caos en el gobierno
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A priori, nada hacía presagiar turbulencias en el viaje de Estado de los reyes Guillermo Alejandro y Máxima de Holanda a la República Checa. A su llegada a Praga, el monarca frisón y su esposa fueron recibidos por el presidente Petr Pavel and su esposa Eva Pavlová, en una visita prevista inicialmente para dos días. El rey de Holanda subrayaba a su llegada la importancia de este encuentro «en estos momentos de tensiones geopolíticas».
Sin embargo, una grave crisis interna en el Gobierno holandés ha frustrado la agenda completa de esta visita. Esta se producía cuando el líder de la derecha radical, Geert Wilders, anunciaba que su partido abandonaba la coalición del gobierno de los Países Bajos, en la que tenía mayoría y gobernaba junto a otras tres formaciones de derechas.
En un comunicado, el palacio real aseguraba que «Su Majestad el Rey regresará a los Países Bajos tras el programa del primer día de la visita de Estado a la República Checa. Ha decidido hacerlo en respuesta a la situación política«. Esta situación de emergencia ha obligado a Guillermo Alejandro a volar rumbo a casa, dejando a la reina Máxima al frente de la delegación de su país para completar el programa previsto.
Sin duda escarmentado por anteriores polémicas en las que el monarca holandés ha estado fuera de su país en momentos críticos, en esta ocasión ha preferido hacer un feo a sus anfitriones para regresar de forma urgente junto a sus compatriotas. La crisis en Holanda se ha producido tras una escalada de disputas sobre la política de asilo, y ha sido entonces cuando la coalición de Gobierno se ha venido abajo.
Wilders ya había lanzado previamente amenazas de romper el Gobierno si no se lograba «en pocas semanas» restringir el acceso de refugiados, «cerrar las fronteras» a los solicitantes de asilo y reforzar la vigilancia fronteriza con participación del Ejército. Finalmente el PVV decicía abandonar la coalición.
Esto provocada que el primer ministro neerlandés, Dick Schoof, anunciase «la caída de todo el Gobierno», después de que los cinco ministros afiliados al partido de ultraderecha de Geert Wilders presentaran su dimisión. Esto ha impedido la continuación de un gabinete en minoría y encamina a los ciudadanos de los Países Bajos a votar en unas nuevas elecciones generales, tan solo un año y medio después de las anteriores.
Antes de que el monarca regresara a su país, él y su esposa fueron recibidos por el presidente Petr Pavel en el palacio presidencial. Tras la tradicional ceremonia de colocación de coronas de flores y una visita al Senado, Guillermo Alejandro y Máxima disfrutaron de las vistas de la ciudad de Praga desde la villa Kramer mientras se reunían con el primer ministro Petr Fiala.
A continuación, la pareja real visitó una sucursal de People in Need, una ONG activa en más de cuarenta países con programas de fomento de la integración social que en Chequia ofrece ayuda accesible a familias en situaciones difíciles y a los refugiados ucranianos. Como broche final a la jornada, durante el banquete de Estado, los reyes de Holanda entregaron al presidente y a su esposa la Orden del León Neerlandés y la Orden de la Casa Real. Como de cstumbre, la argentina estaba deslumbrante con un vestido rojo y la tiara Mellerio de rubíes.
Durante el resto de su agenda en solitario, la reina Máxima tiene previsto asistir a la inauguración de la Campana de la Libertad en la Iglesia de San Salvador, visitar los locales de una emisora de radio local y explorar el campus de alta tecnología de Dolní Břežany, antes de asistir a una representación del Ballet Nacional de Holanda en el Teatro Estatal de Praga.
HORÓSCOPO
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