PARIENTES MOLESTOS
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Con la degradación de príncipes a condes de parte de sus nietos (concretamente de la parte correspondiente a su hijo menos favorito, el príncipe Joaquín de Dinamarca), la reina Margarita realizó una exquisita poda del núcleo duro de la casa real danesa. Pero no se libró de la posibilidad de incursiones plebeyas a su árbol genealógico y los siguientes en la lista parecen ser los Thoustrup.
Esa operación de limpieza que puso en marcha la reina más veterana de Europa y que escandalizó a propios y ajenos, no impedirá que, tal y como van las cosas, el futuro rey Federico de Dinamarca acabe emparentado con los muy terrenales y plebeyos Thoustrup y todo gracias al amor imperecedero que su sobrino, el ex príncipe y ahora conde Nikolai, procesa a Benedikte Thoustrup.
La enamorada y el conde-modelo son inseparables desde el instituto y esta relación puede convertirse en el próximo talón de Aquiles de la monarquía danesa. ¿Pero quiénes son los poderosos Thoustrup y por qué no parecen contar con el visto bueno de la reina?
El conde Nicolás lleva enamorado de Benedikte Thoustrup desde la escuela secundaria que ambos cursaron en la Herlufsholm School. Allí se conocieron, compartieron clase, se graduaron con buenas notas allá por 2018, y ese fue el mismo año en el que un paparazzi les pilló besándose por la calle.
La llama de su amor lejos de apagarse con el tiempo parece hoy más viva que nunca, de hecho se afirma en los medios daneses que este mismo verano han partido juntos y en buena sintonía hacia Australia, donde él supuestamente seguirá estudiando en la Universidad Tecnológica de Sidney (aunque también ha fichado por otra empresa de modelos australiana) y ella cursará un semestre no se sabe todavía de qué mientras continúa desarrollando su firma de accesorios Béné Soie.
Apenas unos meses más mayor que Nicolás, Benedikte es, sin lugar a dudas, un buen partido. Aunque por la sangre de los Thoustrup no corre ni una gota de realeza su pedigree es impecable. La propia Benedikte ha estudiado en los mismos prestigiosos centros que el ex príncipe, ha aprendido francés en París (dónde sino) y tuvo, como corresponde a su estatus, su etapa de amazona, llegando incluso a competir.
La imagen de esta relación cuasi adolescente idílica se empañó cuando algunos quisieron ver en ella el motivo por el que el entonces príncipe Nicolás abandonó la Escuela de Sargentos del Ejército de Varde tras acabar sus estudios de Bachillerato. Su intento de cumplir con una formación militar tradicional en la familia para convertirse en reservista que duraría, como mínimo, año y medio, quedó reducida a un cortísimo par de meses. Las malas lenguas apuntaron a que el joven no pudo superar la relación a distancia con su novia que se había ido en ese impass a vivir a Francia.
Al final, el príncipe no completó sus dos años de formación castrense «porque no se encontraba a gusto» y, en 2021, acabó estudiando y conviviendo con su novia en París, una experiencia, la de compartir piso, que ya había disfrutado en su país natal gracias a la generosidad de la abuela que cedió a su poco aplicado nieto un apartamento en la capital danesa.
Pero si hay algo que reprocha la monarca a la novia de su nieto no es su capacidad para acoplarse las vacaciones de la familia real y apartamentos propiedad de la corona, ni su ascendente sobre el royal, sino su presencia en la prensa del corazón y que su padre cometiera el «terrible» error de hablar de su familia al inicio de su relación.
Hasta la fatídica declaración pública de marras el padre de Benedikete era un empresario más conocido en las páginas salmón danesas que en ningún otro lugar. Llamado Anders Thoustrup en 2011 llegó el punto culmen de su carrera cuando el cuarto banco más importante del país, el Sydbank, le escogió como presidente después de formar, durante una década, parte de su consejo de dirección. En aquel entonces tenía ya 61 años y una larga carrera a su espalda.
Entró a formar parte de la directiva de Sydbank en el año 2000 y desde 2006 ostentaba el cargo de vicepresidente. Pero en sus inicios la orientación de Anders Thoustrup en los negocios era otra muy distinta. Fue uno de los fundadores de la empresa de electrónica Thoustrup og Overgaard, que acabó vendiendo. Y también el propietario de una empresa especializada en ingeniería y chimeneas industriales (Maskinfabrikken Fornax).
De la industria pasó a empresas más vistosas, como ser miembro de la junta directiva del Hotel Randers, un emblemático establecimiento inaugurado en el siglo XIX donde se han hospedado antepasados del propio Nicolás y en el que padre de Benedikte se decantó por demostrar su pasión por el arte más rompedor escogiendo personalmente la decoración del bar. Y como puntilla, a sus 74 años sigue al frente, junto a otros dos propietarios, de una mega granja agrícola en Zambia: 13.000 hectáreas en suelo africano.
Inocentemente al magnate de los negocios se le dan mejor las juntas de accionistas que los cotilleos y cuando su hija y Nicolás vivieron su momento «tú al ejército, yo a París» habló de más. El semanario danés Her & Nu le «asaltó» y preguntó sobre la relación a distancia que mantenía su hija con el príncipe.
Ni corto ni perezoso, contestó que por supuesto el hijo del príncipe Joaquín era un joven «muy simpático» y que la pareja era capaz de hacer que la relación a distancia funcionara. Seis meses más tarde, cuando su hija volvió de La Sorbona y celebró su cumpleaños con su novio, ¿quién volvió a hablar de la parejita con Her&Nu? Exacto, el suegro Anders que explicó, sin pretenderlo, los planes de la pareja para el futuro: viajar por el mundo.
En principio él hablaba de que su hija se concedería un viaje con sus amigos antes de volver a sus estudios, pero los medios no tardaron en descubrir que Nicolás era el amigo y la pareja disfrutaba de un descanso en Thailandia. A la reina no le hizo gracia que el empresario hiciera propaganda de la relación y por mucho que desde entonces haya sido más discreto, parece que los Thoustrup siguen sin caerle en gracia.
HORÓSCOPO
Como signo de Fuego, los Sagitario son honestos, optimistas, ingeniosos, independientes y muy avetureros. Disfrutan al máximo de los viajes y de la vida al aire libre. Son deportistas por naturaleza y no les falla nunca la energía. Aunque a veces llevan su autonomía demasiado lejos y acaban resultando incosistentes, incrontrolables y un poco egoístas.