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Qué es la vaginosis bacteriana y cómo se trata

Es una de las infecciones vaginales más comunes y la culpable de más de un tercio de las molestias en la zona.

La vaginosis bacteriana, culpable de muchas infecciones en la zona. fotolia

La vaginosis bacteriana es la responsable de entre el 30 y el 40% de las infecciones que afectan a la vagina. Se caracteriza por una alteración de la flora vaginal y entre los factores de riesgo para sufrirla se encuentran el tabaquismo, la humedad permanente en la zona, la edad temprana en las relaciones sexuales, la existencia de nuevas o múltiples parejas sexuales o las duchas vaginales.

Qué es y cuáles son sus síntomas

Es una enfermedad compleja que se produce cuando se altera la flora vaginal normal (compuesta por microorganismos, donde los lactobacilos son los dominantes) y cambia el microambiente vaginal. Se produce un incremento excesivo de organismos patógenos en la vagina, que sustituyen a los lactobacilos, y un aumento del pH vaginal.

Hay que tratarla para evitar problemas en el parto

Sus síntomas son la presencia de un flujo vaginal anormal, blanquecino, fluido, homogéneo y en ocasiones con olor a pescado. Aunque en algunos casos no presenta sintomatología y se detecta durante una revisión ginecológica rutinaria.

Cuál es su tratamiento

Puede producir complicaciones ginecológicas y obstétricas, como abortos espontáneos tardíos, parto prematuro, adquisición de ITS, endometritis y enfermedad inflamatoria pélvica. "Es importante tratar la vaginosis bacteriana, sobre todo en las mujeres embarazadas, porque esta patología aumenta el riesgo de complicaciones durante el embarazo y el parto", señala la Dra. María Ángeles Gómez, ginecóloga del Centro de Salud Sexual y Reproductiva Alicante III.

Debe tratarse si hay sintomatología, pero también anque no se presenten síntomas en los siguientes casos: embarazadas y mujeres que se vayan a someter a una intervención ginecológica, como una exploración del interior del útero mediante endoscopia con fines diagnósticos o quirúrgicos (histeroscopia), un legrado tras un aborto o la colocación de un un DIU", según añade la Dra. María Antonia Obiol, ginecóloga del Centro de Salud Sexual y Reproductiva Fuente San Luis de Valencia.

Los tratamientos antibióticos actuales que se usan con frecuencia son eficaces a corto plazo, pero las recaídas son frecuentes, su espectro de acción frente a determinados microorganismos es limitado y las resistencias van en aumento. Sin embargo, existen otros tratamientos:

Alternativas no antibióticas

  • Frente a los tratamientos antibióticos tradicionales, señala la Dra. María José Rodríguez, ginecóloga del Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital Infanta Sofía de Madrid, se dispone en la actualidad de una alternativa, un tratamiento no antibiótico por vía vaginal y de amplio espectro con una rápida actividad frente a los microorganismos patógenos, sin resistencias adquiridas y que se tolera bien, lo que, según sus palabras, "lo hace un tratamiento seguro durante el embarazo y la lactancia, y que además no afecta a los preservativos de látex".

  • "Para aquellas mujeres ya tratadas con antibióticos o con otros fármacos que recaen se abre una nueva vía terapéutica”, matiza la Dra. Gómez. Mientras que la Dra. Obiol destaca que esa alternativa no antibiótica "no presenta efectos secundarios a nivel digestivo, no afecta a la integridad del preservativo y se dan menos casos de aparición de otras infecciones vaginales después del tratamiento, como candidiasis".