Por qué Kate Middleton cometió el mismo error que Letizia en Palma en su aparición ayer con los duques de Sussex: no puede disimular el desprecio a Meghan Markle

El mundo habla del paseo público de los príncipes de Gales y los duques de Sussex como la imagen de la reconciliación, al menos para el duelo de la reina Isabel II. Es la primera foto de los hermanos y sus esposas desde hace dos años y seis meses, cuando el príncipe Enrique y Meghan Markle salieron huyendo con destino Estados Unidos. Sin embargo, no todos los que salen en esa foto estaban listos para aparentar reconciliación. Nos referimos a Kate Middleton.

El paseo de Guillermo, Kate, Enrique y Meghan por las inmediaciones del castillo de Windsor, donde cientos de personas había depositado flores, velas y mensajes en recuerdo de Isabel II, disparó la expectación que siempre despiertan 'los cuatro fantásticos', tal y como los llama la prensa británica. Las dos parejas no han perdido ni un ápice de poderío espectacular: las fotos de su reunión dieron la vuelta al mundo.

Las cámaras profesionales y amateurs se volvieron locas al comprobar que los príncipes de Gales y los duques de Sussex, vestidos de riguroso negro, descendían juntos del coche en la misma verja del castillo de Windsor. La última instantánea de los cuatro se produjo en un servicio religioso por el día de la Commonwealth el 9 de marzo de 2020, que fue su último acto público en el Reino Unido.

En aquella última aparición de los Cuatro Fantásticos ya se mascaba la tragedia: se pudieron fotografiar gestos tensos y Enrique y Meghan caminaron y se sentaron detrás de los entonces duques de Cambridge, para evitar contacto físico o visual. En este reencuentro, a punto estuvo de estropearse toda esta escenificación de reconciliación. La saboteadora: Kate Middleton.

Si podía existir un momento para bajar las armas y suspender cualquier amargor debía ser este. Ante el fallecimiento de una persona tan querida como Isabel II, la reina que ha unido no solo a un país sino también a la desestructurada familia Windsor, la compasión ante el dolor compartido tenía que ser lo más lógico. Lo más humano.

Sin duda, ese era el sentimiento de Guillermo, ya príncipe de Gales y heredero al trono. En estos momentos trágicos, probablemente también le pesaría cierto instinto de protección hacia su hermano menor. ¿Cómo no tenerlo a flor de piel ante la mujer más importante de sus vidas, después de su madre, la princesa Diana?

Este gesto de compasión del príncipe de Gales hacia su hermano era importante: si Carlos III es un rey que debe hacerse perdonar, su heredero se presenta como un rey que perdona. Cómo no visibilizar y viralizar en un momento para la historia esta diferencia clave entre padre e hijo que, además, hace justicia a sus respectivas biografías.

Incomprensiblemente, la persona que menos esperábamos estuvo a punto de echar por tierra esta inteligente pero delicada maniobra del príncipe Guillermo: Kate Middleton. La princesa de Gales no estuvo en esta ocasión a la altura de lo que requería la institución y se dejó llevar por sus sentimientos de manera muy llamativa, casi escandalosa.

Si no hubiera sido por la intervención del príncipe Guillermo, la actuación de Kate Middleton habría sido fatal. De hecho, recuerda muchísimo al resbalón protocolario de la reina Letizia en la catedral de Palma, cuando trató de evitar que la reina emérita Sofía se fotografiara con la princesa Leonor. También entonces Letizia puso por encima de la circunspección monárquica sus sentimientos de madre.

De la misma manera que Letizia quiso poner en su sitio a la reina Sofía, la mujer que durante años tuvo poder jerárquico sobre ella, Kate Middleton quiso mostrar su desagrado ante Meghan Markle, la mujer que más daño ha hecho a la monarquía británica desde Diana de Gales. La manera en la que ambas quisieron mostrar su poder es sintomáticamente similar.

Se ve perfectamente en los vídeos virales que los allí presentes han publicado en las redes sociales y mucho menos en las fotografías que han inmortalizado la aparición de 'los cuatro fantásticos': a la salida del coche, Kate Middleton se aleja todo lo que puede de los duques de Sussex, hasta el punto de que el príncipe Guillermo tiene que acercarla tomándola del brazo para que no muestre tan a las claras su rechazo.

La animadversión de Kate Middleton hacia Meghan Markle queda patente: su impulso inicial es alejarse todo lo que pueda de los duques de Sussex o, al menos, que se note de alguna manera que no perdona ni en el duelo. Solo la intervención del príncipe Guillermo reconduce la situación, hasta el punto de hacer pasar a Kate del extremo del grupo a colocarse entre él mismo y su hermano Enrique.

Paradójico: dos mujeres plebeyas llamadas a ser reinas cometen el mismo tipo de error. Creyendo defender las esencias de la monarquía, dañan a la propia institución. Porque, en realidad, el impulso irreprimible que ambas sienten no tiene que ver con la estabilidad y buena imagen de sus respectivas casas reales sino con sus propias heridas. Una debilidad que no se puede permitir una reina.