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La boda plebeya de Ragnhild de Noruega, hermana del rey Harald, que conmocionó Europa: se casó con su guapísimo guardaespaldas

La princesa Ragnhild de Noruega rompió con todo lo esperado en las casas reales europeas: renunció a su tratamiento de alteza real para casarse por amor con un plebeyo. Una historia poco conocida que adelantó su tiempo y escandalizó a una monarquía aún rígida.

Ragnhild de Noruega, hermana del rey Harald, y su marido, Erling Lorentzen. GETTY IMAGES

La princesa Ragnhild, nacida el 9 de junio de 1930, en Oslo, fue sin quererlo una adelantada a su tiempo. Era la hija mayor del rey Olaf V de Noruega y de la princesa Martha de Suecia. Ya en su nacimiento hubo un hecho singular: fue la primera bebé real en nacer en Noruega en 629 años. Era tataranieta de la reina Victoria del Reino Unido y bisnieta de Eduardo VII, lo que la convertía en prima segunda de la reina Isabel II, y en prima hermana de los reyes Balduino y Alberto II de Bélgica y de Josefina Carlota de Bélgica, Gran Duquesa de Luxemburgo.

Ragnhild, sin embargo, nunca estuvo en la línea de sucesión al trono noruego. Se daba por sentado que sería reina en ausencia de un heredero varón, aunque esto habría requerido una enmienda constitucional, ya que las mujeres no podían heredar el trono en aquel entonces.

Poco antes de su nacimiento, sus padres, los todavía príncipes herederos, habían abandonado su hogar de Skaugum, en el pueblo de Asker, al oeste de Oslo, porque se había declarado un incendio. Tres semanas después, Ragnhild nació en el Palacio Real. Recibió una educación similar a la de sus dos hermanos, en manos de tutores privados. En 1932 nació su hermana Astrid y, en 1937 Harald, el heredero de la Corona. Los tres pasaron una infancia alegre, jugando en el jardín de palacio, nadando y haciendo carreras. Vivió en Skaugum hasta los diez años.

Entonces comenzó para ella y su familia una época de huida, de exilio y de máxima preocupación. El 9 de abril de 1940, las fuerzas alemanas invadieron Noruega. La familia real decidió que la princesa Martha y sus tres hijos cruzaran la frontera con Suecia, el país de nacimiento de Martha, mientras el rey Haakon y el príncipe heredero Olav permanecían en Noruega. Se hicieron las maletas a toda prisa y antes del amanecer los niños y su madre emprendieron el viaje y llegaron a Suecia, aunque no tenían pasaportes.

Exilio a Estados Unidos

Sin embargo, después de un tiempo, ni el rey Haakon ni el príncipe heredero Olav veían con buenos ojos que Martha y los niños permanecieran en Suecia, por las inclinaciones pro alemanas del rey Gustavo. Olav escribió al presidente Roosevelt el 10 de mayo, recordándole la oferta de acogimiento que le había hecho un año antes, durante una visita oficial.

Martha y sus hijos llegaron a la costa de Finlandia y embarcaron rumbo a Estados Unidos. Allí pudieron llevar una vida tranquila en una gran propiedad de veinticuatro habitaciones, rodeada de campo, en Pook's Hill, cerca de Washington. Ragnhil y sus hermanos se hicieron rápidamente bilingües, cenaban y tomaban el té con el presidente Roosevelt y salían a navegar con su familia en el yate presidencial.

Harald V de Noruega durante la boda de su hijo, Haakon Magnus con Mette-Marit. GTRES

Tras la capitulación de las fuerzas nazis el 8 de mayo de 1945, Ragnhild regresó a Oslo junto a su familia, incluido el rey Haakon. Ragnhild tenía entonces 15 años y no fue fácil para ella adaptarse a Noruega tras sus años en Estados Unidos. Se había acostumbrado al estilo de vida y la educación estadounidenses, y, sobre todo, al anonimato y a la libertad de que había disfrutado. Dejaba atrás, además, muchos amigos. Comenzó sus estudios en la Escuela de Niñas Nissen, donde obtuvo su certificado de estudios de secundaria en 1948. Después estudio en un colegio para señoritas en Lausana, Suiza.

Fue en este periodo, a finales de los años cuarenta, cuando Ragnhild conoció Erling Lorentzen, miembro de una acaudalada familia de navieros, antiguo miembro de la resistencia noruega y de la guarda personal del rey tras la guerra. Era siete años mayor que ella. Enseñó a navegar a Ragnhild y a su hermana Astrid. Lorentzen se marchó a estudiar a la Escuela de Negocios de Harvard en Estados Unidos, y los dos jóvenes empezaron una correspondencia muy frecuente. Ragnhild cumplió 18 años en junio de 1948 y comenzó a asumir compromisos oficiales.

Por fin, la boda

Ragnhild y Lorentzen coincidían en actos sociales y deportivos. Ragnhild tenía claro que quería casarse con él, pero sus padres se resistían a la posibilidad del matrimonio con un plebeyo, una situación que sabían que podría resultar controvertida para la opinión pública. En 1952, impusieron a Ragnhild no ver a Lorentzen durante un año, como una especie de prueba de su compromiso mutuo o quizás con la esperanza de que la princesa cambiara de opinión. Lorentzen decidió hablar directamente con el rey Haakon. Tras consultar con el gobierno, Haakon VII finalmente dio su visto bueno. «Me alegra poder decirte que tu abuelo dará su permiso para que os caséis», le escribió el príncipe Olav a su hija.

Ragnhild de Noruega, hermana del rey Harald, en una imagen de 2014. GTRES

El compromiso de la pareja se anunció el 14 de febrero de 1953 en una conferencia de prensa celebrada en la casa de la futura novia en Skaugum. Se casaron en la iglesia de Asker el 15 de mayo, en presencia de sus padres, sus abuelos, el rey Haakon y la princesa Ingeborg de Suecia. También asistieron el rey y la reina de Dinamarca y la princesa Margarita de Gran Bretaña, hermana de la reina Isabel II. Después, se celebró una recepción en el palacio de Skaugum.

La novia vistió un «palabra de honor» con abrigo a juego, en satén color marfil, que adornó con un collar de perlas, una diadema de encaje y un ramo de lilium, orquídeas y lirios del valle. El novio escogió un esmoquin. Tras su matrimonio, la novia pasó a ser conocida como Su Alteza la Princesa Ragnhild, Sra. Lorentzen. Ya no sería nunca más Su Alteza Real, porque su marido no pertenecía a la realeza.

Una crítica inesperada

Los recién casados pasaron la luna de miel en Italia y se instalaron en Río de Janeiro, en principio para un par de años, pero luego fijaron su residencia allí de forma permanente. La pareja tuvo tres hijos: Haakon, Ingeborg y Ragnhild. La princesa regresaba a menudo a Noruega, dio a luz a sus hijos allí.

Pero Ragnhild no dejó nunca su casa de Brasil y murió allí, rodeada de su familia, el 16 de septiembre de 2012. Fue incinerada y enterrada en la iglesia de Asker, en Oslo. Ragnhild allanó el camino a su hermana menor, Astrid, que también se enamoró de un plebeyo, el medallista olímpico Johan Martin Ferner, y se casó con él en 1961.

A pesar de su reserva, Ragnhild escribió sus memorias en 1995, «Ni vida como la hija de un rey». Unos años más tarde, la princesa que había roto las duras convenciones de la realeza por amor sorprendió a todos asegurando que le horrorizaba que su sobrino, el príncipe Haakon, se hubiera casado con Mette-Marit. Dijo que «prefería morirse antes de ver a Mette-Marit como reina de Noruega».

Tampoco aprobó el matrimonio de su sobrina Marta Luisa, hermana del príncipe Haakon, con el escritor Ari Behn. Por supuesto no dijo nada de su cuñada, la reina Sonia, que pudo casarse tras casi 10 años de noviazgo y una amenaza de suicidio hasta ser admitida por el rey Olav.

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