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No solo es saber qué comer, sino cuándo hacerlo: estas son las mejores horas para tu dieta

No es solo saber qué comer, sino cuándo hacerlo. Porque consumir la mayoría de las calorías a horas más tempranas y limitar la cantidad que comes más tarde te puede ayudar a digerir los alimentos de manera más eficiente. También puedes reducir factores de riesgo de enfermedades metabólicas como la diabetes y la obesidad. Suficientes motivos para tomarse en serio la hora de la comida.

VALERIYA KOBZAR / PEXELS

Igual que el ayuno intermitente tiene su horario, tu dieta regular también debe ajustarse a una rutina. No solo se trata de evitar la ansiedad por la comida, sino evitar picotear por las noches y optimizar el consumo y pérdida de calorías. Efectivamente, importa cuándo comes. De hecho, las investigaciones sugieren que la hora del día en que comemos y la cantidad de tiempo que transcurre entre las comidas pueden tener efectos profundos en tu salud.

Tenlo presente: tu cuerpo digiere los alimentos de manera diferente en distintos momentos del día. La hora de las comidas y la digestión interactúan con los procesos naturales del cuerpo y uno de los más importantes es el ritmo circadiano. Programar las comidas y la digestión de una manera que evite la interrupción de estos otros procesos tiende a producir mejores resultados de salud.

Los estudios revelan múltiples beneficios con un horario de comidas constante y convertido en hábito repetido. Se relaciona con la pérdida de peso, un aumento de energía y una reducción de los factores de riesgo metabólico de enfermedades crónicas. Es cierto que muchas veces no es fácil programar idénticos horarios de comidas, pero vale la pena intentarlo.

Tomado literalmente, el desayuno es la primera comida del día durante la cual se interrumpe el ayuno nocturno. Sin embargo, hay que advertir que los últimos estudios indican que no hay problema en saltártelo. Si no te sientes mal, puedes retrasar el momento del desayuno o incluso abstenerte de hacerlo. Hay trabajos que apuntan a que consumir más calorías durante el desayuno en lugar de más tarde puede beneficiar en la pérdida de peso.

Los estudios sugieren que comer temprano puede ayudar a las personas a perder peso, aunque es importante tener en cuenta que los factores genéticos individuales también están en juego. Otras investigaciones recientes incluso sugieren que un almuerzo temprano puede contribuir a mantener un microbioma más saludable. La tendencia es comer pronto para beneficiarse de una mejor contribución a la pérdida de peso y la salud metabólica.

De nuevo aparece la misma máxima: cuanto antes se cene, mucho mejor. Y evita las comidas ricas en calorías justo antes de acostarte o durante la noche porque contribuirás a conseguir mejores resultados. Un amplio estudio en 8.000 adultos asoció cenar tarde con dislipidemia, niveles más altos de grasa en la sangre y un factor de riesgo de enfermedad crónica.

Otros trabajos han relacionado una cena tardía con cambios en la grasa corporal, aumento de peso y la capacidad del cuerpo para digerir el azúcar. Son hallazgos que tienen que ver con la melatonina. Liberada por la noche, la melatonina es uno de los reguladores hormonales primarios del ritmo circadiano y de los ciclos de sueño y vigilia. Lo peor que puedes hacer es cenar justo antes de acostarte.