Maryam Sachs, la amiga íntima de Carolina de Mónaco a la que acusaron de ser la amante de Ernesto de Hannover (y el motivo de la ruptura de su matrimonio)

Maryam Sachs, amiga de Carolina de Mónaco, fue «pillada» con Ernesto de Hannover el primer verano que la pareja pasó separada (y estalló el escándalo).

Maryam Sachs en un baile de gala con Ernesto de Hannover, entonces marido de Carolina de Mónaco. / getty images

Silvia Vivas
SILVIA VIVAS

La vida hasta entonces más o menos discreta de Maryam Sachs sufrió un vuelco en el verano de 2009. Antes de ese momento sus méritos en la crónica social estaban basados en su elitista existencia junto al multimillonario Rolf Sachs y en la amistad que mantenía con Carolina de Mónaco y Ernesto de Hannover. Pero una mudanza, una novela y unas fotos lo cambiaron todo.

La buena sintonía de Maryam Sachs y Carolina de Mónaco nació al mismo tiempo que la relación de Ernesto de Hannover y la princesa monegasca: él, que se convertiría en el tercer implicado en el escándalo, fue quien las presentó.

En aquella época, Ernesto y Carolina se paseaban juntos ejerciendo el papel de los royals más glamourosos de Europa, y Maryam era la esposa del excéntrico y riquísimo Rolf Sachs, un hombre con una fortuna familiar valorada en más de 200 millones de euros y un anecdotario vital que igualaba a cualquier Grimaldi o Hannover,

Sus juergas en exclusivos clubes suizos, su infancia trágica por la muerte prematura de su madre y el hecho de haber tenido durante tres años de madrastra a Brigitte Bardot le hacían irresistible para la jet set. Maryam, por su parte, no se quedaba atrás. Políglota, de buena familia y con el exotismo que le proporcionaban sus raíces persas, Maryam había pasado media vida lejos de su Irán natal deslizándose por las pistas de esquí de los Alpes.

Mucho antes de que Ernesto de Hannover se planteara siquiera la posibilidad de enamorarse de una princesa monegasca, él y Rolf Sachs ya eran amigos y Maryam y Ernesto ya habían jugado de niños en Gstaad. Tanto es así que el millonario fue el padrino de bautismo del primogénito de Ernesto de Hannover y Chantal Hochuli, su hijo Ernesto Augusto.

De origen alemán (como Ernesto de Hannover) pero suizo de nacimiento, Rolf Sachs era fruto del matrimonio entre el playboy, fotógrafo y empresario alemán Gunter Sachs y su primera mujer Anne-Marie Faure. A pesar de que el físico nunca le acompañaba para ser protagonista de reportajes más allá de las páginas color salmón, la realidad es que existen numerosos documentos gráficos de Rolf Sachs posando para los medios alemanes de la época acompañado de su mujer Maryam.

Graduado en Matemáticas por la London School of Economics y en teoría de inversiones por el Menlo College en California, Rolf Sachs conoció a su futura primera esposa muy pronto, cuando era adolescente y aún estudiaba en su país natal.

Maryam Banihashem, por su parte, nació en Teherán, y provenía de una rica familia iraní que quiso que su hija se educara en el colegio privado más caro del mundo, el prestigioso internado suizo Le Rosey. Allí conocería a Rolf y al resto de la élite europea, porque si vas a Le Rosey te puedes permitir también las estancias en Londres, París y la Costa Azul.

No sabemos si el flechazo entre Rolf y Maryam fue inmediato pero sí que la boda se hizo esperar. La pareja no se casó hasta 1985, cuando él tenía ya 30 años y ni un solo pelo en la cabeza y ella ya había soplado 26 velas. Eso sí, al enlace, que se celebró en Suiza, no le faltó ni un detalle, ni siquiera la calesa tirada por caballos y recubierta de flores.

Los Sachs fueron uña y carne de Carolina y Ernesto durante sus 10 años de matrimonio efectivo. Maryam y Rolf fueron testigos de su intimísima boda civil de la pareja; Maryam asistió al entierro de Rainiero III, el padre de Carolina, sentada al lado de otro íntimo de Carolina, Karl Lagerfeld. La pareja también participó en los grandes eventos monegascos, como el baile de la Rosa de la edición de 2005, cita en la que Ernesto se sentó junto a Maryam y ambos se lo pasaron estupendamente a juzgar por las fotos.

Y aún más, la princesa Alexandra, la niña de los ojos de Carolina de Mónaco, lleva el nombre de Maryam en su honor, ya que es una de sus madrinas. Como buena princesa Alexandra se llama en realidad Alexandra Charlotte Ulrike Maryam Virginia de Hannover y Cumberland Grimaldi. Se sabe que la confianza entre Carolina y Maryam era tal que las escasas ocasiones en las que la hermana del príncipe Alberto de Mónaco permitió a su pequeña viajar con alguien que no fuera ella misma, fue con Maryam.

Pero todo cambió en 2009 con un relato de traición desvelado paso a paso por los medios. Aquel verano, tras el cumpleaños de la princesa Alexandra, Ernesto de Hannover y Carolina de Mónaco tomaron rumbos distintos: la primera vez en una década que no se les veía pasar juntos las vacaciones veraniegas.

Las alarmas sonaron aún más fuerte cuando la prensa descubrió que Carolina de Mónaco había abandonado junto a su hija Alexandra la residencia que compartía con Ernesto de Hannover en Fontainebleau y había puesto rumbo a Mónaco.

La confirmación del «divorcio inminente» de la hija de Grace Kelly con el príncipe alemán llegó para los paparazzis cuando fotografiaron a Ernesto de Hannover en un restaurante parisino acompañado por otra mujer en una actitud que se podía interpretar como cariñosa. La prensa rosa vio claro que habían pillado al príncipe con su «nueva novia». La historia ganó proyección cuando se descubrió la identidad de aquella mujer: la muy casada e íntima amiga de Carolina de Mónaco Maryam Sachs.

El morbo del triángulo amoroso se alimentó de varios factores. El primero la relación de confianza que unía a ambas mujeres; el segundo porque parecía un ajuste de cuentas del karma (al fin y al cabo Carolina de Mónaco le hizo lo mismo a su amiga Chantal Hochuli) y el tercero porque, además, Maryam Sachs había escrito una novela dos años antes de aquellas fotos en la que parecía relatar su aventura con Ernesto.

Maryam Sachs había cosechado una cierta fama como escritora gracias a la publicación de una antología de poesía erótica persa y una serie de libros de fotografía que recomendaba la mismísima Farah Diva. Pero su salto a la novela, que pasó sin pena ni gloria hasta aquel verano de 2009, se usó como prueba para confirmar el rumor de que era la amante de Ernesto de Hannover.

En 2007 Maryam Sachs había publicado una novela titulada «Sin decirte adiós» que contaba cómo una joven mujer iraní, casada y con hijos, redescubría en París el amor y la pasión en los brazos de un amigo de toda la vida, para más señas, alemán.

Entre la novela de Sachs, las fotos parisinas y los encuentros de Ernesto de Hannover y Maryam más o menos documentados en distintas capitales europeas por aquellas fechas, la prensa no dudó en presentar a Maryam ante el mundo como la responsable de la huída de Carolina de su matrimonio con Hannover.

Vídeo. Carolina de Mónaco la vida de la princesa marcada por la tragedia

En septiembre de 2009, apenas un mes después de que la noticia ocupara las páginas de cotilleos, Maryam Sachs acudió a la prensa para lavar su imagen. Concedió una entrevista en la versión british del ¡Hola! para aclarar que no era, ni de lejos, la nueva novia de Ernesto de Hannover y que jamás lo sería.

La prensa, esta vez, se había precipitado en su ansia por confirmar el inminente divorcio de Carolina e identificar la causa de esa ruptura. Pero no hubo que esperar demasiado para comprobar que la pareja no volvería a estar junta. El verano siguiente a aquel ajetreado 2009 llegaría la confirmación de que no había esperanza para Carolina y Ernesto: fotografiaron al príncipe besando a otra mujer en la playa Freedom de Phuket.

21 de marzo-19 de abril

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