Unidos hasta el final
Unidos hasta el final
Aunque oficialmente Juan Carlos I lleva residiendo en Abu Dabi desde agosto de 2020, donde su soledad se ve aliviada con la compañía de su nieto Froilán, es en Suiza donde pasa gran parte del tiempo. Y no precisamente porque allí viva su hija Cristina. La razón de sus frecuentes viajes a la nación helvética es que allí reside también su amiga más especial, Marta Gayá. La mallorquina busca la privacidad y la encuentra incluso en la isla baleaar en la que nació, donde conserva propiedades y empresas y pasa largas temporadas.
Las últimas revelaciones al respecto de la relación entre Marta Gayá y el rey Juan Carlos las hace la experta en Casa Real Pilar Eyre. 'Lecturas' publica con su firma que ambos pasaron el invierno juntos en el apartamento que el emérito regaló a su amiga más íntima en 2007. Situado en Cologny, a apenas un cuarto de hora de la ciudad donde vive la infanta Cristina, es el escenario en el que continúan una discretísima relación que dura ya más de cuatro décadas.
Hasta la fecha, las estancias de Juan Carlos I en Suiza se localizaban en el lujoso hotel Four Seasons de Ginebra, donde también se celebró, por ejemplo, la graduación de Irene Urdangarin en 2023. Gracias a Eyre conocemos que, en realidad, la casa que llama hogar y le recibe como tal es la que le regaló a Marta Gayá. Aportando más datos sobre la naturaleza del tiempo que pasan juntos, desvela que él llama a ella «mi girlfriend» y ella a él, «Juancho». Pero, más importante aún, asegura que el emérito, que este año ha cumplido los 87 y arrastra diversos problemas de salud, quiere «terminar sus días» junto a ella.
Juan Carlos I y Marta Gayá se conocieron en el verano de 1990 en Palma, en una fiesta organizada por el príncipe georgiano Zourab Tchokotua, compañero de internado estudiantil del monarca. Durante su relación, que ha sobrevivido a escándalos y a otras amistades especiales del emérito como la de Corinna Larsen, él pudo contar siempre con la absoluta discreción de ella. En unas grabaciones del CESID efectuadas al principio de su relación, el emérito declaraba en conversación con su amigo Josep Cusí que nunca había sido «tan feliz» y que no pensaba acabar con aquella amistad.
No fue hasta 1992 cuando el nombre de la mallorquina, divorciada del ingeniero malagueño Juan Mena y sin hijos, saltó a los medios de comunicación internacionales, primero en la prensa francesa y después en nuestro país, con un reportaje de la revista 'Época' titulado 'La dama del rumor'. En el subtítulo se aclaraba: «Atribuyen al rey una relación sentimental con Marta Gayá».
Pese a las décadas transcurridas desde entonces, y de que su relación estuviera a punto de provocar una crisis institucional en el gobierno de Felipe González, la estrecha unión entre ambos no se ha resentido. De hecho, la socialité sigue siendo una de las pocas invitadas fieles a la celebración del cumpleaños de don Juan Carlos en Abu Dabi e incluso el hecho de que viva en Suiza se aportaba como aliciente a una posible mudanza del emérito al país europeo.
En un momento delicado para Juan Carlos I, con los problemas médicos lógicos de su edad y los rumores de una mudanza a Portugal, Marta Gayá siendo una de las mujeres fuertes en las que puede confiar. Junto a Laurence Debray, su biógrafa y sus hijas Cristina y Elena, se da por hecho que la mallorquina es conocedora y cómplice de las preocupaciones, planes y sueños de su entrañable amigo.
Esa comprensión y confianza total se ha tramado a lo largo de más de cuatro décadas de relación, en las que se han superado contratiempos gracias a una fidelidad fuera de dudas. Al menos por parte de Marta Gayá. La propia Bárbara Rey aseguraba el programa de '¡De Viernes!' que el propio emérito le había reconocido su largo noviazgo con ella. «La única relación que él me ha confirmado es la de Marta, por otras personas sí he sabido que él ha tenido escarceos con otras mujeres», afirmaba la antigua 'vedette'.
Siempre según el relato de Pilar Eyre, esa fidelidad se ha visto recompensada y seguirá siéndolo. El rey Juan Carlos no solo ha expresado su deseo de terminar sus días al lado de Marta Gayá, sino que ya se habría ocupado «de que no le falte nada cuando él fallezca». Eyre añade que «no se refiere solo al aspecto económico». ¿A qué se podrá referir?