Todos los palacios de Isabel II: del centro de Londres al hermoso campo escocés

En los útimos meses, la reina Isabel II decidió abandonar el palacio de Buckingham y convertir el castillo de Windsor en su residencia oficial, pero la realidad es que la soberana tenía mucho dónde elegir.

Imagen del palacio de Balmoral, uno de los favoritos de la reina. Pincha para ver la imágenes del décimo aniversario de boda de Guillermo y Kate./getty images

Imagen del palacio de Balmoral, uno de los favoritos de la reina. Pincha para ver la imágenes del décimo aniversario de boda de Guillermo y Kate. / getty images

Elena Castelló
ELENA CASTELLÓ

La reina Isabel II de Inglaterra fue una de las soberanas con más residencias en su patrimonio y todas se encuentran en uso, bien para su alojamiento o para el de su extensa familia. Castillos, palacios y mansiones, además de extensas fincas agrícolas, componen la herencia que recibió de su padre, el rey Jorge VI, y que Isabel sigue utilizando hoy.

Pero la Reina no fue la dueña única de todas estas propiedades. La mayoría pertenecen al Estado y éste las gestiona a través de una institución denominada Crown State. El Palacio de Buckingham o el Castillo de Windsor pertenecen a ella. Además, la reina solo recibe una pequeña parte del beneficio que generan. Sin embargo, por un acuerdo que suscribió el rey Jorge III hace 250 años, la Familia Real británica tiene derecho al uso y disfrute de todo ese patrimonio.

El Palacio de Buckingham

Hasta que en marzo la reina decidió abanadonarlo, este palacio era, sin duda, la «joya de la Corona». Hasta ese momento Buckingham era la residencia oficial de la Reina y la de su esposo, el Duque de Edimburgo, hasta su fallecimiento. El palacio de Buckingham se convirtió en el punto central de la monarquía británica en 1837, cuando se trasladó a él la Reina Victoria. Incluye 775 habitaciones y posee 78 baños. Está abierto al público para poder ser visitado durante una parte del año. Cuando la bandera británica ondea en lo alto de su mástil significa que la reina está viviendo en él.

Clarence House

Tras casarse, sus hijos han ido ocupando algunas de las residencias oficiales situadas en Londres: el Príncipe Carlos y su esposa, Camila Parker Bowles, ocupan Clarence House, un palacio cercano, enclavado en la avenida que une Buckingham y Trafalgar Square, donde se alojan también las oficinas de su casa. La reina Isabel y el Duque de Edimburgo vivieron allí hasta que Isabel se convirtió en reina y la reina madre también lo utilizó en los últimos años de su vida.

El palacio de Kensington

Está ubicado en el centro de Londres y fue la residencia de los monarcas británicos hasta que la reina Victoria decidió trasladar la corte a Buckingham. Los duques de Cambridge ocupan uno de los apartamentos más amplios del Palacio, tras ser sometido a una costosa remodelación. En él residen también algunos familiares de la reina como el príncipe Michael de Kent y su esposa o los Duques de Gloucester. Diana de Gales se instaló aquí tras separarse del príncipe Carlos, con Guillermo y Enrique. La princesa Margarita vivió en él tras casarse con Lord Snowdon. También vivió Enrique hasta su matrimonio con Meghan Markle.

Palacio de St. James

En Londres también está enclavado el Palacio de St James. Fue construido por el rey Enrique VIII y fue la residencia real durante más de 300 años. Hoy sigue siendo la sede oficial de la Corona. De hecho, la corte británica se llama la Corte de Saint James. En este palacio viven la princesa Ana, la princesa Beatriz, hija del Príncipe Andrés, con su marido, Edoardo Mapelli, y la princesa Alejandra de Kent, prima de la reina.

El castillo de Windsor

El castillo de Windsor es el que más protagonismo ha tomado en este último año, también es donde falleció el Duque de Edimburgo. Ha sido residencia de los reyes ingleses durante los últimos 900 años y es el castillo en uso más grande del mundo. Está muy cerca de Londres y, por esta razón, es donde la reina ha elegido fijar su residencia permanente. En la capilla de San Jorge, ubicada dentro del castillo, se han celebrado numerosas bodas de la familia real: desde la bendición del matrimonio del príncipe Carlos y Camilla Parker- owles, al enlace del príncipe Eduardo con Sophie Rhys-Jones, el del príncipe Enrique y Meghan Markle o los de varias de sus nietas, como las princesas Beatriz y Eugenia y Lady Gabriella Windsor, hija de la Princesa Michael de Kent.

En esta capilla también se han celebrado los funerales de la familia como el de Felipe de Edimburgo. En 1992 el castillo fue parcialmente destruido por un incendio. Aquella catástrofe, que acabó con valiosas obras de arte, fue la culminación del «annus horribilis», como lo llamó la Reina, en el que vio la luz la autobiografía de Diana, escrita por Andrew Morton y ocurrieron todo tipo de escándalos que afectaron a la familia real británica –como las conversaciones grabadas entre Carlos y Camilla–, que salpicaron a la Corona, justo cuando se celebraban 40 años de la coronación de Isabel II.

La mansión Royal Lodge

A unos pocos kilómetros del castillo de Windsor, en Berkshire, se encuentra el Royal Lodge, una mansión del siglo XVII donde tiene su residencia el príncipe Andrés (antes de que huyera a Balmoral) y su ex esposa Sarah Ferguson así como la princesa Eugenia con su marido, Jacques Brooksbank. Fue un regalo del pueblo de Gales a la entonces princesa Isabel, en 1932. En esta mansión murió la reina madre en 2002. En los alrededores del Castillo de Windsor se encuentra también Bagshot Park, una residencia donde viven el príncipe Eduardo, hijo menor de la reina, y su familia. Este conjunto de casas aristocráticas fue construido en el siglo XVII, como residencia para el rey Carlos I. Aquí vivió también el príncipe Arturo, duque de Connaught y Strathearn, hijo de la reina Victoria.

Las residencias de Balmoral y Sandringham

Pero, si hay dos castillos que hacen especialmente feliz a la Reina Isabel son el castillo de Balmoral, en Escocia, donde pasa sus vacaciones de verano, y el palacio de Sandringham, en Norfolk, donde la familia se reúne en Navidad. Ambos son propiedad suya. El Castillo de Balmoral fue comprado por la reina Victoria y lo consideraba su «paraíso». Se encuentra ubicado dentro de una parque natural de gran belleza. Su finca supera las 20.000 hectáreas. Sandringham, la otra propiedad privada de la reina, está enclavado en una finca de 8.000 hectáreas en la que trabajan 200 personas. Fue construido por Eduardo VII, bisabuelo de la Reina, cuando era príncipe de Gales y fue el lugar favorito de Jorge V, su abuelo. Aquí fue donde se refugió la Familia Real durante la segunda Guerra Mundial.

Palacio de Holyroodhouse

Quizá el palacio real más desconocido sea el de Holyroodhouse. Fue un monasterio fundado en 1128 y es la residencia oficial de la Reina cuando está de visita en Edimburgo. Una vez al año la reina tenía como tradición celebrar allí una recepción para unos 8.000 invitados con la que agasajaba a la alta sociedad escocesa. Aquí celebró su banquete de bodas Zara Phillips, hija de la princesa Ana, tras casarse en la iglesia de Canongate con Mike Tyndall.

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