La importancia de los símbolos
La importancia de los símbolos
La propia casa real danesa fue la encargada de hacer pública la primera y sutil polémica con la que el rey Federico X de Dinamarca y la reina Mary quisieron comenzar el año. Este mes de enero se anunciaba que vía Real Decreto del 20 de diciembre de 2024, su majestad había dado a conocer su nuevo escudo real.
Modificar el escudo real es potestad del nuevo rey, y el que existía a la fecha correspondía a un diseño que inauguró la reina Margarita, madre del actual rey, en 1972. El «problema» del nuevo diseño, si se quiere considerar como tal, es que a los expertos en heráldica no se les ha escapado las verdaderas intenciones de Federico X a la hora de cambiar su escudo: dejar muy claro quién manda en las Islas Feroe y en Groenlandia, uno de los territorios que Donald Trump ha amenazado con apropiarse en cuanto comience su mandato en la Casa Blanca.
El nuevo diseño, que desde este momento aparecerá en los documentos oficiales, los sellos estampados en los nombramientos reales y en las originales de las nuevas leyes danesas, concede más espacio a los símbolos que representan a ambos territorios, por si alguien tenía dudas sobre quién reina en ellos.
Desde hace 500 años, los escudos de armas reales daneses (y como se podía ver en el de la reina Margarita) muestran tres coronas que simbolizaban la Unión de Kalmar que se estableció entre Dinamarca, Noruega y Suecia entre 1397 y 1523 por la cual los tres reinos compartían el mismo rey a pesar de no ser el mismo país.
Pues bien, en esta ocasión Federico X ha decidido que para modernizar la imagen de la monarquía en vez de contemplar y contentar a sus vecinos es mejor dejar bien claro a sus contrincantes la hegemonía danesa sobre territorios alejados de Copenhague, pero de alto valor para el país, como son las Islas Feroe y Groenlandia.
En esta versión actualizada de su escudo de armas el actual monarca danés ha optado por dedicar los cuatro campos del mismo al emblema de la corona danesa (los tres leones), el carnero que representa a las Islas Feroe, el oso polar que simboliza Groenlandia y los dos leones de Schleswig símbolo de la región de Jutlandia meridional.
La reafirmación territorial vía escudo que representa este nuevo diseño no podría haber llegado con un timing más polémico, justo en el momento en que la política exterior danesa se ve amenazada por una creciente tensión en sus territorios, concretamente, en Groenlandia.
De un lado está el presidente aún no investido de Estados Unidos, Donald Trump, que lleva un mes declarando a los cuatro vientos que quiere comprar la isla a Dinamarca. De otro está la actuación del propio primer ministro groenlandés, Múte Egede, que en su discurso de Año Nuevo pidió de nuevo la independencia de la isla y dejar de ser un territorio autónomo danés.
Este mismo representante político reavivó el año pasado el escándalo de la campaña de anticoncepción forzosa de mujeres groenlandesas que el gobierno de Dinamarca llevó a cabo en los años 60 y 70 y la calificó de genocidio. En 2022 una investigación periodística destapó que entre 1966 y 1975, a unas 4.500 mujeres, algunas de ellas niñas de 14 años, se les implantó un dispositivo intrauterino (DIU) en contra de su voluntad. Eso representaba la mitad de la población fértil femenina de la isla en aquel momento.
Mientras Donald Trump Jr. se pasea por Groenlandia prometiendo «hacerla grande de nuevo», Federico X intenta, como puede, enviar un mensaje de unidad territorial a sus ciudadanos y al resto del mundo. En su primer discurso de Año Nuevo, el rey dijo: «Estamos todos unidos y cada uno de nosotros está comprometido con el Reino de Dinamarca. Desde la minoría danesa en el sur de Schleswig, que incluso está situada fuera del Reino, hasta Groenlandia. Permaneceremos todos juntos». Ahora solo queda que Trump quiera darse por enterado del mensaje.