EFECTO BARBIE
EFECTO BARBIE
Si la protagonista es Máxima de Holanda, el espectáculo está asegurado. Ella puede ser la reina europea más consciente del poder de la imagen y cómo maximizarlo, nunca mejor dicho. De ahí que cada uno de sus looks esté cuidadosamente diseñado para llamar la atención, no para confundirse con ningún fondo. Dicho de otra manera: la consorte argentina jamás sacrificaría espectacularidad por elegancia. Cosa que, a veces, puede jugarle malas pasadas.
Una de las señas de identidad de estilo de Máxima de Holanda es, sin duda, el color. La esposa del rey Guillermo no le hace ascos a los flúor, los dorados o los estampados más exagerados: todo vale para convertirse en el centro de atención en cada una de sus salidas. No es un recurso del todo original: la reina Isabel II era famosa por sus total look de colores hasta chillones, precisamente para que su equipo de seguridad pudiera localizarla fácilmente, pese a su corta estatura.
La estatura no es el problema de la reina Máxima, que alcanza el 1,78 metros. De hecho, con su altura solo intensifica aún más los shocks de color que nos suele dedicar. Casi siempre funcionan, también hay que decirlo, aunque la reina de los Países Bajos nos convenza mucho más cuando opta por el minimalismo y lo funcional. O con los increíbles vestidos de gala que lleva en las noches oficiales, tantos firmados por Natan Couture.
Hay que vaciar mucho mucho contexto para que este look rosa chicle de Máxima de Holanda no roce, a nuestros ojos, la exageración. De hecho, son tantas las referencias que en él se cruzan que hasta podría parecer un disfraz. Un homenaje, si se quiere, a uno de los personales cinematográficos más celebrados de las últimas décadas y un antecedente, si se quiere, del personaje de 'arbie que interpretó Margot Robbie. Nos referimos a Elle Woods, la protagonista de Una rubia muy legal interpretada por Reese Witherspoon.
Contra todo pronóstico, Natan Couture firma este look tan rosa de Máxima que la reina de Países Bajos estrenó en 2022, con motivo del Koningsdag, el Día del Rey. Es una jornada en la que los monarcas se dan un auténtico baño de masas y banderas, de manera que solo un vestido como este permite a una reina como la argentina destacar entre la multitud. El diseño incluye, además, un rasgo característico del creador belga: una pequeña capa.
El color es excesivo, porque este tipo de rosa no es tan fácil de defender como parece. Además, está ya muy asociado a personajes de ficción como Barbie o Elle Woods, esa abogada que insistía en vestir de rosa y a la que todo el mundo juzgaba por esa fachada chicle y no por su eminente cerebro. A Barbie le pasaba un poco lo mismo: es el cliché de la rubia a la que todo el mundo toma por tonta. Algo que, desde luego, no se puede decir de la reina Máxima. Como Elle Woods, es la mejor en lo suyo.
En realidad, el vestido rosa chicle de Natan Couture no es tan disfraz, pero los complementos que lo acompañan le hacen rozar el precipicio. Si el rosa remite a todo ese cliché de lo femenino, el tocado tipo casquete, los enormes pendientes (de la firma española Luz Camino) y el ramo de flores no le hacen ningún bien. El conjunto remite a un universo retro, casi años 60, que subraya aún más la caducidad del cliché que contiene. Dicho más claramente: después de Elle Woods y de Barbie, solo podemos mirar un look como este desde la ironía.
En realidad, no es Máxima de Holanda la que se ha puesto un disfraz: es la mirada contemporánea la que lo interpreta de tal forma. Además, cabe añadir que la mayoría de las personas de todas las edades que acudieron a saludarla en Lelystad, Almere o Zeewolde, los municipios que visitó con su look rosa chicle, probablemente no tiene en su retina ni a Elle Woods ni a Barbie. Ver a la reina en persona debe impresionar lo bastante como para no acordarse de estos icónicos personajes cinematográficos.
Digamos algo más para justificar o, mejor dicho, comprender este controvertido look de la reina Máxima. Quien sabe mirar más allá del disfraz puede ver la inteligencia de vestirse para lo que los demás prefieren ver. A su ciudadanía le gusta así: divertida, expresiva, casi un dibujo animado.