Cómo es la relación de la infanta Sofía con la princesa Leonor: un paso por detrás de su hermana, cómplices y fans de la reina Letizia

En la vida que le ha tocado vivir, la infanta Sofía está condenada a existir un pasito por detrás de su hermana. Rezagada en años y en jerarquía, la relación disímil que las une institucionalmente se evapora en su relación personal. Leonor y Sofía son amigas, cómplices y aliadas, conscientes del apoyo que han de significar la una para la otra. Más ahora que sus caminos se van separando y sus opciones de vida delimitando dos existencias que, en el fondo, no tendrán nada que ver.

Digamos lo obvio: los reyes Felipe y Letizia, sobre todo la Reina, se han empeñado en proteger a sus hijas hasta el punto de que aún resulten prácticamente desconocidas para la ciudadanía Tratamos de intuir cómo son Sofía y Leonor por sus gestos, su lenguaje corporal y las mínimas declaraciones que van haciendo aquí y allá, casi siempre marcadas por lo políticamente correcto y un tono institucional. En este no hemos avanzado mucho: la voz de la infanta Sofía nos es tan extraña como lo fue la de Elena y Cristina de Borbón.

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Nuestros 'royals' Borbón son mudos y hasta los monarcas titulares se limitan a discursos y saludos institucionales. Nada que ver con otras familias reales, en las que se graban anuncios, se conceden entrevistas, se aparece en documentales. A efectos de las jóvenes Borbón Ortiz, pese al interés popular que existe por Leonor y Sofía poco real se puede decir de las jóvenes, aunque sus apariciones juntas sí que pueden desvelar algunos detalles.

Aunque podemos suponer desde la lógica que sus caracteres no se parecen (Leonor, como hermana mayor, será la responsable y Sofía, la pequeña, la rebelde), la relación que dejan ver en público no deja lugar a dudas: su compenetración es máxima. Dos veces al año tenemos la oportunidad de contemplarlas largo y tendido: en los Premios Princesa de Asturias y en los Premios Princesa de Girona. En sus idas y venidas se muestran inseparables.

Puede que, hace años, Leonor protegiera a Sofía como hermana menor. Ahora, en estas citas con programas bien largos, es la infanta la que está pendiente de su hermana, asistiéndola, apoyándola y hasta haciéndole alguna discreta indicación que le haya pasado inadvertida. En sus encuentros con artistas, premiados o personalidades, ser dos favorece la fluidez de la conversación. Una puede relevar a la otra.

Un detalle que no ha pasado inadvertido a los observadores de la familia real es el posicionamiento claro, distintivo, de la infanta Sofía en un segundo plano. Como la reina Letizia, ambas son conscientes de que su papel, por importante que sea en la intimidad familiar, es secundario en el nivel institucional. El foco siempre estará en los titulares de la Corona, el rey Felipe y Leonor, como su heredera. ¿Le puede molestar esto a la infanta? Lo que intuimos: probablemente le alivia.

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Sofía aún no posee la prestancia que Leonor ha ido adquiriendo a fuerza de tener que hablar en público constantemente. Incluso diríamos que la hija menor de los reyes Felipe y Letizia encuentra el trabajo de agenda algo tedioso. Sabemos que es dicharachera y extrovertida, pero eso no quiere decir que esté cómoda en las tareas de representación. Intuimos que la infanta estaría más a gusto con un papel más activo. No limitarse a estar.

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A su personalidad activa, diríamos que hasta arrolladora, si es verdad eso que dicen que es la que más se parece a su madre, hay que sumar el salto de madurez que ha vivido en el UWC Atlantic College de Gales. Ha sido «una experiencia transformadora», según ha dicho la infanta Sofía, asegura 'Monarquía Confidencial'. «Me ha cambiado en muchos sentidos. He aprendido, tanto dentro como fuera del aula. Convivir con personas de más de 80 países me ha abierto los ojos a realidades completamente distintas a la mía», desveló la infanta según este medio.

Lo que sí une a las hermanas, donde sí se manifiestan igual, es en su admiración por su madre, la reina Letizia. Solo hay que verlas pasear en el pueblo ejemplar asturiano, cada año: madre e hijas se adoran. En realidad, esa sensación se extiende al rey Felipe, pero es cierto que la complicidad con la Reina es superior. Hasta se podría decir que la protegen, sobre todo desde que la sobrepasan, y Sofía con mucho, en altura.

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