Así ha sido el espectacular desfile de Carolina Herrera en la Plaza Mayor entre el Siglo de Oro y la Movida madrileña

A 300 metros de la Puerta del Sol, y a las ocho de la tarde, se encuentra uno de los enclaves más monumentales de la capital española: la Plaza Mayor. No es de extrañar que Madrid esté de moda, desde el desfile inaugural de Madrid es Moda en los jardines de la Plaza de Oriente hasta la celebración del quinto aniversario de IQ Collection en el Palacio de Liria. Es cierto que algo de esta envergadura no se veía en España desde que Dior desfiló con un jovencísimo Yves Saint Laurent al frente, gracias a la duquesa de Alba, en 1959.

Ahora es el turno de Carolina Herrera. La firma ha decidido abandonar el calendario oficial de la Semana de la Moda de Nueva York para convertirnos en testigos de un hecho histórico que pasará a la posteridad. No sorprende que su actual director creativo, Wes Gordon, y la hija de la diseñadora, Carolina Adriana Herrera, hayan disfrutado estos días del Madrid de los Austrias.

Entre sus planes se incluyeron una visita al Cine Doré en Lavapiés, un pequeño recorrido por el Museo del Prado y la Casa Sorolla. Ambos se comportaron como auténticos madrileños en su ciudad adoptiva durante estas jornadas. No podemos olvidar que Carolina Adriana Herrera vivió en Madrid durante varios años en la década de los 2000, por lo que no resulta extraño que el desfile de la nueva colección se haya trasladado aquí, donde aún mantiene un vínculo sentimental con nuestra tierra.

Incluso la campaña, protagonizada por la top model de los noventa Esther Cañadas, refleja ese espíritu: la modelo busca desesperadamente la Plaza Mayor mientras luce uno de los best sellers de la firma, la camisa blanca. Un teaser divertido que nos dejó una pincelada de todo lo acontecido en este evento. Y, hablando de modelos, hay que destacar el talento español con los debuts de dos new faces: Lucía Sánchez y Allende, ambas firmadas por la prestigiosa agencia View Management. Todo un hito para dos jóvenes que representan el futuro de la industria del modelaje.

En el panorama internacional tampoco faltó la presencia de Vittoria Ceretti, una de las chicas de oro de la moda y novia actual de Leonardo diCaprio, con más de 400 desfiles a lo largo de su carrera sin perderse ni una temporada. Qué suerte haber podido verla desfilar en Madrid. En magnitud, este ha sido uno de los acontecimientos que más celebrities y figuras destacadas de la industria ha reunido en la ciudad.

El front row fue de lo más diverso, con rostros como Karolina Kurkova, Aitana Sánchez-Gijón, Najwa Nimri, Bibiana Fernández y Lucy Hale, entre otras. Tampoco podemos olvidar a otros grandes nombres españoles como Pedro Almodóvar, Nieves Álvarez, Juan Avellaneda, Carmen Lomana, Cayetana Martínez de Irujo y el estilista Fran Marto.

La colección primavera/verano 2026 de Carolina Herrera se inspira en un imaginario que une la Edad de Oro madrileña del siglo XVII con el espíritu irreverente de La Movida de los años 80 —dos eras que dialogan con el linaje de la firma—. La propuesta se concibe como una celebración de la feminidad mirando hacia el futuro.

Gervasio Pérez, director de Moda y Belleza de Mujerhoy, asistió al desfile para ofrecernos detalles en exclusiva: «El desfile ha sido una recopilación de sus códigos estéticos a lo largo de toda su trayectoria, siempre con un marcado acento español. Volantes, toreras, lunares, mantón de Manila y el clavel como eje conductor. En la paleta cromática, el negro y el blanco como imprescindibles, junto con un rosa capote que aportó fuerza y, de manera más inesperada, amarillos que recuerdan más a Wes Anderson que a la propia Carolina. El clavel se desarrolló en diferentes formas: bordado, en tres dimensiones, estampado y hasta en dorado.»

La paleta cromática refleja también los matices de Madrid: la calidez dorada de los adoquines de la Plaza Mayor, los amarillos azafrán de la Feria de San Isidro y los rojos flamencos del clavel madrileño. Combinaciones que evocan contrastes inesperados de luces, sombras y colores propios del universo de Pedro Almodóvar.

Gervasio Pérez, director de Moda y Belleza, vivió con emoción las distintas colaboraciones que la firma llevó a cabo con el savoir-faire español: «Una de las cosas más conmovedoras del desfile fue la generosidad de Wes Gordon con creadores como Sybilla, Alejandro Palomo, Andrés Gallardo o la centenaria Casa Seseña, especializada en capas españolas. De Sybilla presentó varios vestidos de la serie España de 1996, que siguen siendo un alarde de originalidad y modernidad casi 40 años después y que, por cierto, Alexander Wang copió sin pudor en su colección de 2013 en Nueva York.»

Un mosaico de texturas conecta la tradición con la modernidad: brocados en jacquard recrean los adoquines de la Plaza Mayor; encajes y lunares bordados reinterpretan los mantones de Manila; delicados bordados de rejilla evocan mantillas tradicionales. Motivos que reaparecen en vestidos, siluetas y conjuntos estructurados.

Además, el propio Gervasio Pérez compartió una anécdota en primicia sobre la ausencia de Carolina Herrera en el desfile: «No asistió, ya que hace seis meses falleció su marido y aún le resulta difícil viajar. En su lugar estuvo presente su hija, y Wes Gordon, que salió a saludar tras el carrusel final.»

La temporada toma como musas a figuras como Paloma Picasso y Cayetana Fitz-James Stuart, duquesa de Alba, mujeres que condensan drama y modernidad. La sastrería de Herrera se despliega en formas trapecio, siluetas inspiradas en el capote de los toreros y pantalones con ecos de las goyescas.

La nueva colección para la temporada estival se erige como una carta de amor a Madrid a través del caleidoscopio de Carolina Herrera. Cabe destacar que, tras el desfile, se celebró un after party que además de festejar este gran acontecimiento, sirvió de escenario para darle un impulso a la nueva fragancia «La Bomba», una explosión olfativa de exótica pitaya.