Muere el príncipe Karim Aga Khan a los 88 años sin dejar heredero: íntimo de Juan Carlos I, exmarido de una Thyssen y descendiente de Mahoma

El príncipe Karim al Hussaini Aga Khan IV, el líder espiritual de los musulmanes ismaelitas, una comunidad con 15 millones de fieles, falleció este martes en Lisboa a los 88 años de edad, rodeado de su familia. Íntimo amigo del rey Juan Carlos y con estrechos lazos con la familia real británica, heredó el título de su abuelo en 1957, con tan solo 20 años, y sus seguidores lo consideraban como «el portador de la vida». De momento, no se ha designado un sucesor ni la fecha de su funeral, que tendrá lugar en la capital portuguesa.

Considerado uno de los hombres más ricos del mundo, a pesar de su vida privada, a veces turbulenta, siguió siendo venerado por sus abundantes obras de caridad a las que destinó importantes fondos en todo el mundo. Además de ser amigo personal del rey emérito, el fallecido príncipe fue uno de los principales apoyos de la infanta Cristina en Ginebra, trabajando para él en la Fundación Aga Khan.

Sus seguidores afirman que era descendiente directo del profeta Mahoma, a través de su hija, Hazrat Bibi Fátima, y del primo y yerno del Profeta, Hazrat Ali. El Aga Khan era el hijo mayor del príncipe Ali Khan de su primera esposa, Joan Yarde-Buller, y pasó sus primeros años de vida en Nairobi, Kenia, tras nacer en Ginebra en 1936.

Antes de convertirse en líder espiritual, el Aga Khan conoció al futuro rey de España cuando ambos eran muy jóvenes. Coincidieron en Suiza, cuando ambos estudiaban en el prestigioso colegio Le Rosey. Con los años, vivirían privilegiadas existencias paralelas, desarrollando una gran amistad,

Por ejemplo, los reyes Juan Carlos y Sofía asistieron a la boda de la hija del Aga Khan, la princesa Zahara, con el modelo Mark Boyden, que tuvo lugar en 1997 en el castillo de Chantilly. En contrapartida, el fallecido príncipe estuvo presente en la boda de Felipe y Letizia en 2004.

La estrecha relación entre ambos quedó patente en 2013, con el estallido del caso Nóos. En aquel momento, diversos medios de comunicación publicaron que el monarca emérito pidió al Aga Khan que intercediera por la infanta Cristina para que la Fundación La Caixa la trasladara a Ginebra para alejarse lo más posible del escándalo.

Tratado como un jefe de Estado, recibió el título de Su Alteza de manos de la reina Isabel II, dos semanas después de que su abuelo le nombrara inesperadamente heredero de la dinastía familiar con 1.300 años de historia. Se convirtió en el Aga Khan IV el 19 de octubre de 1957, en Dar es Salaam (Tanzania), en el lugar donde una vez su abuelo igualó su peso en diamantes en regalos de sus seguidores.

Licenciado en Historia Islámica por la Universidad de Harvard en 1959, en los años sesenta fundó el enclave turístico de lujo de Porto Cervo, en Cerdeña, y el club de yates Costa Esmeralda, que se convirtió en un polo de atracción de la realeza europea, actores de Hollywood y famosos de la época. La magnitud del imperio financiero del Aga Khan es difícil de cuantificar, pero algunos informes calculan que su fortuna personal asciende a miles de millones de euros.

Sin llegar al nivel de su padre, Ali Khan, que tras su divorcio se casó con Rita Hayworth, su vida sentimental también fue bastante movida. Su primera esposa fue la modelo británica Sally Croker-Poole, con la que contrajo matrimonio en 1969. Tuvieron dos hijos y una hija. Se espera que su primogénito, el príncipe Rahim, de 53 años, sea su sucesor oficial.

Tras 25 años de matrimonio, volvió a darse el 'sí, quiero' en 1998 con Gabriela zu Leiningen, más conocida como Gabriela Thyssen, una abogada alemana que también acabaría casándose con un príncipe y con un magnate del comercio global. La boda con el líder de los israelitas tuvo lugar en su enorme finca de Aiglemont, cerca de París. Debió convertirse al Islam para su matrimonio y adoptó el nuevo nombre de Begum Inaara.

La pareja tuvo un hijo, pero al cabo de seis años anunció su separación. La razón de la ruptura no fue otra que la infidelidad. En 2004, Gabriela Thyssen descubrió gracias a un detective que el IV Aga Khan le engañaba con la azafata de su avión privado. Tras si divorcio, mantendría un idilio con la alemana Beatrice von der Schulenburg.

Gran aficionado al esquí, el Aga Khan incluso llegó a competir por Irán en los Juegos Olímpicos de Invierno de 1964. Su inmensa fortuna le permitió poseer un yate de 120 millones de euros, bautizado Alamshar en honor a uno de sus caballos de carreras. Fue precisamente su faceta como criador de purasangres una de sus grandes pasiones, llegando a poseer la mayor cuadra de caballos de Francia.

Especialmente reseñable fue la historia de su caballo Shergar, ganador del Derby de Epsom en 1981. En 1983, un grupo de hombres enmascarados lo secuestró en su establo en Irlanda junto con su mozo de cuadra, John Fitzgerald. Aunque este fue liberado poco después, los ladrones –que, según los investigadores, eran miembros del IRA– exigieron dos millones de libras por la devolución de Shergar. Pero finalmente los secuestradores rompieron el contacto y nunca más se volvió a saber de aquel magnífico ejemplar.

Destacado filántropo hasta el final de sus días, en 2023, la Fundación Aga Khan destinó más de 60 millones de euros a actividades benéficas con el objetivo de promover y facilitar el avance de la educación, la sanidad, el desarrollo rural, el medio ambiente y el apoyo a organizaciones de la sociedad civil en beneficio público. Al Aga Khan le sobreviven sus hijos, la princesa Zahra, el príncipe Rahim, el príncipe Hussain y el príncipe Aly Muhammad, su hermano, el príncipe Amyn Muhammad, su hermanastra, la princesa Yasmin, y cuatro nietos.