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«No se me dan bien las plantas, se me mueren (o secan) hasta los cactus«. No son pocas las veces que hemos escuchado este tipo de frases de alguien que quería definirse como poco ducho en las tareas de jardinería. Sin embargo, esta planta a menudo infravalorada puede darnos muchas más alegrías de las que a priori podemos pensar.
Cuando hablamos de cactus, tendemos a pensar en una planta que se cuida sola (por aquello de que no necesita casi agua), de apariencia arisca y belleza incluso anodina. Pero nada más lejos de la realidad: los cactus, además de un significado y un simbolismo preciosos, puede mostrarse exuberantes, preciosos y con flores de lo más llamativas.
Los cactus son símbolo de fortaleza, protección, persistencia, determinación y equilibrio y dicen que atraen el éxito al hogar. Eso sí, según el Feng Shui, debemos colocarlos siempre fuera de casa, ya sea en el jardín o la terraza, ya que con sus espinas puntiagudas y afiladas actúan como barrera protectora ante las malas vibraciones.
Por si fuera poco, tener cactus trae consigo multitud de beneficios para el cuerpo y la mente: purifican el aire, neutralizan las ondas electromagnéticas, mejoran la concentración (de ahí que sean muy habituales en los espacios de trabajo) y nos ayudan a conectar con la naturaleza.
Aunque al hablar de cactus no se puede generalizar por su diversidad de géneros, especies y variedades, además de por la multitud de formas y tamaños que pueden adoptar, esta planta perteneciente a la familia Cactaceae es originaria de zonas desérticas, áridas y con condiciones climáticas extremas, lo que condiciona el tipo de cuidados que precisan.
Así, si damos a nuestros cactus los cuidados que necesitan, y no los que creemos que quieren, estarán exuberantes, crecerán preciosos y echarán flores. Sí, echarán flores. Porque, tal y como explica en un vídeo viral la experta Mercedes García Bravo, fundadora de Desert City, en Madrid, «no es un mito, ni cosa de expertos: todos los cactus pueden florecer«.
Eso sí, tal y como refiere la experta de este imponente vivero biotecnológico especializado en xeropaisajismo, «estas plantas tienen su propio ritmo y no se trata solo de regar y esperar. Hay que observar, respetar, ajustar y tener un poco de paciencia«. Porque, además, no todas las variedades funcionan igual.
Y prosigue explicando Mercedes García Bravo que «los cactus, por ejemplo, normalmente necesitan sol, riegos abundantes pero en su momento y un periodo de reposo total en invierno. Durante ese descanso, no crecen, no quieren fertilizantes, no beben agua y agradecerán incluso pasar algo de frío. Es su forma de prepararse para florecer en primavera«.
Además, a la hora de determinar la cantidad de riego que precisan los cactus, además de tener en cuenta la estacionalidad y la temperatura ambiente, hay que contemplar dónde están plantados: siempre será mejor que apuestes por maceteros de barro en vez que de plástico, ya que los primeros mantienen mejor la humedad y evitan el sobrecalentamiento de la tierra y las raíces.
¿Un truco para acertar con su ubicación? «Si cuenta con un buen número de espinas y, además, son fuertes; o si tiene las vellosidades tan características de esta familia botánica es más que probable que tolere sin inconvenientes estar a pleno sol. Sin embargo, si carece de espinas, es recomendable encontrarle una ubicación luminosa pero sin sol directo», explican desde Verdecora.
La fertilización, por último, será clave para su floración, además de respetar ese reposo. «Florecer es un esfuerzo y va a gastar mucha energía en echar flores si no ha tenido un descanso profundo y nutritivo». En el caso de los cáctus, este fertilizante debe ser una fórmula rica en potasio y baja en nitrógeno.
HORÓSCOPO
Como signo de Fuego, los Sagitario son honestos, optimistas, ingeniosos, independientes y muy avetureros. Disfrutan al máximo de los viajes y de la vida al aire libre. Son deportistas por naturaleza y no les falla nunca la energía. Aunque a veces llevan su autonomía demasiado lejos y acaban resultando incosistentes, incrontrolables y un poco egoístas.