entre Fabiola y Balduino, el primer ministro belga se apresuró a aclarar a los miembros del gobierno que la familia de Fabiola no había estado involucrada en la guerra civil, algo no bien visto en Bélgica, que siempre había defendido la República.

Los reyes Balduino y Fabiola de Bélgica, en una imagen de archivo. GTRES

Fabiola mantuvo siempre los vínculos con España. Fue en Andalucía donde la pareja pasó su luna de miel. Volaron a Sevilla en avión y se instalaron en San Calixto, una finca en Córdoba, en la localidad de Hornachuelos, propiedad del marqués de Salinas, cerca de un convento de Carmelitas Descalzas donde encontraron la espiritualidad que ellos necesitaban.

Acudían también a veranear con la familia de ella a Zarautz, de donde procedía la familia de su tatarabuelo materno, Joaquín Francisco de Barroeta-Aldamar y Hurtado de Mendoza, y, más tarde, a la localidad granadina de Motril, donde se compraron una casa. Junto a su esposa, Balduino descubrió España y se enamoró de ella. Su ciudad favorita era Ávila, que el rey había descubierto en uno de sus numerosos viajes.

Una casa en Granada

A Balduino también le encantaba contemplar el mar mediterráneo desde la terraza de su casa de Motril, Villa Astrida, acompañado por sus perros teckel. Fue así como falleció el 31 de julio de 1993, a los 62 años, de un ataque cardiaco. Hoy hay en la casa, llena de recuerdos personales, un Memorial Rey Balduino. Allí se encuentra la silla en la que falleció el rey, vestidos, fotos, rosarios.

El matrimonio mantenía también un palacete como residencia de verano en la localidad de Elío, en Navarra. Fabiola tenía una muy buena relación con la familia real española. Cuando contaba anécdotas de aquellos años, recordaba cómo le había enseñado a jugar al tenis al rey Felipe VI, en una de las visitas de la familia a Granada. Otra de sus grandes amigas era Cayetana, la duquesa de Alba. Tenían casi la misma edad y murieron el mismo año.

Balduino y Fabiola de Bélgica, junto al entonces príncipe Felipe de Borbón. GTRES

Fabiola visitaba también Santiago de Compostela a menudo. La primera vez, desde su boda, fue con motivo del año santo de 1965. Llegó en coche a la ciudad, acompañada de un ayudante y de una amiga aristócrata belga, desde Zarautz. Se hospedó en el pazo de San Lourenzo, propiedad del marido de una de sus hermanas. Cuando falleció el rey Balduino, en 1993, la reina eligió refugiarse en este pazo.

La última vez que visitó Santiago fue en 2004, también con motivo del año jubilar. Fabiola recibió además varios homenajes en España, como cuando se convirtió, en 2009, en miembro de la Junta de caballeros hijosdalgos señores diviseros de Solar de Tejada, porque su familia descendía, por línea materna, de los señores de Tejada, nacidos en Aldeanueva de Cameros, en el siglo XVII.

La corona de los Franco

Pero, además de las relaciones familiares y la lógica querencia de Fabiola por su país natal, los reyes tuvieron una intensa relación con Franco más allá de lo diplomático, que en Bélgica trató de ocultarse. Los Franco le habían regalado una corona ducal de diamantes y esmeraldas, que Fabiola lució en el baile previo a la boda y que doña Carmen le entregó personalmente en su casa de Zurbano. Sin embargo, pronto se supo que las gemas de la diadema eran falsas, y la corona volvió a España donde reemplazaron los cristales por verdaderas piedras. Este episodio no arruinó, sin embargo, la relación con los Franco.

Fabiola y Balduino visitaban a menudo al caudillo, en Madrid o en Galicia, almorzaron en el «Azor» en varias ocasiones y mantenían una frecuente correspondencia con él, que Balduino firmaba como «tu devoto Balduino» y que se mantuvo hasta la muerte de Franco en 1975. Este era un tema que ponía nervioso al gobierno belga y se llevó siempre con secretismo.

Balduino y Fabiola de Bélgica, en una imagen de 1980. GTRES

La biógrafa belga Anne Morelli aseguraba en un libro publicado en 2015 sobre Fabiola que la reina era una «marioneta del caudillo español». «Había mucho afecto en sus cartas», explicaba, pero Fabiola fue utilizada por el régimen de Franco para «hacer propaganda». Fabiola y Balduino pasaban también temporadas en una casa de la familia Franco en la Sierra de Cazorla.

Fabiola pasó los últimos veinte años de su vida, casi recluida. Los belgas siempre la adoraron. falleció en el Palacio Real de Stuyvenberg, a las afueras de Bruselas, el 5 de diciembre de 2014. El gran dolor de su vida fue no haber podido tener hijos, tras sufrir cinco abortos. A la muerte de Balduino, en el verano de 1993, la corona belga pasó a Alberto II, el hermano de Balduino, y después de la abdicación de éste, en 2013, a su sobrino Felipe.

HORÓSCOPO

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Sagitario

Como signo de Fuego, los Sagitario son honestos, optimistas, ingeniosos, independientes y muy avetureros. Disfrutan al máximo de los viajes y de la vida al aire libre. Son deportistas por naturaleza y no les falla nunca la energía. Aunque a veces llevan su autonomía demasiado lejos y acaban resultando incosistentes, incrontrolables y un poco egoístas.