El 16 de julio de 2023 fallecía a los 76 años años Jane Birkin. Dos años después de su muerte, el nombre de la británica que mejor representó el chic francés vuelve a estar en boca de todos y copar titulares. ¿El motivo? Se ha vendido en una subasta histórica y por una cifra desorbitada a un comprador anónimo uno de sus famosísimos bolsos de Hermès.
Justo hace ahora dos veranos, cuando contamos en Mujerhoy la noticia del fallecimiento Jane Birkin, terminábamos nuestro artículo relatando que llegó a tener una colección de cuatro de sus 'propios' bolsos de Hermès, que tres de ellos los subastó ella misma con fines benéficos entre 2007 y 2011 y nos preguntábamos que, si ahora saliera uno de ellos a la venta «no podemos imaginar qué precio desorbitado alcanzaría». Ahora sí lo sabemos: más de 7 millones de euros.
En una subasta histórica que se ha celebrado en la sede parisina de Sotheby's, el bolso de Jane Birkin firmado por Hèrmes era la gran estrella de la venta Fashion Icons, en la que también salieron a puja diseños de la época de Marc Bohan y de la de Galliano para Christian Dior, un vestido negro de Yves Saint Laurent que perteneció a Catherine Deneuve o una de las últimas creaciones de Alexander McQueen.
La expectación era máxima. Las cifras que se manejaban, también. Dicen que los grandes compradores estaban al otro lado del teléfono, refugiados en el anonimato de sus mansiones. Quizá Kim Kardashian, Georgina Rodríguez o Victoria Beckham entre ellas, ya que son coleccionistas reconocidas de este it bag.
La puja comenzó en un millón de euros y, según relata la periodista Patricia Rodríguez en El País, testigo presencial desde la sala de subastas, «subieron en pocos minutos a los tres y en solo un cuarto de hora se elevaron hasta los siete por los que finalmente fue vendido». El afortunado millonario es un coleccionista japonés anónimo que, con tasas e impuestos, finalmente tendrá que desembolsar 8,6 millones de euros por el bolso, casi 10 millones de dólares. La cifra que convierte a este Birkin de Hermès en el bolso más caro de la historia.
Icono transgeneracional que ha marcado durante décadas el mundo de la música, el cine, la moda y, en definitiva, la cultura y el arte, la imagen de Jane Birkin siempre estará ligada a la de esas cestas de mimbre que llevaba con una elegancia innata, daba igual que fuera a una fiesta glamourosa con un naked dress adornado con plumas o con un look boho en vaqueros por la costa francesa. Su nombre, al de Hermés.
No podemos negar que en la vida de Jane Birkin todo fue extraordinario. Para bien o para mal. Lo fue su relación de vino, rosas y excesos con Serge Gainsbourg, con quien formó la pareja de moda de la época durante una década, pero de la que llegó a confesar en sus memorias que sufrió un tremendo complejo de inferioridad. Y también su relación con la casa Hermès y el famosísimo bolso que lleva su nombre también tuvo sus luces y sus sombras.
Todo empezó como una casualidad con final inesperado de esas que transforman la historia. La de la moda, en este caso. Corría el año 1984, la actriz y cantante ya era un icono de estilo en todo el mundo, y una pequeña desgracia durante un vuelo dio forma al bolso más perfecto jamás creado. «Estaba en un avión cuando se rompió una bolsa de plástico que contenía todas mis cosas y todo se cayó: mi agenda, papeles, todo», contó la propia Jane Birkin a The New York Times Style Magazine 2010.
El azar quiso que «justo cuando decía que me gustaría que Hermès hiciera un bolso en el que cupieran todas mis cosas, resultó que el hombre que estaba sentado a mi lado trabajaba para Hermès», continuaba relatando. El hombre en cuestión era Jean-Louis Dumas, presidente entonces de la firma de lujo, que escuchó a Jane y se comprometió a crear un bolso lo suficientemente grande como para «transportar su casa», pero con un diseño de lujo bonito, elegante y atemporal.
La propia Jane Birkin participó en el proceso creativo de su bolso: «bajé al taller y lo habían hecho en cartón. Lo hablamos y dije que deberían hacer algunos cambios, como agrandar los bolsillos. Y así fue como se hizo», explicaba en la misma entrevista a The New York Times. Tras las recomendaciones de la actriz, se consiguió crear el modelo perfecto, un bolso que tarda más de un mes en fabricarse y que se confecciona en cuero de la más alta calidad al gusto del cliente.
Y aquí es donde llegan las sombras en esta historia de amor: el uso de estos materiales entraron en conflicto con los principios de Jane Birkin y, treinta años después de la creación del icónico bolso, la actriz emitió un comunicado a la firma en el que pedía a Hermès que quitaran su nombre del modelo hecho con piel de cocodrilo: «Tras haber sido alertada por las prácticas crueles que sufren los cocodrilos durante la producción de los bolsos de Hermès que llevan mi apellido, he pedido a la firma que cambie el nombre del Birkin hasta que las prácticas respondan a las normas internacionales para su fabricación«, expuso la actriz.
La maison de lujo intentó zanjar esta polémica negando la mayor, asegurando que respetaban y compartían los sentimientos de la actriz y mostrando su sorpresa con las imágenes compartidas por PETA. La historia de amor entre Jane Birkin y Hermès tuvo un final feliz: la casa endureció las normas éticas y los procedimientos a sus proveedores, acordes a la ley; y la actriz y cantante mantuvo su apellido ligado al bolso más famoso y, ya oficialmente, más caro del mundo.