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Sabemos cual es el plan de Jaime de Marichalar para convertir a Victoria Federica en la nueva Beatriz Borromeo (y lo tiene difícil)

Mientras Victoria Federica explica en sus entrevistas que su proyecto es formar una familia, su padre maneja los hilos de su carrera. Así planea convertirla en una nueva Beatriz Borromeo.

Jaime de Marichalar con Victoria Federica, vestida de cabeza a pies de la firma francesa favorita del ex duque de Lugo. GETTY IMAGES

Su figura no aparece en ninguna de las fotos que Victoria Federica comparte en su perfil de Instagram, ahora mismo su principal plataforma de visibilidad en la influencia de moda. Y, sin embargo, quien puede acercarse a Vic no duda en confirmar el peso del criterio de Jaime de Marichalar en cada paso que da su hija. Es comprensible que la hija pequeña de la infanta Elena no publique ninguna foto de su madre, totalmente ajena a estos nuevos canales de comunicación. Pero, ¿por qué barrer por completo las huellas de su padre?

Como suele suceder en tantos casos, su ausencia no indica indiferencia, sino todo lo contrario. Estamos ante una decisión muy consciente para dejar en el backstage al ideólogo, consejero máximo o directamente ejecutor de la carrera en la moda de Victoria Federica. Pudimos intuirlo cuando comprobamos cómo la llevaba prácticamente de la mano a la cita con Dior en la Semana de la Moda de París. Estaba claro: Marichalar fue el salvoconducto de su hija en el corazón del imperio LVMH.

La aparición de Victoria Federica en el codiciado desfile de Dior, un evento por el que se pegan editoras de moda, influencers y famosas de todo el mundo, no fue una mera pica en Flandes. Desde luego, apuntaló su papel como potencial influencer para las marcas españolas y, seguramente, provocó una lluvia de propuestas para apariciones, patrocinios y contratos de imagen monumental en su agenda de representación.

Sin embargo, no era ese el objetivo principal de Jaime de Marichalar, quien siempre ha tenido en mente cumbres más altas para su hija. De hecho, Marichalar quisiera conducir a Victoria Federica allí donde no pudo llegar con la infanta Elena debido a su accidente y al fin de su matrimonio: a convertirla en un icono del estilo royal para todo el mundo.

Sin duda, Jaime de Marichalar acierta del todo en su intuición: el lujo está sediento de nuevos famosos que le den glamour aspiracional a sus propuestas textiles. Y qué mejor que los jóvenes royal para convencer a la generación Z de que el diseño al más alto nivel sigue mereciendo la pena. El modelo a seguir de Marichalar está claro: Mónaco. Allí, los más guapos, convincentes y estilosos ya tienen su contrato en exclusiva con grandes casas de moda francesa: o Chanel o Dior.

Qué título aristocrático tiene Jaime de Marichalar

Carlota Casiraghi se ha convertido, gracias a la larguísima relación de su madre con la maison Chanel, en la embajadora y portavoz de la firma. Pero no es Chanel donde Jaime de Marichalar tiene mano, sino en Dior. Para María Grazia Chiuri trabajan ya la pareja de oro de la nueva generación de royal Grimaldi: Beatrice Borromeo y Pierre Casiraghi. ¿Por qué no posicionar a Victoria Federica como la Beatrice Borromeo del territorio Dior español?

El reto es difícil, de eso no cabe duda. El físico de Beatriz Borromeo que tanto recuerda al de la bellísima Grace Kelly la convierte en una modelo de belleza irreprochablemente clásica, un estilo con el que sin duda quiere conectar una firma como Dior. ¿Es posible encajar en ese canon una propuesta como la de Victoria Federica? El ex duque de Lugo así lo cree, también porque confía enormemente en el poder de atracción que posee la conexión royal.

Para Jaime de Marichalar, la sangre real aporta una distinción y un carácter que lo elevan todo. Veremos si logra que Mathilde Favier, la relaciones públicas que mima a las royal que trabajan para la firma, se deja subyugar por el 'allure' Borbón o no. De momento, ya le ha enviado algún piropo que otro a Victoria Federica, a través de su perfil de Instagram. Lo cierto es que, de momento, no sabemos de una carrera global de Vic, pero sí de un contrato de imagen con la firma española Hoss Intropia.

De momento, no salen del todo los grandioso planes que Jaime de Marichalar tenía para su hija: una carrera como princesa de la moda global. Más aún: su obsesión con internacionalizar a Victoria Federica ha contrariado a ciertos diseñadores españoles, que confiaron en que la hija de la infanta Elena querría hacer patria y avalar el diseño cien por cien español (y no el francés) en sus aventuras en la influencia de moda.

Una de las creadoras españolas que han subrayado esta decepción con la política global de Jaime de Marichalar es Ágatha Ruiz de la Prada, quien ha desvelado cómo el padre recomendó a su hija no pisar la Semana de la Moda de Madrid o, en el caso de acudir, presenciar un único desfile (Vic eligió el de Pedro del Hierro). Parece que el ex duque de Lugo no confía demasiado en el potencial de la moda española para estar a la altura del potencial de Victoria Federica.

Ahora mismo, la influencia de Victoria Federica parece orbitar más en las marcas todoterreno 'made in Spain' que el territorio globalizado del lujo, donde la competencia por la visibilidad es feroz entre las nuevas y espectaculares royal. Se le escapó a Jaime de Marichalar la oportunidad real de internacionalizarse hoy para una royal española: apostar por las marcas españolas que sí llegan al público global. Una puede ser la inexpugnable Zara. Otra, por ejemplo, Palomo Spain. El cordobés ya diseña el nuevo vestuario para el Ballet de Nueva York.