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Por qué la reina Ana María de Grecia y sus hijos (con la princesa Marie Chantal a la cabeza) prefieren las cortes europeas a la española

Ni Ana María de Grecia ni Marie Chantal Miller ni la princesa Alexia le hacen ascos a las cortes europeas. ¿Pero por qué ya no les vemos en los eventos royal españoles?

Pablo de Grecia y su esposa, Marie Chantal, en el funeral de Isabel II. gtres

La muerte de Isabel II ensombreció el jubileo de la reina Margarita II de Dinamarca. Una celebración, la de sus 50 años en el trono, que ya había sido pospuesta por culpa del covid. Y todo hubiera sido aún más gris y aburrido si no hubieran aparecido Marie-Chantal Miller, su tiara y gran parte de la familia real griega en el Teatro Real de Copenhague en honor a la única reina viva y reinante que nos queda en Europa.

Sin prisa pero sin pausa la mayor parte de los vástagos de Constantino de Grecia (faltaba Nicolás) desfilaron con sus parejas por la alfombra roja danesa, incluyendo a la siempre prometida pero nunca casada princesa Teodora, la siempre desaparecida en los retratos oficiales Alexia de Grecia y la inexperta Nina Flohr (con un escote que ni Eva Sannum en sus días de gloria).

No hubo que esperar mucho para volver a ver a los protagonistas reales griegos en otro sarao royal: por supuesto estuvieron sentados en Westminster, en el funeral de Isabel II, dos filas por detrás de todos nuestrso reyes de España.

Las apariciones (con pulla a Letizia) de las princesas griegas

La relación de los vástagos con la corte danesa es de puro amor. La corte de Margarita es la preferida de la impresionante pareja que forman Marie Chantal y su marido el príncipe Pablo, duque de Esparta y heredero del inexistente trono griego. Ella, como no podía ser de otra forma, acude siempre divina y regia y, en la última ocasión, con una tiara de diamantes que pidió prestada de su propia hija, Olympia.

Quizá porque no quería enturbiar más los ánimos en la celebración del reinado de su tía política, Marie Chantal Miller prescindió de usar en esa ocasión la famosa tiara de la reina Federica que todos pensaron que estaría en el joyero de la reina Letizia pero que misteriosamente acabó en el de la socialité norteamericana.

Un «conflicto» que no evitó cuando acudió a la fiesta por Ingrid Alexandra (esa a la que nuestro rey Felipe VI viajó sin Letizia ni la princesa Leonor, lo que provocó que acabara desfilando llevando del brazo de la princesa Catalina Amalia de los Países Bajos).

Y es que la escasa simpatía que se tienen Marie-Chantal y Letizia podría estar detrás del hecho más que evidente de que la familia real griega ha emigrado de los veranos eternos en Mallorca, las visitas invernales a Baqueira y las fiestas navideñas en el palacio de la Zarzuela a cortes más lejanas, menos cálidas en temperatura pero más amables con su presencia.

Hasta en el reciente documental de HBO «Salvar al rey» no se atreven a abrir uno de los melones menos catados de nuestra familia real: el hecho de que durante años la reina Sofía impuso en Zarzuela el «mantenimiento» de la familia de su hermano, el depuesto rey Constantino, y de toda su prole. Pero desde que llegó Letizia, parece que los griegos ya no tienen vía libre en la corte española.

La buena relación entre la familia real griega y las monarquías europeas

En el extremo contrario se encuentra el buen recibimiento que la familia de Constantino recibe en Dinamarca en los últimos años. Sin ir más lejos, la reina Margarita II sorprendió a todos este mismo año haciendo un posado veraniego con la gran mayoría de sus parientes griegos en el castillo de Grasten, la residencia oficial de la familia real danesa al sur del país. Un posado al que acudió Ana María, hermana de Margarita, y muchos de sus hijos.

En Grasten también pudimos ver a los miembros más esquivos ante las cámaras de la familia real griega, desde la princesa Alexia, que vive en completo anonimato en Canarias junto a su marido Carlos Morales, al príncipe Nicolás.

La buena sintonía de ambas familias contrasta con la ausencia de contacto actual entre la Casa Real española y sus primos griegos, para más inri, los favoritos de la reina Sofía y del propio Felipe VI durante décadas. Si en el pasado Pablo de Grecia era la sombra de nuestro entonces príncipe de Asturias hoy es imposible verlos juntos ni en público ni en privado.

De hecho, las últimas ocasiones en las que coincidieron en público nuestros actuales reyes y sus primos griegos ha sido en periodos de luto: el de la reina Isabel II y en el funeral del duque de Edimburgo. En este último la reina Letizia y Marie-Chantal compartieron banco en la iglesia y ni una sola mirada.

Como explicó Pilar Eyre en televisión, la relación entre la princesa del extinto trono griego y la reina española comenzó mal y avanzó hasta el descalabro actual en el que el rey Felipe si quiere acudir al cumpleaños del primo con el que compartió infancia, juergas y universidad debe hacerlo en solitario.

Que Marie Chantal Miller fuera íntima de Gigi Howard, llamara a la reina «secretaria estresada» y le buscara las cosquillas a Letizia con un interrogatorio sobre sus aficiones en la Costa Azul (interrogatorio que la reina cortó con un expeditivo «eso son preguntas de pijos») hizo que ambas familias no volvieran a coincidir jamás de forma relajada.

Después llegaría el incidente de Palma y la negativa de Letizia a que sus hijas llevaran la ropa que Marie-Chantal les enviaba (quizá para hacer las paces o quizá para hacerse publicidad ya que eran prendas de su firma de moda infantil).

Vídeo. Marie-Chantal Miller: así pasó de ser millonaria a convertirse en princesa de Grecia

Entre unos desplantes y otros parece que el reencuentro entre ambas familias va a ser imposible: los primos griegos no van a surcar de nuevo las aguas de Mallorca junto a los reyes de España y mucho menos desfilar con tiaras por ninguna alfombra roja organizada por la familia real española (aunque hab´a que ver qué pasa cuando muera el rey Juan Carlos).

No parece que la situación les duela demasiado: a cambio de las escasas cenas oficiales y el nulo boato de la actual Casa Real española han encontrado un refugio mucho más confortable en el norte de Europa, con sus primos daneses y británicos.

De hecho, se podría considerar que la reina Margarita le ha cogido el testigo a la reina Sofía y su corte es la única que reconoce oficialmente los títulos de los príncipes griegos. Puede que los hijos de Ana MAría de Grecia ya no veraneen en Marivent, pero a cambio visitan en tandas la isla griega de Spetses.