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El fabuloso joyero de la princesa de Réthy, madrastra del rey Balduino: tiaras, esmeraldas y el escándalo que la acompañó

Lillian Baels, princesa de Rethy fue la segunda esposa de Leopoldo II de Bélgica, padre de Balduino y Alberto II. Nunca fue aceptada del todo por los belgas, puesto que ocupaba el lugar de la querida reina Astrid, muerta en un trágico accidente.

Lillian Baels, princesa de Réthy, en una imagen de archivo. GTRES

Lillian Baels, princesa de Réthy , segunda esposa del rey Leopoldo III de Bélgica y madrastra de los reyes Balduino y Alberto II y la gran duquesa de Luxemburgo Josefina Carlota, fue un personaje controvertido. Leopoldo III, que reinó entre 1934 y 1951, contrajo matrimonio por primera vez en 1924 con la Reina Astrid, princesa de Suecia, adorada por sus súbditos, que murió en un trágico accidente de coche, en 1938.

El Monarca volvió a contraer matrimonio, en 1941, en plena guerra mundial, con Mary-Lilian Baels, hija de un político belga adinerado, nacida en Londres y educada entre Gran Bretaña y Bélgica. En ese momento, el rey estaba prisionero de los nazis en la Bélgica ocupada. La pareja no obtuvo el consentimiento del Gobierno belga para su matrimonio y se casó en secreto.

El enlace se hizo público unos meses después. La princesa Lilian, que nunca tuvo el título de reina, fue un gran apoyo para su esposo en los duros años de la II Guerra Mundial. En 1944, tras el desembarco aliado, el Rey y su familia fueron deportados a Alemania y luego a Austria, donde fueron liberados un año después por las tropas estadounidenses. La familia solo pudo regresar a Bélgica en 1950. Leopoldo III estaba en entredicho por su relación con los nazis y abdicó en 1951 a favor de su hijo, el Príncipe Balduino, tras celebrarse una consulta popular en la que sólo el 58% apoyó al rey.

La princesa Réthy, una mujer controvertida

Lillian Baels aceptó el título de princesa de Réthy. Muchos consideraron que el momento del matrimonio había sido inapropiado y deshonraba la memoria de la amada Reina Astrid. Sin embargo, la Princesa fue siempre afectuosa con sus tres hijastros, Balduino, Alberto y Josefina Carlota. El rey Leopoldo y la princesa de Réthy tuvieron tres hijos por su parte, Alejandro, María Cristina y María Esmeralda, que fueron apartados de la sucesión, aunque conservaron el título de príncipes y Altezas Reales. El odio que despertaba la princesa llevó a muchos a creer incluso que tuvo un romance con su hijastro, el rey Balduino. Parece que hicieron varios viajes juntos, incluso compartieron compartimento en un tren nocturno.

La posición de Lillian le otorgó el poder disfrutar de una espectacular colección de joyas, algunas de las cuales habían pertenecido a la Astrid de Suecia, como su famoso aderezo de esmeraldas. La princesa de Rhéty recibió también como regalo o adquirió varias piezas de gran valor, que se convirtieron en sus señas de identidad.

Lillian Baels, princesa de Rethy junto a su esposo, Leopoldo II de Bélgica. GTRES

Sin embargo, en los años ochenta, Baels vendió muchas de las joyas a las que había tenido acceso, además de las suyas propias. La princesa Josefina Carlota se llevó consigo también una gran colección, por su matrimonio, lo que dejó prácticamente vacío el joyero real belga. Repasamos algunas de las piezas personales de más valor de la princesa de Réthy.

La tiara floral de Cartier

Esta pieza es una creación de la firma Cartier de 1938. Es un diseño Art Deco en el que se puede quitar la flor central y usarla como broche. En la década de 1950, la tiara compuesta por flores de diamantes fue adquirida por la princesa de Réthy, que llevó la flor central prendida en su sombrero en la boda del gran duque Juan de Luxemburgo y la princesa Josefina-Carlota de Bélgica y lució la tiara en uno de los bailes nupciales.

En 1958, Lillian la llevó en la apertura de la Exposición Internacional, junto con los pendientes y el broche de esmeraldas de la reina Astrid. María Gabriela de Saboya la llevó la espectacular tiara en el baile nupcial de Balduino y Fabiola, en 1960. En la década de 1980, la princesa la vendió en Christie's. Se desconoce su destino..

La tiara bandeau de Cartier de la reina Isabel

Esta tiara fue adquirida por la reina Isabel de Bélgica, en 1912. La llevó en la boda de su hijo Leopoldo III con la princesa Astrid de Suecia, en 1926. También la lució en el baile de bodas de Balduino y Fabiola y en la proclamación de la reina Juliana de los Países Bajos. La tiara bandeau de Cartier fue heredada por su hijo Leopoldo. La única persona, a parte de Isabel, que usó públicamente la tiara fue Lilian, Princesa de Réthy, que la llevó en varios bailes nupciales de la realeza en los años sesenta.

Después de la muerte del Rey Leopoldo, la Princesa Lilian revendió la tiara a Cartier, parece que sin avisar ni pedir permiso a Balduino y Fabiola, lo que aumentó la controversia sobre la princesa. Hoy en día, la tiara bandeau de Cartier de la Reina Isabel sigue en manos de la firma de joyería y se puede contemplar en exposiciones de Cartier en todo el mundo.

El broche de esmeraldas de Köchert

Cuando la archiduquesa María Valeria de Austria, la hija menor del emperador Francisco José y la emperatriz Isabel (Sissi), se casó con el archiduque Francisco Salvador de Austria-Toscana, en 1890, el joyero de la corona austriaca, AE Köchert, creó una tiara y un broche de perlas para ella. El diseño del broche fue copiado más tarde añadiéndole esmeraldas, junto con un collar a juego. En la década de 1940, los descendientes María Valeria vendieron el broche de esmeraldas de Köchert, y éste fue adquirido por el rey Leopoldo III.

Su madre, la reina Isabel de Bélgica era prima hermana de la archiduquesa María Valeria. El broche acabó en manos de Lillian Baels. La princesa de Réthy apareció con él en numerosos retratos en la década de 1940, generalmente con la tiara de esmeraldas y los pendientes que pertenecieron a la difunta reina Astrid. Después de los años cincuenta lo llevó muy poco y en los ochenta lo llevó a subasta con otras piezas, sin informar a los reyes. No se sabe su paradero actual.

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