Nuevo Pasticcino de Weeekend Max Mara inspirado en España. D.R.

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De España al mundo: todo sobre la inspiración del último bolso de Weekend Max Mara

La firma rinde homenaje a las artesanías andaluza y castellana con la última versión del Pasticcino, un bolso que nació con vocación multicultural.

Pasticcino, pastelito en español, es el bolso más icónico de Weekend Max Mara y una declaración de intenciones única en su género dentro de la industria del lujo. Nació hace cuatro años con la filosofía de fomentar la artesanía tradicional del país al que cada año rinde homenaje.

Con el Pasticcino World Tour, que así se llama el concepto que concibió el estudio de diseño de la firma en Reggio Emilia (Italia), Weekend Max Mara buscaba convertir un bolso en un proyecto cultural que enfatizara la historia y tradiciones artesanas de distintos países y con el que pudieran sentirse identificadas mujeres de edades y sensibilidades culturales dispares.

En esta cuarta edición, la casa italiana, fundada por Achille Maramotti en 1951, ha querido reconocer la excelencia de los artesanos de la piel y del metal en España. Si las primeras ediciones se dedicaron a Italia (seda Fortuny y cristal de Murano), Francia (encaje de guipur y porcelana) y Japón (seda jacquard y cuerda), este año el Pasticcino está realizado en cuero cordobán andaluz y lleva boquilla y cierre de metal damasquinado de Toledo.

Nicola Gerber Maramotti. D.R.

«España es un país que admiramos, fantástico, un crisol de culturas y tradiciones antiquísimas que conviven de forma armónica y contemporánea; así que no era difícil decantarnos por este país que, además, como alemana de nacimiento, admiro por la calidez de la gente, por ser una cultura acogedora y expresiva en la que me siento muy cómoda cada vez que vengo», asegura Nicola Gerber Maramotti, embajadora de la firma y miembro de la familia propietaria del Max Mara Fashion Group (Sportmax, Marina Rinaldi, Marella, Max&Co, Max Mara...).

El equipo de Gerber Maramotti eligió para la ocasión dos artesanías concretas: piel de cordero grabada con las técnicas cordobán y guadamecí (los relieves van además policromados con pan de oro o plata) y cierres de metal damasquinado (especialidad única de Toledo que graba el acero con dibujos hechos con hilos de oro y plata).

«Teníamos otras opciones, por la riqueza artesana española», continúa Gerber Maramotti en Granada, donde MUJERHOY ha acudido como medio invitado a la presentación mundial del Pasticcino Bag Spanish Heritage. «Pero elegimos el cuero porque los anteriores modelos eran con tejidos y también por la calidad, el virtuosismo y la flexibilidad de esta técnica con más de nueve siglos de historia.

Lo mismo nos ocurrió con el damasquinado toledano, así que decidimos colaborar con Cueros Ghadamés, de Córdoba, y con Manufacturas Anframa, de Toledo. En ambos casos trabajan cada pieza a mano, tanto el tinte vegetal, como en el grabado de la piel y del metal para los cierres».

El Pasticcino en la Alhambra de Granada. D.R.

Rafael Varo es el propietario, diseñador y artesano de esta curtiduría que atesora siglos de conocimiento y que ahora está más enfocada al interiorismo (entre sus clientes cuenta, por ejemplo, con hoteles de lujo para los que diseña espacios forrrados con cordobán).

«Es una técnica totalmente manual y es muy complicado hacer algunos trabajos porque las planchas con las que grabamos el cuero son muy pequeñas y, según las proporciones del diseño, hay que casar los dibujos también a mano uno por uno», señala este empresario con décadas de profesión que fundó su propia empresa en 2001.

Para José Carlos Sánchez el proceso de crear las bolas del cierre ha sido igual de laborioso, de la talla del círculo plano a la ornamentación y el volumen de las esferas. «Estamos muy satisfechos de esta colaboración y de que esta artesanía única forme parte del mundo de la moda contemporánea», remata orgulloso el dueño de este taller en el que 12 artesanos esculpieron 4.000 esferas.