MILLONARIOS SIN TRONO
Crear una cuenta
Iniciar sesiónMILLONARIOS SIN TRONO
La pareja formada por Pablo de Grecia y Marie-Chantal Miller es una de las más longevas de la realeza y de la alta sociedad de su generación. Se casaron en Londres, hace 30 años, y han fundado una familia modélica con sus cinco hijos: Olympia, Constantino, Aquiles, Odiseo y Arístides, todos altezas reales.
Pablo fue uno de los primeros príncipes de su edad en casarse con una plebeya, a pesar de que las exigencias de sangre azul no eran muchas, en su caso, teniendo en cuenta que su padre era un rey, Constantino II, que perdió la corona y él es el nuevo jefe de la casa real de Grecia, pero un pretendiente sin trono. Aún así, la elegida por Pablo fue una de las jóvenes más ricas y prominentes de la alta sociedad internacional de los noventa, que se convirtió en una esposa y madre ejemplar, sin perder su estatus de «it».
La pareja se conoció, en 1992, mientras el príncipe estudiaba en la Universidad de Georgetown, con el rey Felipe VI. Aquella fue una época de estudio, pero también de libertad y diversión para ambos. A la joven norteamericana y al príncipe griego los presentó Alecko Papamarkou, un conocido financiero neoyorquino, que guardaba muy buenas relaciones con la familia real griega.
Llevaba hablándole desde hacía más de un año al príncipe Pablo sobre Marie-Chantal y surgió la oportunidad para que se conocieran en una fiesta organizada por el naviero Stavros Niarchos por el 40 cumpleaños de su hijo. Marie Chantal, aparentemente, acudió a la cita sin saber que Pablo era un príncipe. Fue un flechazo.
Dos meses después, Marie-Chantal se mudó desde París -donde vivía entonces- a Nueva York y más tarde a Washington, cerca del campus de la Universidad, donde Pablo y Felipe compartían casa. El hoy rey de España se convirtió en testigo de los primeros pasos de la relación y en confidente de su primo.
«Pablo era el empollón y el ratón de biblioteca y Felipe era el juerguista que se saltaba unas cuantas clases a la semana», contaba Marie-Chantal a Vanity Fair. A menudo los tres hacían planes juntos. Paseaban en bicicleta, salían de compras, de copas con los amigos... Marie-Chantal cocinaba, tras graduarse en la escuela de chefs Escoffier del Ritz, de París. Parece que fue ella quien presentó a don Felipe a una de sus amigas: la norteamericana Gigi Howard, con quien mantuvo un breve romance.
Pablo le propuso matrimonio a Marie-Chantal en un telesilla, en Gstaad, Suiza, en 1994, y se casaron en Londres seis meses después, el 1 de julio de 1995. La boda fue televisaba en directo en Grecia. El rey Felipe ejerció de testigo, en la catedral ortodoxa de Londres, y fue un acontecimiento solo superado por la boda de la reina Isabel, que estaba entre los invitados, en el número de miembros de la realeza. Se dice que la novia recibió de su padre una dote de 200 millones de euros.
El vestido de novia fue diseñado por Valentino. Era una impresionante obra de Alta Costura, que tardó más de cuatro meses en ser confeccionada por 25 costureras. De seda color marfil, el cuerpo era ajustado, de encaje, con un bordado de flores sobre redecilla, y la falda tenía forma de tulipa también con bordados artesanales.
El velo llevaba medía cuatro metros y medio. Como todas las hijas y las nueras de Constantino, Marie-Chantal lució la tTiara Corsario, de diamantes y perlas, de la reina Ana María, que la heredó de la reina Victoria de Suecia, su bisabuela.
La pareja se instaló en Londres, en una mansión en el barrio de Chelsea, donde nacieron sus cinco hijos: María Olimpia, Constantino, Aquileas, Odiseas y Arístides– y donde Marie-Chantal fundó una marca de ropa infantil de lujo de gran éxito.
La princesa también se ocupa de varias fundaciones creadas por la Familia Real griega. Pablo trabaja en banca de inversión y se dedica a su familia numerosa, que hoy vive en una mansión en Nueva York, en una espectacular vivienda de varias plantas.
Sin embargo, el matrimonio y sus hijos podrían escoger instalarse en cualquiera de las otras cuatro mansiones que poseen en lugares como Bahamas, los Costwolds, en Gran Bretaña, o Londres.
HORÓSCOPO
Como signo de Fuego, los Sagitario son honestos, optimistas, ingeniosos, independientes y muy avetureros. Disfrutan al máximo de los viajes y de la vida al aire libre. Son deportistas por naturaleza y no les falla nunca la energía. Aunque a veces llevan su autonomía demasiado lejos y acaban resultando incosistentes, incrontrolables y un poco egoístas.