Cómo equilibrar las hormonas con el yoga: las mejores posturas, consejos y ejercicios

Un beneficio poco comentado del yoga es cómo afecta su práctica a las hormonas. Así, no es ningún secreto que el yoga reduce el estrés y aumenta la relajación, cosas extraordinariamente útiles para mantener las hormonas bajo control. Con el conocimiento adecuado, puedes crear una práctica de yoga efectiva que te ayude a mantener tus hormonas bajo control.

Es una evidencia: el yoga no solo es una actividad física placentera, sino que también puede tener un efecto positivo en las hormonas. Al practicarlo con regularidad, el cuerpo libera hormonas que pueden ayudar a reducir el estrés, aumentar los niveles de energía y mejorar considerablemente la sensación general de bienestar.

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Las endorfinas son algo así como los analgésicos naturales del cuerpo. Se liberan cuando sientes placer, como al hacer yoga o después de lograr algo difícil. Interactúan con los receptores del cerebro para producir sensaciones de euforia y reducir el estrés y la ansiedad. Desempeñan un papel importante para ayudarte a gestionar las emociones y afrontar situaciones difíciles.

Los efectos de las endorfinas se pueden sentir casi inmediatamente después de una sesión de yoga. Los movimientos físicos que implica el yoga liberan endorfinas en el torrente sanguíneo, proporcionando una sensación de calma y relajación. Además, dado que los niveles de endorfinas se mantienen elevados hasta varias horas después de una sesión de yoga, su práctica regular te ayudará a mantenerte relajada durante más tiempo.

Por su parte, el cortisol se conoce como la hormona del estrés porque se libera en respuesta a situaciones estresantes. Los niveles altos se han relacionado con efectos negativos para la salud, como aumento de peso, cambios de humor e insomnio. Pero se ha demostrado que la práctica regular del yoga reduce los niveles de cortisol al bajar los índices de estrés y calmar la mente. Además de sus beneficios físicos, esta reducción del cortisol también puede mejorar la concentración en el trabajo sin sentirte abrumada por la ansiedad.

La serotonina es otra hormona liberada durante las sesiones de yoga que tiene efectos positivos en la salud mental. Es responsable de regular el estado de ánimo y reducir los sentimientos de depresión o tristeza. También ayuda a sentirse más alerta y concentrada, aumentando los niveles de energía y mejorando funciones cognitivas como la memoria y la concentración. Practicar yoga con regularidad ayudará a aumentar la producción de serotonina en tu cuerpo para que puedas disfrutar de estos beneficios incluso cuando no estés haciendo asanas.

Si buscas aprovechar al máximo el yoga para tu salud hormonal, hay algunos consejos y trucos que puedes usar. Lo primero: es fundamental practicar yoga con regularidad para asegurarte de que tus hormonas se mantengan equilibradas. Incluso si solo tienes 10 o 15 minutos al día, procura dedicarte ese tiempo a ti. No solo te ayudará a mantener tus hormonas bajo control, sino que también te brindará un momento de rejuvenecimiento y relajación.

Además, intenta practicar posturas de yoga que trabajen diferentes áreas del cuerpo para asegurarte de obtener el máximo beneficio. Esto puede incluir posturas de pie para fortalecer el core y el equilibrio, torsiones para la salud digestiva, flexiones hacia adelante para calmar hormonas como el cortisol o posturas invertidas para mejorar el estado de ánimo.

Finalmente, un último consejo: el yoga puede ser aún más beneficioso para la salud hormonal si lo practicas con un amigo. Así, se ha demostrado que practicar yoga con alguien aumenta sus efectos positivos y además te ayuda a repetir y ser constante porque es más divertido y posee el aliciente de la colaboración.

Hay muchas posturas que te van a ayudar a equilibrar y mantener bajo control a tus hormonas. Apunta este listado: Bhujangasana (postura de la cobra), Supta padangusthasana (postura reclinada de la mano al dedo gordo del pie), Shalabhasana (postura del saltamontes), Ardha chandrasana (postura de la media luna) y Balasana (postura del niño).

Si ves que esta lista se te queda corta y piensas que puedes seguir profundizando, añade variedad con estas asanas: postura del puente simple, Ustrasana (postura del camello), Prasarita Padottanasana (flexión hacia adelante de pie con las piernas abiertas), Supta badha konasana (postura del ángulo atado reclinado), postura de piernas en la pared y Savasana.

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