Los espectaculares sombreros de la reina Letizia: de las diademas de Cherubina al tocado de Balel con el que conquistó Londres

A pesar de que las apariciones de la reina Letizia con sombreros y tocados en todos estos años alcanzan apenas una docena, en todas ellas ha marcado estilo. Siempre ha escogido marcas españolas, y ha acertado con el diseño y el color, a diferencia de lo que ocurría en sus primeros años como princesa y su vestuario, siempre con la firma de Felipe Varela, y a menudo cuestionado.

María Niero, Cherubina, Balel o Pablo y Mayaya son algunas de las firmas que ha escogido doña Letizia cuando debía «vestir» su cabeza para una cita señalada. Elaborados a mano y en tejidos nobles, como la paja natural, la seda o el terciopleo, deben cumplir algunas normas, como no destacar en exceso, y si lo hacen que sea con sentido, como el diseño de Balel para la coronación de Carlos III.

Deben realzar la elegancia del «look» escogido y cubrir adecuadamente sin olvidar la comodidad. Doña Letizia ha seguido este manual de uso a rajatabla y el resultado ha sido un éxito. Repasamos los tocados y sombreros que ha llevado a lo largo de los años.

Doña Letizia tardó en lucir sombreros y tocados, pero, una vez lo hizo, ha dado numerosas lecciones de estilo. La boda en Londres de los príncipes de Gales fue la primera vez que vimos a la reina optar por un sombrero que fue un éxito. Para la ceremonia religiosa, escogió un «look» en color rosa empolvado, de Felipe Varela, que completo con un sombrero de ala irregular con redecilla y plumas del mismo color de la firma Pablo y Mayaya, en forma de «cloche» de estilo años veinte. Sin duda, le favorecía.

Doña Letizia volvió a lucir sombrero, en la boda de los príncipes de Luxemburgo, en 2012. Para esta ocasión escogió una pamela ladeada también de la firma Pablo y Mayaya, de paja en tono natural y decorada con plumas. Su elección fue , de nuevo, un acierto.

La reina decidió apostar, para la ceremonia de coronación, por un diseño atrevido. Escogió un vestido de encaje en gris perla de Felipe Varela y un tocado de estilo plato lateral en paja y decorado con flores. Hubo debate sobre si debía haberlo llevado tan ladeado. Pero el «look» convenció de nuevo por su elegancia, aunque no ha vuelto a lucir un tocado tan vertical.

En la capital británica, doña Letizia volvió a lucir sombreros y acertó. Una de las veces fue durante la visita de Estado en 2017 de los reyes. Doña Letizia siguió el protocolo con un conjunto en amarillo pálido de Felipe Varela, que completó con un sombrero de paja del mismo color decorado en su parte interior y exterior con grandes flores, y colocado de forma ladeada. Era clásico y muy elegante, en la línea del estilo «british».

La segunda ocasión, fue en 2019, durante la concesión a don Felipe de la Orden de la Jarretera. En esta ocasión escogió un tocado de la marca Cherubina, que también firmaba su vestido en blanco y negro. El tocado estaba compuesto por una diadema XL con adorno lateral en forma de peonía y plumas de ganso, con una redecilla hasta los labios.

En 2021 doña Letizia volvió a confiar en la firma Querubina para su tocado, imprescindible en la ceremonia de bienvenida del rey Carlos Gustavo. La reina optó por una original diadema de estilo turbante, decorada con flores, y de un vivo color rojo. Para la ocasión escogió un vestido del mismo color de Carolina Herrera y una capa con cuello de piel que le hemos visto en otras ocasiones desde entonces.

En 2019, asistió a la misa de acción de gracias por Felipe de Edimburgo con un vestido-abrigo en color verde musgo, que completó con un elegantísimo tocado de la firma Balel del mismo color. Era de terciopelo con un diseño en forma de casquete colocado en la parte alta de la cabeza, decorado con un lazo y un velo en redecilla de gran tamaño.

Fue, de nuevo, en una misa funeral donde doña Letizia brilló en la elección de su tocado, la de Isabel II en la Abadía de Westminster, el 22 de septiembre de 202. Asistió de negro, como marcaba el protocolo, y escogió la firma Querubina. Era un casquete con una gran lazada posterior y velo fruncido hasta los hombros, de estilo retro.

Fue, sin duda, uno de los «momentos sombrero» más fascinantes de la reina Letizia, y de la realeza. Era imposible dejar de hablar de él. La reina había escogido, para la coronación de Carlos III, en la abadía de Westminster, en Londres, un rosa chicle para su «dos piezas» de Carolina Herrera, con tablas tipo «peplum» en la cintura, bordado en hombros y cuello y largo midi, y zapatos y bolso del mismo color. Su estilo marcó el momento.

Pero lo que enamoró de su «look» fue un sombrero, de inspiración japonesa, que no tardó en hacerse viral, una pieza de estilo cúpula de gran tamaño en paja natural y decorada con un velo rosa de encaje «vintage» de los años cincuenta superpuesto. Un estilo «retro» muy elegante y un punto arriesgado que la reina lució con total naturalidad. Era de la firma Balel, de la sombrerera madrileña Isabel Terroso, que tiene su tienda/taller en el barrio de Salamanca de Madrid, y que doña Letizia ya había escogido en otras ocasiones.